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17 de noviembre de 2009

Cumbre del Hambre: Buenas intenciones y pocas inversiones



Martes, 17 de noviembre de 2009

Cumbre del Hambre: Buenas intenciones y pocas inversiones

"Hoy van a morir 17.000 niños en el mundo". Con este arranque directo, seco y contundente, inauguró ayer el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, la cumbre mundial sobre la seguridad alimentaria ayer en Roma. La cita busca remedios para los mil millones de personas -un sexto de la población mundial- que pasa hambre.

Conocer Ciencia les ofrece una selección de artículos que acrecientan las nubes negras en el horizonte de la Humanidad. Ni el cambio climático ni el hambre parecieran importarles a la mayoría de los gobernantes del planeta. Es desconcertante, ingresen a Google News ahora y verán gran cantidad de artículos en tono pesimista, como los que está a punto de leer:



1. Fracaso en Roma, fracaso en Copenhague

Jesús Torquemada de EITV.com es escéptico:

Mucha gente se ha vuelto escéptica y piensa que las grandes cumbres internacionales no sirven para nada. Y lo que está sucediendo estos días en Roma y lo que va a suceder en diciembre en Copenhague parece darles la razón.

El hambre, que ya fue uno de los grandes problemas del siglo XX, lo sigue siendo en el siglo XXI. La FAO, la organización de la ONU dedicada a la agricultura y la alimentación, celebra estos días una cumbre en Roma para buscar soluciones a ese problema.

Se han vuelto a repetir las cifras de siempre: que muere un niño cada cinco segundos, que eso son 17.000 niños al día y 6 millones al año. Eso sólo se puede arreglar poniendo mucho dinero, y el dinero sólo lo pueden poner los que lo tienen.

Pues bien, para empezar, la mayoría de los países ricos han enviado a Roma delegaciones de segundo nivel. No se han puesto fechas concretas para erradicar el hambre ni tampoco se han comprometido recursos financieros suplementarios en cantidad significativa. Así que en la próxima cumbre de la FAO volveremos a escuchar lo de que mueren demasiados niños por hambre.

Otro de los grandes problemas del siglo XXI, y de éste apenas había conciencia en el XX, es el del cambio climático. En diciembre va a haber una cumbre en Copenhague para pactar un nuevo compromiso que sustituya al Protocolo de Kyoto. El nuevo pacto debería establecer reducciones más ambiciosas de la emisión de gases. Pues bien, los presidentes de Estados Unidos y China, Obama y Hu, que han celebrado su propia cumbre bilateral, ya han decidido que con ellos no cuenten. Y si ellos, que son los que más gases emiten, no participan en el esfuerzo, de Copenhague no puede salir nada que sea eficaz.

2. Documentos, documentos y documentos... pero sin inversiones concretas

Verónica Becerril de ABC.es es también bastante pesimista

A pocas horas de dar inicio la Cumbre sobre seguridad alimentaria en la sede del organismo de Naciones Unidas para la agricultura y la Alimentación (FAO), los 60 jefes de Estado y de gobierno reunidos en Roma, ratificaron un documento final con cinco puntos cargados de buenas intenciones pero sin inversiones concretas.

Desarrollo rural; coordinación de las estrategias nacionales, regionales y globales en la utilización de los recursos; mayor cooperación entre organismos; inversiones; y acciones a medio y largo plazo, fueron las recetas dadas en el documento.

"Una gran contradicción", comentaban las ONGs presentes en la capital italiana. Razón no les falta porque nada más empezar la cumbre, ésta había terminado. El documento había sido aprobado, pero faltaban las grandes potencias del mundo a ratificarlo. Porque en la cumbre de la FAO no está Estados Unidos, o Alemania, y nadie se acuerda de la promesa lanzada durante el G-8 de este año en el que se firmaron 20.000 millones de dólares para acabar con el hambre.

3. Opinan Diouf, Bachelet y Lula

El periódico mexicano La Jornada nos informa sobre las diversas opiniones vertidas:

Varios expertos en el mundo han señalado que las metas recomendadas por la ONU no se cumplirán, y datos difundidos en el primero de tres días de la cumbre indican que las alzas registradas el año pasado en el precio de alimentos básicos, como el arroz y el trigo, fueron la causa de disturbios en 60 países.

