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5 de junio de 2010

La agonía de los océanos

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Sábado, 05 de junio de 2010


La agonía de los océanos
Un ave sobrevuela isla de Grand Terre (Luisiana), cubierta de crudo. | AP

Un ave sobrevuela isla de Grand Terre (Luisiana), cubierta de crudo. | AP

  • La plataforma de BP ha vertido entre 70 y 110 millones de litros de petróleo
  • La mancha ocupa ya una superficie similar a la Comunidad Valenciana
  • Más de 400 especies –del pelícano pardo a la garza roja- están en grave peligro
  • Por el delta del Misisipí pasan hasta 500 millones de aves cada primavera

El lamento de Sylvia Earle ha hecho historia. La oceanógrafa más venerada del planeta ha lanzado estos días desde Washington su S.O.S. desesperado por el Golfo de México, que se hunde ante nuestros ojos: "El Golfo no es ni una cloaca de la industria petroquímica, ni un maná inagotable para la pesca. Es el Mediterráneo americano, un laboratorio de vida".

Sylvia Earle invitó a los políticos norteamericanos, los mismos que reciben donaciones sustanciosas de las compañías petroleras, a viajar con ella a las profundidades marinas del Golfo, desde el 'santuario' de Flower Garden en aguas de Texas a la barrera coralina de los cayos de Florida. Earle aprovechó la sorpresa –o la ignorancia- para recordarles a sus señorías: "El mal que causamos a los océanos es el mal que nos causamos a nosotros mismos…"

La mancha de petróleo provocada por la explosión de la plataforma Deepwater Horizon ocupa ya, según las últimas estimaciones de la Universidad de Miami, una superficie de 24.435 kilómetros cuadrados (más o menos la extensión de la Comunidad Valenciana). La cantidad de crudo derramada por el pozo accidentado de la compañía BP se calcula entre los 70 y 110 millones de litros, de dos a tres veces más que la catástrofe del Exxon Valdez.

El desastre 'invisible' ha salido por fin a flote, aunque los científicos advierten que el daño más irreparable es acaso el que no se ve y alertan sobre la creación de una inmensa 'zona muerta'. Al menos dos largas manchas submarinas han sido detectadas en las últimas semanas, y los expertos –incluida la propia Sylvia Earle- previenen contra las consecuencias del 'cóctel tóxico' creado por el uso abusivo de los dispersantes.

Se calcula que más de dos millones de litros del controvertido Corexit 9500 –el mismo que causó graves problemas de salud en la operación 'limpieza' del Exxon Valdez- han sido derramados en la superficie para 'romper' el petróleo. Otros 200.000 fueron aplicados sobre la base misma de la fuga, a 1.500 metros de profundidad, ante la impotencia de la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA).

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El Mundo Ciencia

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