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17 de agosto de 2007

Sismos: Sepa cómo ayudar a un niño a superar el miedo a los sismos.



Padres y maestros deben mantener la calma para no transmitir el pánico. Tras estos eventos debe llevar a su niño al psicólogo para prevenir ansiedad
No existe tarea más difícil que consolar a un niño y hacerle entender que tiene que continuar sus actividades regulares luego de un evento catastrófico como un terremoto. Pero no es imposible. Los padres y profesores pueden hacer mucho para evitar que los niños sufran problemas de ansiedad.

MANTENER EL CONTROL
Los adultos deben actuar con la mayor calma posible para evitar que un niño entre en pánico durante un terremoto porque el menor imitará sus reacciones, expresó Manuel Saravia Oliver, director del Instituto Guestalt de Lima.

Recomendó que durante el movimiento telúrico los padres abracen a sus hijos y los hagan sentir seguros diciéndoles con cariño que están a salvo. Indicó que si un evento así ocurre durante el horario de clases, los profesores deben guiarlos con calma y ponerlos a salvo, para evitar que piensen en situaciones extremas.

El psicólogo Saravia recomendó que luego del siniestro los profesores repasen con sus alumnos las normas de Defensa Civil, para que se sientan preparados.

Además, señaló que se les debe explicar lo que ha ocurrido minimizando el hecho, pero sin negar la realidad. "Se les debe decir que lo más fuerte ya ocurrió, que quizás ocurran nuevos eventos, pero que serán de menor intensidad y que no les va a pasar nada", expresó.

PERDER EL MIEDO DE A POCOS
Si luego del sismo el niño está asustado y se niega a entrar en una habitación donde ha visto que se han caído cosas, los adultos no lo deben forzar a hacerlo porque fortalecerían más el miedo reviviendo el evento traumático.

El psicólogo indicó que en este caso los padres deben acercarlo poco a poco al lugar para que pierda el miedo. "El niño recuperará la seguridad de forma gradual. Primero deben acompañarlo hasta la puerta y preguntarle cómo se siente, si tiene miedo deben retirarse y si siente confianza pueden avanzar un poco más", explicó.

También comentó que existen métodos divertidos que pueden ayudar, como cambiar la disposición de los muebles de la habitación o pintar una pared para darle la sensación al niño de que está en un ambiente distinto.

Otro de los miedos infantiles más comunes luego de una catástrofe es dormir solos y la oscuridad de la noche, por lo que es posible que quieran dormir con sus padres. En ese caso el especialista comentó que es recomendable que les permitan dormir con ellos o ponerles una lámpara. Sin embargo, lo mejor es que reciban ayuda especializada. "En la medida que mantengan estos síntomas deben recibir ayuda psicológica o psiquiátrica para que reciban terapia o psicofármacos si presentan síntomas agudos de ansiedad como presión en el pecho, sudoración o dolores de cabeza", destacó.

Añadió que en el caso de que el niño tenga que afrontar la muerte de un familiar o ser querido que haya fallecido durante el sismo, los padres deben hablarles a sus hijos con la verdad y explicarles que lo que ha ocurrido ha sido producto de un trágico accidente.

AYUDA DE OTROS
Por su parte, Javier Saavedra, psiquiatra del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado -Hideyo Noguchi del Ministerio de Salud, indicó que compartir las experiencias vividas durante el sismo con la familia o amigos, cuando se ha sufrido pérdidas humanas y daños personales es muy recomendable para liberar las tensiones acumuladas a través de la conversación y el intercambio de opiniones.

EL DATO
- Señales de la ansiedad
Identifique si su niño tiene falta de interés por seguir sus actividades, dolores de cabeza y estómago, nerviosismo y mal humor, falta de sueño, problemas de concentración, permanente estado de alerta y presión en el pecho o sudoración.

- El estrés postraumático
Según la Organización Mundial de la Salud, puede aparecer unos seis meses después de una situación de terror no previsible.

El psicólogo Manuel Saravia explica que quienes lo sufren comienzan a revivir la experiencia en sueños o mientras están despiertos, saliéndose de la realidad, también pueden tener crisis depresivas, falta de apetito, ansiedad, sentimiento de culpa y negación. "Las personas que están en mayor riesgo son quienes han visto morir a alguien o quienes se hirieron durante la catástrofe", indicó.

La aparición del estrés postraumático depende de la sensibilidad de la persona y no puede evitarse, pero el especialista recomienda que se refuerce la autoestima de la persona y se le enseñe técnicas de autocontrol emocional y relajación mediante la respiración, para que sepa manejar sus miedos.

Destacó que es importante que las personas con estos síntomas reciban asistencia psicológica. "La terapia es fundamental porque incluye la ayuda para tomar decisiones, exponerse a la situación traumática, aprender a ser sosegado y a mantener el control en determinadas circunstancias, señaló.

Fuente:

Vida & Futuro (El Comercio)
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