Jueves, 13 de mayo de 2010Científicos de la UNNE descubren el modo de diferenciar un adicto a la cocaína, de un mascador de coca
Un trabajo científico desarrollado en el Instituto de Ciencias Criminalísticas y Criminología de la UNNE dilucidó niveles de derivados de cocaína, en pelos de adictos a la misma y en pelos de coqueadores (mascadores de coca). Los resultados de la investigación son de suma importancia para las ciencias criminalísticas, ya que a través de los mismos, se da la posibilidad de diferenciar si una persona es adicta o coqueadora; a lo que hay que agregar, que los estudios se realizaron en la matriz pelo, matriz de suma importancia legal ya que permite conservar indicios periciales por muy largo tiempo.
En el proceso del coqueo, las hojas de coca son resquebrajadas y humedecidas en la cavidad oral en las encías y entre los carrillos, permitiendo que los alcaloides -en contacto con la mucosa bucal- sean absorbidos pasando directamente al torrente sanguíneo. Una pequeña parte de los alcaloides pasa al tracto digestivo donde son degradados antes de que lleguen a la circulación sanguínea por acción del acido clorhídrico y las enzimas digestivas.
Si bien el estudio de los metabolitos de cocaína -especialmente Benzoilecgonina y Metilester de Ecgonina- han sido estudiados por distintos investigadores del mundo, fundamentalmente en matrices tradicionales (sangre y orina); en referencia a estos compuestos en muestras de pelos de coqueadores del altiplano sudamericano, las investigaciones científicas disponibles no son muy abundantes. “De allí que el objetivo de este trabajo fue profundizar en el conocimiento analítico en calidad y cantidad de la presencia de los metabolitos mencionados en pelos de coqueadores”, explicó a la Revista Ciencia y Técnica de la UNNE la licenciada en Criminalística Gisela Forlin.
Detalles.
“En general se entiende por alcaloides, a determinadas sustancias que presentan reacción alcalina. Este nombre está muy difundido entre aquellas drogas de abuso que son de carácter alcalino; un ejemplo concreto es la cocaína, que es la sustancia sobre la cual nuestro grupo está trabajando”, explicó la profesional.
“El organismo, al recibir la cocaína, produce sobre su molécula, cambios, modificaciones químicas, este proceso de biotransformación molecular se denomina metabolismo, y los productos que se originan reciben el nombre de metabolitos”, continuó diciendo.
En síntesis, Forlin expresó que “cuando ingresa la cocaína al organismo, a partir de ella se forman metabolitos, benzoilecgonina, metilester de ecgonina, coca etileno, higrinas y muchos más”.
Si se desea identificar cocaína en el organismo, después de un cierto tiempo de consumida, es muy posible que ya no la encontremos como tal, pero sí hallaremos sus metabolitos que nos estarán indicando la presencia de la droga madre, la cocaína; remarcó.
Asimismo, cabe destacar que los metabolitos tienen una vida media limitada en las matrices tradicionales (sangre y orina), lo que limita su uso en la actividad forense, vale decir que estas matrices no son un material utilizable a largo plazo, en el sentido de que una vez que las sustancias finalizan con sus procesos metabólicos desaparecen totalmente. “Pero en este momento contamos con otra matriz de gran utilidad, el pelo; siendo esta la matriz en la que se encuentra trabajando nuestro grupo”, destacó la investigadora.
Ventajas. Para entender por qué el pelo es la matriz elegida para analizar la presencia de alcaloides en el cuerpo humano, para Forlin es necesario que se entiendan algunas cuestiones. “La cocaína y sus metabolitos pueden ingresar al bulbo piloso (lugar donde se origina el pelo) y por mecanismos aún no muy claros unirse a las proteínas del mismo y avanzar junto con ellas en el crecimiento de este permaneciendo en él en forma indefinida, hecho de gran importancia en la actividad forense, porque nos permitirá mediante estudios, aplicando diversas metodologías analíticas, poder dilucidad si una persona involucrada, en un hecho delictivo se encontraba bajo los efectos de la droga en estudio, explicó.
Asimismo destacó que si bien el enfoque del trabajo realizado es de aplicación forense, “no debemos dejar de mencionar que también es aplicable en otros ámbitos, por ejemplo, las ciencias médicas; donde permite evaluar la presencia de consumos crónicos o agudos de droga, como así también el seguimiento de los tratamientos aplicados a personas adictas”.
Por otra parte, la investigadora recordó que en el altiplano sudamericano es una costumbre arraigada el hábito de mascar hojas de coca, actividad asociada a situaciones culturales, religiosas, de clima, etcétera. “que por sí misma no constituyen un acto delictivo, mencionamos esto porque el objetivo de nuestro trabajo es lograr parámetros analíticos, como ser, niveles de concentración de cocaína y/o sus metabolitos, que nos permitan diferenciar un adicto a la cocaína (consumo de drogas de abuso) de un coqueador (persona que consume hojas de coca); lo que sin duda será de gran utilidad en el ambiente criminalístico y forense”, concluyó.
Fuente:
Diario Norte
Web de la UNNE