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22 de diciembre de 2012

Nuevo programa informático permite sustituir al jefe por un ordenador

La herramienta es capaz de delegar tareas en trabajadores humanos a través de plataformas de crowdsourcing. ¿Será una mezcla de HAL 9000 y Dilbert?
  
Investigadores de la Universidad de Massachusetts, en Estados Unidos, han desarrollado el primer sistema basado en crowdsourcing totalmente automático, al incluir de forma novedosa tareas propias de un jefe como gestionar a los trabajadores, mandarles trabajos, aceptarlos o rechazarlos y hacer los pagos. Bautizada como AutoMan, el objetivo de la herramienta es mejorar el rendimiento del crowdsourcing, favoreciendo la creación de una nueva clase de empleos que podría convertirse en un sector emergente de la economía mundial. 

El reconocimiento de matrículas es una tarea habitual de crowdsourcing. Fuente: UMASS
El reconocimiento de matrículas es una tarea habitual de crowdsourcing. Fuente: UMASS 
A pesar de los continuos avances en Inteligencia Artificial (IA), los ordenadores siguen con complicaciones para completar tareas que resultan de gran facilidad para el hombre, como leer la matrícula de un coche o entender el sentido de la ironía o de un chiste. Para salvar este escollo cada vez es más habitual el uso de plataformas de crowdsourcing, donde se aprovechan las posibilidades que brindan las tecnologías web 2.0. para que la multitud pueda colaborar.
Sin embargo, la utilidad de estos métodos también es limitada, pues al no estar totalmente automatizados existen dificultades para dirigir tareas complejas o interrelacionadas. En otras palabras, falta un jefe que organice y dé el visto bueno al trabajo. En este propósito trabajan los investigadores de la Universidad de Massachusetts (UMASS), en Estados Unidos, que han desarrollado Automan.

“Preferiría tener como jefe a un ordenador que a un imbécil”, afirma contundente Daniel Barowy en un artículo publicado en Newscientist. Este informático de la UMASS ha creado junto a su equipo el primer sistema totalmente automático capaz de delegar tareas en trabajadores humanos a través de plataformas de crowdsourcing como Mechanical Turk de Amazon.

El funcionamiento de esta web es sencillo: una serie de empresas o usuarios (llamados requesters) suben a la plataforma diferentes tipos de pequeñas tareas. Los usuarios trabajadores (o workers) hacen esos encargos, y cuando los requesters verifican que se han ejecutado de forma correcta, remuneran económicamente a quienes hayan tomado parte en el trabajo.

Con Automan se completa el círculo, pues el software está diseñado para gestionar a los trabajadores, mandar trabajos, aceptarlos o rechazarlos y efectuar los pagos. “Estamos reemplazando los jefes de carne y hueso por ordenadores”, destaca Barowy.


Garantía de calidad

Para el investigador se trata de un nuevo tipo de computación. “Esto cambia el tipo de cosas que se pueden hacer”, añade.

Y es que hasta ahora hay que planificar a los trabajadores para reducir la latencia, lo que supone un desembolso económico, además de monitorear y reprogramar las tareas cuando no se completan o se hace de forma errónea.

Esto sin contar la dificultad para predecir el tiempo y dinero que se debe presupuestar para una tarea específica.

Por el contrario, la garantía de calidad es la contribución más importante que aporta el nuevo software. “Sin un mecanismo para dirigir la calidad del rendimiento de los trabajadores, no es posible la automatización completa”, destaca Barowy.

A diferencia de las plataformas de crowdsourcing, AutoMan no intenta predecir la fiabilidad de sus trabajadores en base a actuaciones anteriores. En cambio, si no está seguro de haber obtenido la respuesta correcta, sigue publicando la misma tarea, aumentando cada vez la remuneración, hasta estar seguro de que se llevará a cabo.
Otra forma de verlo es que aporta la visión interesante, creativa o divertida de los usuarios, algo difícil de conseguir con una máquina. “Aúna realmente lo mejor de ambos mundos. El ordenador hace el trabajo sucio”, señala Barowy.
Por supuesto, el trabajo humano no es gratuito. Cada desarrollador de aplicación presentará un presupuesto a AutoMan, que será programado para mantener costos bajos. Las respuestas rápidas o de alta calidad costarán más, pero el sistema gestionará todo esto de forma automática. El objetivo es que el cualquier usuario de un software híbrido no sepa si está interactuando con una máquina, con personas, o con ambos a la vez.

