Lunes, 17 de amyo de 2010
Una extinción de peces primitivos propició el origen de los vertebrados modernos
¿Qué es una extinción masiva?
Una extinción masiva (también llamado evento a nivel de extinción o ELE por sus siglas en inglés) es un período en el cual desaparece un número muy grande de especies. Por el contrario, se estima que en períodos normales las especies desaparecen a un ritmo de entre dos y cinco familias biológicas de invertebrados marinos y vertebrados cada millón de años. Desde que la vida empezó en la Tierra se han detectado seis sucesos de extinción graves en el eón Fanerozoico.El investigador Michael I. Coates, junto a un fósil de un tiburón.| Janson Smith
Una extinción masiva de peces primitivos hace 360 millones de años está detrás del origen de todos los vertebrados modernos, incluidos los seres humanos. Así lo aseguran dos investigadores de la Universidad de Chicago -Lauren Sallan y Michel I. Coates-, que han buceado en las bases de datos de todos las especies fosilizadas de aquel momento.
Esta catástrofe, cuya causa podría haber sido una glaciación, se conoce como evento Hangenberg y podría haber sido mucho más importante de lo que se pensaba hasta ahora porque provocó un cuello de botella de las especies que existían en ese momento, justo después de la masiva extinción del Devónico, que tuvo lugar 15 millones de años antes.
Los científicos apuntan que en ese momento desaparecieron los peces placodermos acorazados, como el 'Dunkleosteus' gigante, uno de los depredadores marinos más fieros que han existido, y los peces con aletas pedunculadas, que eran mayoría. Por contra, los tiburones y las rayas, del grupo de peces gelatinosos, eran escasos, así como los tetrápodos o peces con patas.
"Sin embargo, al final del Devónico, todo esas especies dominantes fueron reemplazadas. Los jugadores cambiaron y los pocos que sobrevivieron fueron los que luego se extendieron de forma espectacular", explica Michael Coates.
De hecho, antes de ese evento Hangenberg, los tetrápodos, de donde proceden todos los vertebrados terrestres, incluido el ser humanao, habían hecho ya alguna tentativa de salir del agua a la tierra, como es el caso de Ichthyostega, uno de los primeros en tener patas y dedos.
Tras la extinción, hubo un periodo en el que casi no se resgistran fósiles, un agujero paleontológico conocido como Romer's Gap que traía de cabeza a los expertos.
Ahora, Sallan y Coates defienden que ese boquete de 15 millones de años fue la resaca después del traumático cataclismo de Hangenberg, debido a la disminución de la biodiversidad general. Poco a poco, los tetrápodos se recuperaron y se convirtieron en los abuelos ancestrales de los los animales terrestres vertebrados, desde los mamíferos a los pájaros, según explican esta semana en la revista 'Proceedings of National Academy of Science' (PNAS).
Para el paleontólogo José Luis Sanz, catedrático en la Universidad Autónoma de Madrid, se trata de una investigación interesante: "Perfile mejor los culos de botella por los que pasaron los vertebrados, lo que es importante porque podría considerarse una sexta extinción del pasado y ahora estaríamos en la séptima", argumenta.
Las estimaciones anteriores se habían realizado siempre con fósiles de invertebrados, como moluscos y almejas) que son mucho más comunes, pero gracias a nuevas técnicas de procesamiento de datos, los biólogos de Chicago han podido observar los cambios antes y después dde Hangenberg.
Esta gran extinción, que había pasado bastante inadvertida y que tuvo lugar en un momento crítico para los vertebrados, según otros estudios coincide con la formación de un glaciar que hizo bajar el nivel del mar drásticamente.
Sanz recuerda que en esos momentos se produjeron aumento de nutrientes en el agua y falta de oxígeno en algunos niveles, lo que provocó muchos cambios en la fauna. Algunos inesperados, como el hecho de que las especies más abundantes no se recuperaran y si lo hicieran otros grupos que estaban separados y dispersos.
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