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16 de marzo de 2007

¿Por que la ciencia no es cultura?

14/03/2007 ANTONIO MUÑOZ

Podría ser esa una cuestión de la que el profesorado se sentiría ¿orgulloso? al formulársela uno de sus alumnos o una de sus alumnas.

Orgulloso, sí, porque lleva aparejada una autorreflexión sobre el concepto de ciencia y su repercusión social. Orgulloso, no, porque ya en los albores del siglo XXI no debería caber dicotomía entre humanidades y ciencias.

Y es que desde hace demasiado tiempo venimos entendiendo --porque así no los han enseñado en la escuela, y por tanto se respira en el seno de la sociedad --que una persona culta es aquella que sabe hablar de política, sobre la obra de cualquier literato, la pintura o escultura de este o aquel artista... hasta incluso saberse de retahíla la lista de los reyes godos. Ocurre que una persona con cierta sapiencia en Ciencia, lee aquí y allá, se interesa sobre los clásicos o sobre el literato de moda; pero otra persona con cierta sapiencia en Letras, puede perfectamente no conocer más de algún nombre relevante en el mundo de la Ciencia. Unos y otros actúan y se mueven según se les ha inculcado desde que eran niños, y hoy por hoy las cosas no han cambiado.

Por poner un ejemplo, no hay más que echar un vistazo a la mismísima revista de Muface (diciembre 2006-febrero 2007) y podremos comprobar que de las páginas 44 a la 47 se invita al lector a interesarse, culturalmente se entiende, por determinados aspectos como son el arte, el teatro, el cine, los museos, la literatura y la música. Toda una serie de referencias, sin duda todas ellas interesantes, pero que sin embargo, a mi juicio, nos muestra sin mostrar en lo que queda la cuestión científica. ¿Es que el sentimiento humanista no puede o no debe ser compatible con el raciocinio científico?

Resulta, cuanto menos, chocante esa aparente contradicción con las contínuas referencias que se hacen en telediarios a cuestiones científicas varias que sin duda deben interesar a la sociedad, dado el valor económico de unos pocos segundos de ocupación horaria en la televisión. Noticias de rabiosa actualidad como los efectos catastróficos del tsunami, el protocolo de Kioto y el desarrollo sostenible, el más que palpable cambio climático, la lucha contra terribles enfermedades como el cáncer, el problema del petróleo y las fuentes alternativas, así como diversas cuestiones de ciencia y ética (caso sangrante del ya tristemente famoso científico coreano Hwang Woo-suk, y las posibles repercusiones de sus estudios)... ¿Acaso no merecen estos hechos una mínima capacidad en el ciudadano y en la ciudadana, en nuestros hoy jóvenes, para reflexionar y forjarse una opinión mínimamente razonada y capaz, capacitada para cuestionar las políticas de nuestros representantes en temas que tanto nos afectan, y afectarán cada vez más, a esta nuestra realidad social?

2007 ha sido declarado Año de la Ciencia, aunque sólo en España. El objetivo básico es promover el avance científico y tecnológico, divulgar la ciencia y parece que, también, acercar a nuestros estudiantes a la actividad inventiva y a la promoción del espíritu emprendedor de todo joven español. Pero, ¿hay realmente una verdadera implicación, o se trata simplemente de dar una imagen de cara al patio? ¿Realmente se sientan las bases necesarias en el propio mundo educativo, en las raíces en que se sustentarán los innovadores científicos del mañana, en la realidad de las aulas?

Entiendo que sólo es cuestión de tiempo, que los tiempos que corren obligarán a los políticos del momento precisamente a moverse y plantear políticas más afines para con la educación de la ciudadanía en ciencia, tal como ya se han apresurado a hacer otros países. Pero, ¿para cuándo? ¿Hasta cuándo el profesorado de Ciencia ha de clamar justicia para las disciplinas que imparte en la escuela? ¿Cómo se puede enseñar Ciencia en los institutos sin el apoyo imprescindible de los laboratorios, con una ratio inadecuada? ¿Por qué esa insuficiencia horaria tan patente en el horario de las Ciencias? Y ahora, con el novísimo decreto de la ESO para Andalucía, las disciplinas de Biología, Geología, Física y Química desaparecen de las enseñanzas comunes. ¡Pues vaya con el año de la ciencia! ¿Cómo le podemos pedir al futuro profesorado de Ciencias que plantee estrategias acorde con las características de sus materias, si ellos mismos, cuando fueron alumnos, no recibieron una enseñanza acorde con ello? ¿No es ya hora de empezar a poner remedio a esto? ¿Qué sesgados intereses contribuyen a desgajar del ente cultural su faceta humanística de la científica? Y del mismo modo, ¿cuándo este "rincón de la ciencia" dejará de ser eso, un simple rincón?

Fuentes:

Diario Cordoba

América Económica

Debate: Fondos Públicos para la Ciencia

Si el tema le interesa, y debe de ser así pues usted a leido hasta estos renglones, lo invitamos a visitar la página web oficial del "Año de la Ciencia"...

ESPAÑA: Año de la Ciencia


"La semana del cerebro"

Unidad Didáctica: "Viaje al Universo Neuronal"
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