Por otra parte, los investigadores también han tenido en cuenta a los trabajadores, y a cómo se sentirán al recibir órdenes directamente de un ordenador. Hasta el momento, en las pruebas con Mechanical Turk, Barowy ha recibido una respuesta positiva. Y es que cuando un jefe rechaza un trabajo, puede parecer algo personal o injusto, algo que no ocurre con AutoMan. “Al personal le terminó gustando el sistema porque es imparcial”, reconoce el informático.


Esquema de la ejecución real de Automan. Fuente: UMASS
Esquema de la ejecución real de Automan. Fuente: UMASS

 
Universalización del software
 

El equipo presentó el trabajo en la conferencia OOPSLA en Tucson, Estados Unidos, el mes pasado. Se trata de un foro anual organizado por ACM donde se dan a conocer las mejores ideas para optimizar el desarrollo de software.
“Cualquier programador puede hacerse con este sistema y utilizarlo”, dijo al respecto Michael Bernstein, de la Universidad de Stanford en California, quien lo definió como una herramienta “muy poderosa”. Bernstein es un estudioso de la materia, y ha desarrollado sus propios sistemas informáticos híbridos como Soylent, un procesador de texto que utiliza crowdworkers para editar el texto.


En concreto, AutoMan podría utilizarse en aplicaciones como VizWiz, que permite a las personas ciegas tomar una foto de su entorno y recibir una descripción de la escena. El algoritmo podría incorporarse a esta aplicación, enviar las fotos a crowdworkers, que eligieran las descripciones correctas y enviarlas de vuelta al usuario.


El equipo de Barowy espera que su sistema popularice aún más si cabe el crowdsourcing, convirtiéndolo en una corriente dominante que permita a un software delegar tareas en trabajadores por todo el mundo. “AutoMan podría incluso ayudar al crecimiento de una nueva clase de trabajo que diera lugar a un nuevo sector de la economía mundial", augura Emery Berger, otro miembro del equipo también de la UMASS.


Fuente:

Tendecnias21 

8 de marzo de 2012

El miedo a perder el empleo provoca insatisfacción y falta de compromiso en el trabajo

Una investigación española revela que la inseguridad laboral se relaciona directa y negativamente con la satisfacción con la vida y el trabajo, además de afectar al rendimiento y el compromiso profesional. Asimismo, el artículo revela que las consecuencias de dicha inseguridad son distintas según el grupo ocupacional al que se pertenezca.



Una investigación liderada por psicólogos españoles ha concluido que la sensación de que se va a perder el puesto de trabajo empeora los niveles de satisfacción sobre otros aspectos de la vida, como la familia, la salud, la situación económica y el balance entre trabajo y tiempo libre.

A medida que aumenta el temor al desempleo, “mayor es el nivel de inseguridad laboral, las personas están menos satisfechas con su vida personal, laboral, familiar y están menos comprometidas con su trabajo” declara a SINC Amparo Caballer, investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia y coautora del estudio.

No todos los empleados reaccionan a la inseguridad de la misma forma.
Este análisis, publicado en The Spanish Journal of Psychology, también revela que las consecuencias de la inseguridad laboral son distintas en cada grupo ocupacional.
Se han distinguido tres grupos: trabajadores de cuello azul, de cuello blanco y ‘profesionales’. En el primer grupo se enmarcan las personas con un puesto que no necesita una alta cualificación –como reponedores de supermercado o celadores de hospital–. Al segundo grupo pertenecen los trabajadores de oficina, administrativos, dependientes y cajeros de supermercado. El grupo de los ‘profesionales’ lo componen médicos, ingenieros y enfermeras.

Cuando existe incertidumbre sobre el empleo, los trabajadores de cuello azul “tienen menos satisfacción vital y rinden menos y peor que el resto de los grupos estudiados”, explica Caballer. Por su parte, ante la inestabilidad, los trabajadores de cuello blanco son los que muestran más insatisfacción laboral.

A la vista de los resultados del estudio, no todos los empleados reaccionan a la inseguridad de la misma forma. Algunos grupos son más propensos a reaccionar de más negativamente a la percepción de inseguridad en el empleo, por lo tanto los autores del artículo aconsejan no tratar el problema de la misma manera en los diferentes grupos de una empresa.

Temporal o permanente

Los datos del estudio se recogieron de las respuestas de 321 trabajadores a un cuestionario. El 51,4% fueron personas que trabajaban en hospitales, el 25,7% desempeñaban labores en supermercados y compañías de distribución comercial y el 22,9% eran empleados de ETTs.