El director general de la FAO, Jacques Diouf, lamentó la falta de un calendario para erradicar el hambre y el rechazo a la dotación de fondos para tal propósito.

Diouf cuestionó sobre todo la carencia de una fecha límite para erradicar el hambre, fijada en reuniones anteriores para 2025.

Durante la ronda de discursos, Bachelet advirtió que será imposible resolver el problema del hambre si no ponemos ya el problema de la inequidad en el centro del debate mundial.

Minutos antes, Lula manifestó que se necesita voluntad y determinación política para reducir el hambre, a la que nuevamente describió como la más devastadora arma de destrucción masiva en nuestro planeta, porque “no mata soldados, mata niños que ni siquiera tienen un año de edad.

Gastaron millones de dólares para salvar a los bancos quebrados. Con menos de la mitad de esos recursos hubiera sido posible erradicar el hambre en el mundo, puntualizó Lula.

En la cumbre, el secretario general de la ONU, el sudcoreano Ban Ki-moon, vinculó el tema de la seguridad alimentaria con el cambio climático, que será tema de una nueva reunión internacional en Copenhague, el mes próximo.

América Latina, África y Asia podrían ver una reducción potencial de entre 20 y 40 por ciento en productividad agrícola si las temperaturas suben más de dos grados Celsius en los próximos años, alertó.

La región subsahariana de África sería el área más afectada por el calentamiento global, según expertos de la ONU, porque su agricultura depende casi totalmente de la lluvia.

Fuera de la sede de la cumbre, unos 600 representantes de movimientos contrarios a la globalización y organizaciones no gubernamentales denunciaron indignados los escasos resultados de la cumbre.

4. Cumbre del Hmabre reafirma un plan incumplido sin poner más dinero

El Páis, de España, también publicó un artículo bastante son¡mbrio:

En la diana de los discursos que abrieron la cumbre están las naciones ricas, "justo aquellas que podrían cambiar las cosas" -como dijo el director general de la FAO, Jacques Diouf- y cuyos líderes han desertado de la cita romana. Ni un jefe de Gobierno de los países miembros del G-8 está presente en la capital italiana, salvo Silvio Berlusconi, que, si no estuviera en Roma, debería acudir a Milán, donde hoy se abre un juicio en su contra.

Aun así, los 60 jefes de Estado y representantes de alto nivel reunidos en la sede de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) adoptaron ayer por la tarde el documento que servirá de eje a los trabajos. Son apenas siete folios que renuevan el Objetivo del Milenio de reducir a la mitad el número de las personas que pasan hambre antes de 2015. Una apelación que corre el serio riesgo de ser sólo papel mojado: en el documento no hay ni sombra de nuevas financiaciones e inversiones. Sólo se anima a los países del G-8 a "respetar plenamente la palabra dada en L'Aquila", cuando decidieron destinar 22.000 millones de euros en tres años.

El alcalde de Roma, el derechista Gianni Alemanno, subrayó: "El documento es una desilusión, ya que no da indicaciones concretas sobre cómo alcanzar el Objetivo y tampoco pone a disposición recursos adecuados". "Los países ricos tienen que hacer más", declaró el presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano.

También acudió el Papa. "Basta de opulencia y despilfarros. Basta de la explotación de los países más pobres", ha dicho. "La Tierra puede alimentarnos a todos. Es despreciable la práctica de destruir alimentos por fines comerciales: la comida no se puede considerar como una mercancía", ha subrayado, poniendo en evidencia que "la malnutrición y el hambre no dependen del crecimiento demográfico, sino de los mecanismos de distribución".

A pocos kilómetros de distancia del palacio de la FAO, le hace eco, con diferencias, el Foro Civil para la Soberanía Alimentaria: 480 delegados de todo el mundo, representantes de organizaciones de campesinos, ganaderos, pescadores, mujeres, ONG, asociaciones ambientalistas y de derechos humanos. Para Antonio Onorati, uno de los organizadores del Foro, "no es importante que los grandes no estén presentes para decidir". "Ellos manejan los hilos de la alimentación mundial desde siempre, y mira lo que han hecho. Las cosas han ido empeorando. Lo malo es que ni siquiera hayan venido a asumir sus responsabilidades".

Conclusión: Todo está consumado, esta cumbre del hambre ya está destinada a fracasar... Lo que nos vuelve más pesimistas a los resultados de Copenhague...

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