La densa niebla marrón que
durante los últimos diez días ha cubierto nueve grandes ciudades de
Irán, incluyendo la capital, ha causado la muerte de miles de personas,
según las autoridades del país.
La oficina de la BBC en Teherán, ubicada en las montañas, en la zona norte de la ciudad, ofrece a menudo una vista despejada de la impresionante Teherán.
Pero estos días sólo se ve el perfil borroso de los edificios más altos y la torre de comunicaciones Milad destacando entre la nube de contaminación.
Peor que nunca
Es imposible caminar por la calle sin llevar puesta una mascarilla sobre la boca y la nariz, pero aún así los ojos te empiezan a llorar y te duele la garganta por la contaminación, que según los expertos está formada por partículas de grafito, dióxido de azufre y bencina.Teherán ha sido tradicionalmente famosa por su contaminación, sobre todo durante los inviernos secos, como éste.
La cordillera de Alborz impide que el viento llegue a la ciudad para limpiar el ambiente. Y además Teherán está inundada por coches y rodeada por fábricas de cemento y estaciones eléctricas.
Pero la calidad del aire es ahora peor que nunca.
Teherán apenas disfruta de 100 días saludables al año. El Ministerio de Salud informó de un aumento en las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, así como de un incremento de la variedad de tipos de cáncer relacionados con la contaminación.
Cada año 5,5 millones de vehículos expulsan al aire de la ciudad cinco millones de toneladas de dióxido de carbono y otros gases venenosos.
¿Culpa del petróleo?
Algunos expertos creen que el petróleo refinado en el país es de baja calidad y por tanto ha contribuido a la situación.
El diario Donya-e-Eqtesad, crítico con el gobierno, pidió este domingo en un editorial que se mejore la calidad del combustible.
Sin embargo, en la televisión oficial, varios funcionarios negaron que la nube amarillenta que cubre las ciudades tenga que ver con el carburante local.
Organismos públicos, escuelas, universidades y bancos volvieron a abrir el domingo después de que el gobierno ordenara cerrarlos durante cinco días para intentar reducir los niveles de contaminación.
Además, el ejecutivo a impuesto estrictas reglas para el tráfico en Teherán. Se trata de un plan por el cual, dependiendo del último número de la matrícula del automóvil, la mitad de la flota no puede circular en días específicos.
Pero se trata de tácticas a corto plazo que no tienen demasiado impacto a la larga.
Sin un plan efectivo del gobierno para lidiar con la contaminación, a los ciudadanos y las autoridades sólo les queda esperar que la lluvia y el viento limpien el esmog.
"No salga de casa"
"No te confíes sólo con esta receta, escucha a tu madre y no intentes salir de casa. Bebe toda la leche y agua que puedas "
Doctor Bahrami
En el nuevo hospital de Farmaniyeh, en el norte de Teherán, los niños tosen mientras esperan con sus madres a que les atiendan.
La mayoría reciben difenhidramina y jarabes.
"No te confíes sólo con esta receta, escucha a tu madre y no intentes salir de casa. Bebe toda la leche y agua que puedas", le dice el doctor Bahrami a un niño de 10 años que tose cada vez que respira.
"Puede mezclar agua caliente con miel y que la beba para parar la tos", le dice a la madre.
Teherán, donde viven cerca de 14 millones de personas, necesita un plan estratégico para acabar con la peligrosa contaminación.
Pero tan pronto como vuelve el viento y el esmog se diluye, el problema se olvida rápido... hasta la próxima ocasión en que la nube marrón vuelve a descender.
Fuente:
BBC Ciencia