La edad media del participante en el estudio fue de 32 años. El 66% disponía un contrato permanente y el 34%, de otro tipo de contratos (por ejemplo, temporales). “Para estudios de inseguridad laboral, si el tipo de contrato es temporal o permanente es una variable importante”, informa Caballer.

De todos ellos, el 74,3% fueron mujeres y el 25,7% hombres, posiblemente porque, como reconoce la experta, “en esos sectores la mayoría de los trabajadores son mujeres y por eso la mayor parte de la muestra lo es”.

Referencia bibliográfica

Beatriz Sora Miana, M. Gloria González-Morales, Amparo Caballer y José M. Peiró. “Consequences of Job Insecurity and the Moderator Role of Occupational Group”. The Spanish Journal of Psychology. 2011. 14, (2), 820-831. DOI: 10.5209.
Fuente:
Agencia SINC


13 de diciembre de 2011

La misteriosa enfermedad que azota a los trabajadores azucareros de Centroamérica

Niño en campo azucarero

Una misteriosa enfermedad renal se está convirtiendo en una de las principales causas de muerte de hombres en América Central.

En El Salvador es la segunda causa de muerte y en Nicaragua está matando a más hombres que el VIH y la diabetes combinadas.

No se ha logrado confirmar su causa, pero se piensa que las víctimas están, literalmente, matándose trabajando. Esta es la historia.

P.D. "Conocer Ciencia" hace un llamado a la comunidad internacional a no cosumir el azúcar amargo de centroamérica. ¡Boicot al azúcar de Centroamérica!


En las tierras bajas de Nicaragua, una región de vastos cultivos de caña de azúcar, está la pequeña comunidad de La Isla.

Sus pequeñas casas forman un mosaico de concreto y madera. Trozos de tela sirven como puertas.

Maudiel Martínez sale de una de estas casas para saludarme. Es un hombre pálido con pómulos protuberantes. Camina inclinado como un anciano, pero sólo tiene 19 años.

"La forma como esta enfermedad surge es que usted me ve ahora, pero en un mes me habré ido. Te puede atacar súbitamente" dice.

Los riñones de Maudiel están dejando de trabajar. No llevan a cabo su función esencial de filtrar los desechos de su cuerpo. El jóven se está envenenado internamente.

Cuando comenzó a estar mal hace dos años ya conocía esta enfermedad y sabía cómo podría terminar.

"Pensé en mi padre y abuelo" explica.

Ambos murieron del mismo trastorno, igual que tres de sus hermanos.

Todos trabajaban en los campos azucareros.

La enfermedad renal ha matado a tantos hombres que la gente local ahora no sólo llama a la comunidad "La Isla" sino "La Isla de las Viudas".

La epidemia se extiende más allá de Nicaragua. Es prevalente a lo largo de la costa del Pacífico en Centroamérica, en seis países.

"Es importante que la enfermedad renal crónica renal (ERC) que afecta a miles de trabajadores rurales en América Central sea reconocida como lo que es: una gran epidemia con un impacto tremendo en la población" afirma el doctor Victor Penchaszadeh, epidemiólogo clínico de la Universidad de Columbia en Estados Unidos y asesor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

La ministra de salud de El Salvador recientemente pidió ayuda a la comunidad internacional. Según la funcionaria la epidemia "está consumiendo a nuestras poblaciones".

Calor excesivo

En una clínica de El Salvador, en la región agrícola de Bajo Lempa, el doctor Carlos Orantes recientemente encontró que 25% de los hombres de la zona sufrían la enfermedad.

Hombre enfermo en Centroamérica

Se cree que las condiciones de trabajo pueden ser responsables de la enfermedad.

Además, dice, la mayoría de los enfermos no mostraban signos de hipertensión o diabetes, las causas más comunes de ERC en otras partes del mundo.

"La mayoría de los hombres que estudiamos tenían ERC pero su causa era desconocida" explica.

Lo que los hombres de la región tenían en común es que todos trabajaban en el campo. Así que el doctor Orantes cree que una de las principales causas del daño renal son los tóxicos químicos -pesticidas y herbicidas- que son utilizados de forma rutinaria en la agricultura.

"Estas sustancias químicas están prohibidas en Estados Unidos, Europa y Canadá, pero se usan aquí, sin ninguna protección, en grandes cantidades, lo cual es muy preocupante" señala el médico.

Pero no descarta que pueda haber otras causas. Por ejemplo, el uso excesivo de analgésicos puede dañar los riñones, igual que tomar mucho alcohol.

Ambos son problemas importantes en esta región, afirma el doctor Orantes.

En Nicaragua la enfermedad ya se convirtió en un tema político.

