A los primeros seres complejos que habitaron la Tierra no les interesaba el sexo. Un análisis de fósiles de hace más de 500 millones de años sugiere que los organismos pluricelulares más antiguos del registro fósil se reproducían como muchas de las actuales plantas: para las grandes distancias usaban propágulos, como las patatas o los lirios. Para las distancias cortas, proliferaban mediante estolones, como las fresas.
Hasta hace unos 635 millones de años, las bacterias y otros organismos unicelulares reinaban en el planeta. Pero, en un misterio aún por resolver, desde entonces el registro fósil recoge la presencia de una gran cantidad de seres vivos complejos. Los científicos aún discuten si eran animales o algún otro clado del árbol de la vida. No tenían huesos o alguna estructura ósea exterior, pero sí tienen claro que eran organismos multicelulares. Fue el principio de la vida compleja sobre la Tierra. Ahora, un grupo de investigadores británicos cree haber descubierto cómo se reproducían uno de aquellos extraños seres.
Los investigadores han estudiado una serie de fósiles encontrados en tres zonas sedimentarias de lo que hoy es Terranova (Canadá), pero entonces estaba cubierta por el mar. Los registros están datados en torno a 580-541 millones de años atrás, en la parte final de lo que es el periodo Ediacárico. Son los organismos complejos más antiguos descubiertos hasta la fecha. Se trata de poblaciones de dos especies de Fractofusus, pertenecientes al grupo de los rangeomorfos. Por su apariencia fosilizada, recuerdan a algunas plantas y por sus reconstrucciones asemejan a las lapas marinas, pero eran otra cosa. Muchos científicos sostienen que fueron los primeros animales, aunque otros se conforman con llamarles protoanimales y los más prudentes reconocen que no lo saben.
Estos macroorganismos eran lo que los biólogos llaman sésiles, es decir, que no se movían, se quedaban fijados en el lecho marino. Entonces, ¿cómo se reproducían y colonizaban nuevos territorios? Usando un enfoque original, apoyado en mediciones milimétricas por GPS de la posición en que las poblaciones de Fractofusus quedaron grabadas para la historia, los científicos han descubierto dos patrones que no pueden deberse a la casualidad.
Por un lado, los ejemplares más grandes, supuestamente los adultos, presentan una distribución aleatoria pero marcada por la orientación de las corrientes marinas. Sin embargo, a su alrededor, hay Fractofusus de tamaño medio y otros aún pequeños, que podrían ser una especie de crías. Aquí, la distribución espacial sigue un patrón propio de muchas plantas modernas. Tal y como explican en la revista Nature, los científicos creen que estos organismos usaban una estrategia doble de reproducción: algún mecanismo de propágulos (ya fueran esporas, bulbos, tubérculos...) para las distancias mayores y, como hacen las fresas, estolones para las pequeñas.
"La reproducción por estolones o propágulos tienen patrones espaciales diferentes", dice la investigadoras del departamento de Geología de la Universidad de Cambridge y coautora del estudio, Emily Mitchell. "Hemos comprobado que la gran mayoría de los Fractofusus surgieron de estolones, estaban agrupados en radios muy pequeños y estas agrupaciones no presentaban un patrón de dirección. En cambio, los especímenes más grandes muestran un patrón muy diferente. No forman grupos, están distribuidos aleatoriamente en el lecho marino, pero sujetos a la direccionalidad de la corriente", añade.
Esta combinación, explica Mitchell, "solo puede encajar con que los Fractofusus grandes se formaron de propágulos fuera de la columna de agua mientras que los medianos y más pequeños crearon agrupaciones por una reproducción de tipo estolón". El hecho de que este doble patrón lo hayan comprobado en los tres yacimientos alejados entre sí por decenas de kilómetros, da más fuerza a sus conclusiones.
Sin embargo, a pesar de esta aparente ventaja adaptativa, los Fractofusus, como todos los rangeomorfos y el resto de la vida del Ediacárico se extinguieron hace unos 540 millones de años. No se sabe el porqué, pero Mitchell da algunas posibles pistas: "Debido a que la gran mayoría de los Fractofusus eran clones de sus padres, el resultado de una reproducción asexual por estolones, su capacidad para adaptarse con agilidad pudo ser menor que la de los animales cámbricos".
Tomado de:
El País Ciencia