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8 de septiembre de 2009

Argentina: Las formas más antiguas de vida viven en un lago

Martes, 08 de septiembre de 2009

Las formas más atiguas de vida viven en un lago de Argentina
  • Los microscópicos estromatolitos, decisivos en la formación de la atmósfera
  • En este desierto aún perduran, fosilizados y como organismos vivos
¿Qué son los estromatolitos?

Los estromatolitos (del griego στρώμα strōma = cama/alfombra y litho = piedra.) son estructuras estratificadas de formas diversas, formados por la captura y fijación de partículas carbonatadas por parte de algas cianofíceas y cianobacterias en aguas someras que, en la fotosíntesis, liberan oxigeno y retiran de la atmósfera grandes cantidades de dioxido de carbono, que emplean en la construcción de los estromatolitos. Son los organismos vivos más antiguos del planeta, y se cree que son los primeros seres vivos de la Tierra.

Causantes del oxígeno en la Tierra

Hace unos 3500 millones de años, cuando en los océanos ya emergían millones de células vivas, aparecieron los estromatolitos. Ya hace 2500 a 1000 millones de años atrás, los arrecifes de estromatolitos estaban ampliamente expandidos y comenzaron a segregar un gas que fue causante de la primera extinción masiva del planeta. Este gas era el oxígeno y provocó un cambio drástico en la Tierra, notable hasta nuestros días.

¿Dónde se forman?

Actualmente, solo se forman en algunos raros lugares preservados del planeta, como por ejemplo en la costa oeste de Australia (no lejos de los sitios donde se encontraron los estromatolitos fósiles), en las Bahamas, en el Mar Rojo, en Lagoa Salgada zona de Rio de Janeiro (Brasil), en Cuatrociénegas, ubicado en Coahuila de Zaragoza, México y en salares de la Zona Norte de Chile, como el Salar de Llamara.

Recientemente se descubrieron estromatolitos vivos en la zona de la Puna Salteña, en el norte de Argentina, más precisamente en la laguna de Socompa y en seis "ojos de mar" (lagunas pequeñas, profundas y muy saladas) cercanos a la población de Tolar Grande en el departamento Los Andes.

Esta es la nota:

María Eugenia Farías, la investigadora, en plena sesión de buceo. | elmundo.es

María Eugenia Farías, la investigadora, en plena sesión de buceo.

La investigadora se zambulle ruidosamente en las aguas cristalinas de la laguna y las llamas que la observaban desde un promontorio, huyen en dirección a los volcanes que se alzan a lo lejos. Pareciera que los camélidos y María Eugenia Farías fuesen las únicas criaturas en el árido desierto de la Puna de Salta.

Pero hay otras formas de vida, que no pueden ser detectadas a simple vista. Se trata de los estromatolitos, organismos que ya existían hace 3.500 millones de años, poco después de la formación del planeta Tierra. Farías, directora del Laboratorio de Investigaciones Microbiológicas de Lagunas Andinas (LIMLA), descubrió, al noroeste de la provincia de Salta (Argentina) un ecosistema único en el mundo, donde los estromatolitos aún perduran, fosilizados y lo que es aún más asombroso, en forma de organismos vivos.

Ellos constituyen agrupaciones de microbios fotosintéticos, asociados a distintos tipos de bacterias y a concreciones calcáreas que forman verdaderas rocas orgánicas. Se les puede describir como una arcaica y diminuta planta de energía, con mecanismos diferenciados: las algas producen la fotosíntesis y absorben el CO2. Las bacterias reciclan los nutrientes minerales. El proceso se completa con la liberación de oxígeno. "De hecho, fueron estos microorganismos extremófilos u otros similares los que crearon nuestra atmósfera, rica en ozono, e hicieron posible la aparición de formas más complejas de vida", indica Farías.

Se han descubierto estromatolitos en otros ambientes salinos como los del parque de Yellowstone (Estados Unidos), y en regiones desérticas de Australia, Chile y México. Pero los hallados en la laguna de Socompa y en los seis ojos de mar de Tolar Grande, son los únicos que sobreviven a una altitud de entre 3.600 metros y 4.000 metros sobre el nivel del mar y expuestos a una fuerte radiación ultravioleta. Dicho de otra forma, en un medio similar al que prevalecía en la era precámbica.

"El estudio de estos fósiles vivientes permite recrear los procesos que intervinieron en la creación de la vida en la tierra. Y pensar en la existencia de organismos similares en otros planetas. El desierto de Atacama y la puna salteña son dos ambientes extremos, parecidos a los del planeta Marte", cuenta la bióloga. María Eugenia, de 41 años, hizo su doctorado en biología molecular, en el Centro de Investigaciones Biológicas de España (CIBE).

El proyecto que dirige desde el 2003, se financia con la ayuda de diversas instituciones, entre ellas la Fundación del BBVA. Además contribuir a la investigación de formas primigenias de vida, del estudio de los estromatolitos pueden derivar aplicaciones prácticas, como la producción de plásticos biodegradables; aditivos para cosméticos o principios activos para remediar mutaciones genéticas.

La investigadora aprendió a bucear en los arrecifes de coral de Australia. "En las lagunas de la Puna es más arriesgado. El agua es fría y debido a la concentración de sales, hace falta el doble de lastre para sumergirse. A quienes se sientan tentados a probar, les recomiendo que se abstengan. A estas altitudes la presencia del nitrógeno puede resultar mortal", concluye Ana María Farías.

Fuente:

El Mundo (España)

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