En 2006 el Banco Mundial otorgó un préstamo a la mayor compañía azucarera de Nicaragua para construir una planta de etanol.

Los trabajadores de la plantación presentaron un reclamo diciendo que las condiciones de trabajo de la compañía y el uso de tóxicos químicos estaban provocando una epidemia.

Afirmaban que el préstamo violaba los propios estándares del Banco sobre la seguridad y prácticas medioambientales.

En respuesta, el Banco acordó financiar un estudio para tratar de identificar la causa de la epidemia.

"La evidencia apunta claramente a la hipótesis de que el estrés por el calor podría ser la causa de esta enfermedad" afirma el doctor Daniel Brooks de la Universidad de Boston, Estados Unidos, quien está dirigiendo la investigación.

El científico y su equipo encontraron que los trabajadores azucareros no son los únicos que están cayendo enfermos.

Los mineros y trabajadores portuarios también sufren altos niveles de enfermedad renal, y sin embargo, ellos no están expuestos a los químicos agrícolas.

Lo que estos hombres tienen en común, dice el investigador, es que todos trabajan largas horas en condiciones de calor extremo.

"Día tras día de trabajo manual duro en condiciones calientes, sin suficiente reemplazo de líquidos, puede tener efectos en los riñones que no son obvios a primera vista pero con el tiempo se acumulan hasta llegar a un estado de enfermedad" dice el doctor Brooks.

"Nunca se ha podido demostrar que esto cause enfermedad renal crónica, así que estaríamos hablando de un nuevo mecanismo que hasta ahora no ha sido descrito en la literatura científica" agrega.

Pero el científico afirma que un nuevo estudio preliminar apoya esta hipótesis. Su equipo analizó muestras de sangre y orina de trabajadores azucareros que llevaban a cabo diversos trabajos.

Los científicos encontraron más evidencia de daño renal en los trabajadores que realizaban las labores más duras en el exterior.

La profesora Aurora Aragón de la Universidad Nacional de Nicaragua, en León, afirma que esta explicación tiene sentido.

Desde hace tiempo sospecha que parte del problema es la forma como se les paga a los trabajadores azucareros: reciben más dinero entre más caña de azúcar corten.

"Esta forma de trabajo fuerza a la gente a hacer más de lo que son capaces y esto no es bueno para su salud" dice.

Sin alternativa

Trabajadores azucareros

Los hombres no tienen otra alternativa de trabajo que los cultivos de azúcar.

"El trabajo en el campo nos hace sentir mareados y con náusea" dice José Donald Cortez, quien corta caña desde hace 18 años.

"A menudo tenemos fiebre".

Cortez ahora padece enfermedad renal y dirige una organización de trabajadores del azúcar en Nicaragua que están enfermos. Está convencido de que algo en las plantaciones de azúcar está causando la enfermedad.

Sea lo que sea, dicen, los que están enfermos necesitan tratamiento de diálisis, que puede mantenerlos vivos si les fallan los riñones.

Pero pocos pueden obtenerlo porque la diálisis es extremadamente costosa y muy poco disponible.

"Si se lo pides al ministerio de salud te dicen que ellos no tienen el dinero. Si le preguntas a la compañía de azúcar si ellos son responsables, te dicen 'no'".

Por su parte, las compañías azucareras afirman que no están convencidas de que las sustancias químicas que se usan en sus plantaciones son responsables de la epidemia. Aún así, dicen, tratarán de proteger la salud de sus empleados.

Un conglomerado que posee varias plantaciones azucareras en Centroamérica, el Grupo Pellas, señala que ha comenzado a dar a sus trabajadores un descanso de una hora para el almuerzo y ahora emplea a personal para asegurarse de que los hombres beben agua.

La compañía también lleva a cabo pruebas rutinarias renales en sus empleados.

El portavoz de la empresa, Ariel Granera, expresa que si se encuentra que un trabajador tiene enfermedad renal se le deja ir, por preocupación y por su propio bien, agrega.

Pero los trabajadores enfermos que han sido despedidos afirman que lo que reciben de las compañías y de la seguridad social no es suficiente para vivir y cuando pierden sus empleos pierden el derecho a recibir tratamiento de las clínicas de la empresa.

En La Isla, y muchos otros pueblos similares, los hombres a menudo son empleados por contratistas que no llevan a cabo análisis de enfermedad renal.

Todos saben que trabajar en los campos azucareros es un riesgo grande, pero no hay otro tipo de empleos en la región.

"No tenemos alternativa" dice una mujer que recientemente perdió a su padre. "No hay otra forma de mantener a la familia".

Fuente:

BBC Ciencia

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