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2 de diciembre de 2009

¿Por qué no deberíamos volver a la Luna?

Jueves, 03 de diciembre de 2009

¿Por qué no deberíamos volver a la Luna?

La NASA impactó recientemente una sonda en la Luna y aclamó el proyecto como un éxito al encontrar ‘abundante’ agua. Pero un retorno a la Luna no tiene sentido ni científica ni tecnológicamente, dice el astrónomo Alastair Gunn.

Imagina una dramática visión del futuro: enormes plantas de procesado en el polo sur de la Luna excavando para obtener prístino regolito lunar, bombeando agua fresca a colonias que se acurrucan en el paisaje lunar. Ésta es una visión a menudo vendida por los profesionales aeroespaciales.

Para expandirnos y colonizar el Sistema Solar, defienden, tendremos que aprender nuevas técnicas de extracción mineral y de agua, primero en nuestro vecino celeste más cercano, la Luna, y luego en Marte.

Los científicos lunares acaban de reavivar esta visión con la confirmación de que los suelos muertos de la Luna contienen cantidades significativas de agua. El 9 de octubre, la NASA dejó caer un cohete centauro de 2 toneladas en el Cráter Cabeus de 100 km de diámetro, una depresión en sombra permanente cerca del polo sur de la Luna. El impacto provocó que se formara una columna de polvo de 1,6 kilómetros .

Minutos antes de su propio impacto, el espectrómetro de infrarrojo cercano de la sonda LCROSS vio signos reveladores de vapor de agua en la nube de material lunar. Científicos de la NASA estiman que pueden haber detectado 100 kg de agua, a partir de un cráter de impacto de no más de 20 a 30 metros de diámetro.

En el corazón de los planes de la NASA para la exploración del Sistema Solar está la presencia humana sostenible, que debe lograrse, ambiciosamente, en 2020. Los resultados de LCROSS se anunciaron en noviembre. A primera vista, implican que la Luna tiene un suministro de agua fácilmente disponible. Si pudiese desarrollarse la tecnología de extracción, podría aliviar los 20 000 dólares por kg que cuesta transportar el agua de la Tierra a la Luna.

Desafortunadamente, los resultados de LCROSS en realidad no implican que el agua lunar sea una fuente conveniente. Los datos mostraron que había aproximadamente 100 kg de agua en los estimados 10 millones de kg eyectados por el impacto del cohete. Esto es, en realidad, más seco que el desierto más árido de la Tierra. Según la mayor parte de estándares, la Luna está totalmente muerta.

Pero aún es peor. Muchos importantes investigadores dicen que simplemente no es económico extraer el agua de la Luna. Al menos durante las primeras décadas de una base lunar permanente, el coste de producción de agua será mucho mayor que importarla desde la Tierra.

Incluso así, otros científicos sugieren que lo importante es la realización de estas tecnologías, no el marco de tiempo (o el coste) de su desarrollo. Necesitaremos hacer esto en Marte, dicen, por lo que vamos a hacerlo antes en la Luna.

Pero esto nos presenta otro obstáculo. Marte es muy diferente a la Luna. Solo hace unos meses, el Orbitador de Reconocimiento de Marte de la NASA (MRO) encontró enormes cantidades de ahielo de agua pura justo bajo la superficie de varios cráteres de latitudes medias. Parece que el agua está disponible mucho más fácilmente en Marte que en la Luna.

Extraer estas enormes reservas será muchísimo más eficiente y económico que estrujar hasta el trozo más diminuto de humedad del regolito lunar. Tal tecnología no puede desarrollarse en la Luna. Por lo que, finalmente, la confirmación del agua lunar no justifica la creencia de que los humanos debemos volver allí.

Por supuesto, hay ciertamente mucho que aprender aún de la Luna sobre la evolución del Sistema Solar y de la propia Tierra. Hay, efectivamente, mucha más ciencia esperando hacerse. Pero no encontrarás al científico lunar medio defendiendo una exploración humana de la Luna. La mayor parte, si no toda, la ciencia puede hacerse con misiones robóticas baratas. Los resultados de LCROSS son prueba de ello.

Entonces, ¿por qué está fija la NASA en este ambicioso objetivo? Si lees entre líneas, los funcionarios de la NASA no lo defienden sólo en base científica. Poner gente en el espacio, o en la Luna, tiene un valor emotivo y espiritual que, según dicen, justifica el coste. Pero para muchos, yo incluído, no es una motivación lo bastante fuerte. Un retorno a la Luna no tiene sentido, ni científica ni tecnológicamente.

No estoy solo al expresar esta opinión. Incluso el legendario astronauta que pisó la Luna, Buzz Aldrin, ha cuestionado la visión de su antigua empresa, señalando que nunca lanzaremos una misión a la Luna dado que no hay razón para volver allí. Aldrin, y muchos otros, insisten en que la Agencia debería fijarse en Marte.

La NASA también fue criticada el año pasado por un comité de revisión del Programa de Desarrollo de Tecnología de Exploración de la Agencia. El comité dio voz a las preocupaciones de que el foco actual de la NASA se centre en establecer una presencia humana en la Luna, mientras que el objetivo a mayor plazo de Marte, sea completamente ignorado.

Además, el comité concluyó que bajo los actuales modelos financieros, la NASA no puede abordar su ambicioso programa de desarrollo lunar. La Agencia necesita otros 3000 millones de dólares cada año para desarrollar su sistema de lanzamiento Ares/Orion hacia un sistema viable de exploración lunar. En el clima financiero actual es tan probable como encontrar un lago de agua dulce en la Luna. Por consiguiente, un retorno a la Luna para 2020 empieza a parecer un sueño imposible.

Por supuesto, costará a la NASA mucho más que los adicionales 3000 millones de dólares adicionales desarrollar una misión tripulada a Marte. Pero, si un retorno a la Luna no tiene un propósito real, ¿no sería mejor gastar el dinero en un estudio preliminar de los requisitos para la exploración humana de Marte?

Desde los días de Apolo, Marte ha estado mirándonos fijamente cara a cara. Es el siguiente paso obvio. No sólo tiene unas reservas de agua enormemente más convenientes, sino una atmósfera rica en carbono y nitrógeno y suelos ricos en minerales. Marte tiene los recursos adecuados para el establecimiento de colonias permanentes. La Luna es un entorno baldío y hostil en comparación.

Y potencialmente, Marte puede decirnos mucho más sobre la formación y evolución del Sistema Solar y sobre la predominancia o no de vida en el Universo. El planeta rojo es donde se encuentra el verdadero reto, científico, tecnológico y político. Y si es simplemente gloria lo que quieres, tendrás tanta, si no más, yendo a Marte en lugar de a la Luna.

Fuente:

Ciencia Kanija

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