Domingo, 28 de febrero de 2010
Robots de otra época
Sylvester Ellis fue un prolífico autor de historias de ficción del siglo XIX, publicó cientos de novelas de diez centavos que fueron leídas con gran entusiasmo por un público joven hasta la década de 1950. Además de los ciento cincuenta y nueve libros publicados con su nombre, el trabajo de este autor estadounidense fue reeditado en numerosos seudónimos como Capitan Bruin Adams, Charles E. Lasalle, Seelin Robins, entre otros…
Su primera novela de ficción y una de las más populares fue Steam Man, “el hombre de vapor de las praderas“, un ejemplar original que fue reimpreso seis veces desde 1868 hasta 1904. La historia trata de un enano adolescente llamado Johnny Brainerd, que inventó un artilugio de hojalata de tres metros de altura formado por válvulas y tuberías que se movía a vapor. El rostro era de hierro, pintando con un color negro, un par de ojos temerosos, un sombrero y una boca con una enorme sonrisa. El veloz Steam Man era capaz de sacar de algún que otro problema al pequeño Johnny,… unas aventuras que tuvieron una enorme popularidad entre los adolescentes de finales del siglo XIX.
Una ejercicio de ficción histórica que se realzó aun más de la mano de Paul Ginnan, un historiador amateur, que con ilustraciones y fotografías truncadas dio vida a numerosos hombres hojalata inmersos de lleno en la historia. Unas imaginativas y casi reales historias como la del robot guerrero Boiler Plate, que encabezó un grupo de asalto junto a Pancho Villa en el ataque a Columbus el 27 de marzo de 1916…quien lo diría, y la que se montó en el mundo del hoax.
Pero…, la verdadera historia de los artilugios de robótica ya existía mucho antes que las geniales novelas de ficción de Ellis. Tal vez sus novelas no eran un preludio del futuro, sino una inspiración de gente como el matemático griego Arquitas que en el siglo IV antes de Cristo construyó un ave mecánica que funcionaba con vapor y al que llamó “La paloma”. O también el ingeniero Herón de Alejandría que creó numerosos dispositivos automáticos que los usuarios podían modificar, objetos descritos como máquinas accionadas por presión de aire, vapor y agua.
Otro gran personaje fue Al Jarazi, un destacado erudito islámico que vivió durante la edad media en la edad de oro del Islam. Jarazi, es conocido por escribir en 1206, el libro del Conocimiento de ingeniosos aparatos mecánicos, donde describe 50 dispositivos junto con instrucciones de como construirlos.
O incluso Tanaka Hisashige, un ingeniero e inventor japonés que a mediados de 1800 se dedicó a construir muñecos mecánicos del periodo Edo, representando la historia de Japón.
Unas muñecas autómatas capaces de movimientos relativamente complejos, incluso de escritura…,éstas fueron rápidamente solicitadas por los grandes aristócratas de Kyoto, que fue la antigua capital imperial de Japón. Hisashige, ha sido llamado el Tomas Edison de Japón, y a sus 21 años ya estaba realizando por todo el país, festivales de muñecas con mecanismos de relojería. Fue uno de los fundadores de lo que más tarde se convertiría en Toshiba Corporation.
Y no olvidemos hablando del gran Tomas Edison, de sus geniales más de mil inventos que a lo largo de su ajetreada vida consiguió producir cada 15 días. Como por ejemplo sus famosas muñecas parlantes, que en 1890 fueron la sensación de grandes y pequeños.
El posterior comienzo del renacimiento, fue el resurgir de gente que comenzaban a despuntar por todo el mundo con una enorme vocación para la creación de dispositivos mecánicos. Unos dispositivos que parecían salir de unas mentes fuera de lo común,..como también es el caso de la famosa Máquina del juicio de Salomón, un artilugio que narraba la decisión Salomónica en la mímica, destacando la sabiduría para juzgar el rey, todo un amasijo de originalidad creado por un joven relojero holandés llamado Jan Elzinga en 1900.
Pero quizás no todo fue inspiración y si alguna premonición futurista del gran Sylvester Ellis, …ya que en 1868 un maquinista de Newark inventó un curiosa maquina en forma de hombre movida por vapor. Un mecanismo muy similar al Steam Man de la novela de ficción.
Una idea que el Sr. Zadock Deddrick intentaba promocionar como el gran invento mecánico. La idea se basa en un conocido principio mecánico que, si un gran peso se coloca en la parte superior de un montante ligeramente inclinado respecto a la vertical, la gravitación se tiende a producir en horizontal, así como el movimiento en vertical. La idea no tuvo éxito.
Fue un duro golpe para Deddrick y su hombre de vapor que para evitar el miedo que sentía mucha gente a ser transportado por tal artilugio, fue vestido y decorado para estar lo más cerca posible del resto de la humanidad.
El coste de este primer hombre de vapor fue de 2000 dólares, sus responsables esperaban una producción en cadena que lamentablemente para Deddrick nunca se produjeron y su invento paso a buen reposo en el museo de Newark en Ohio.
Curiosamente la palabra Robot fue conocida por primera vez por el público, a través de la obra RUR, del dramaturgo checo Karel Capek estrenada en 1921, la palabra se escribía como Robotnic.
La palabra robótica, en el sentido de disciplina científica encargada de construir y programar robots, fue acuñada (aunque de forma accidental) por el escritor de ciencia ficción Isaac Asimov.
Realidad o fantasía a lo largo de la historia muchas han sido las mentes inquietas que han creado infinidad de artilugios mecánicos, todas creadas con un único fin, el bienestar humano y como no, el progreso.
Más información en Cyberneticzoo, en BigRed hair, en D.Buckley
Los 5o mejores robots de la historia según Wired en Axxon
Casi todos habidos y por haber en la estupenda web de David Buckley , en Desing Boom ,en Robotics y en la Wikipedia
Fuente: