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24 de febrero de 2012

Los beneficios psicológicos de cotillear (chismear, chismosear o rajar)...

Ya parecía evidente que la gente que cotillea disfruta haciéndolo, pero ahora una investigación científica ha constatado los efectos positivos que tiene hacerlo, sobre todo cuando se trata de criticar a alguien por su mala conducta y revelar a otros las cosas malas que ha hecho.

Los resultados de este estudio, a cargo del grupo de los psicólogos Robb Willer, Matthew Feinberg, Dacher Keltner y Jennifer Stellar, de la Universidad de California en Berkeley, sugieren que esta actividad puede promover beneficios tan dispares como reducir el nivel de estrés, y mitigar las malas conductas.

El estudio también ha llevado a la conclusión de que chismorrear puede ser terapéutico. En los experimentos, la frecuencia cardiaca de los voluntarios aumentaba cuando veían a alguien comportarse mal, pero este aumento era atenuado cuando podían transmitir a los demás la información sobre lo que habían visto, a fin de alertarles. Divulgar la información sobre la persona a quien habían visto comportarse mal tendía a hacer que la gente se sintiera mejor.

Tan fuerte es la necesidad de advertir a los demás sobre personas que se han comportado mal, que los participantes en el estudio sacrificaron dinero a cambio de poder hacer circular un "chisme" para advertir del riesgo de fiarse de ciertos sujetos a las personas que iban a jugar con esos tramposos en juegos de confianza económica. Estos juegos, muy usados en experimentos de psicología, se basan en hacer diversas clases de tratos con jugadores anónimos, normalmente para ganar juntos sumas de dinero repartidas entre ambos más o menos equitativamente, o bien para obtener ganancias de mayor cuantía en solitario a costa de mentir y estafar a los demás.

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La gente que cotillea (chismea) disfruta haciéndolo. (Foto: UC Berkeley)


En su conjunto, los resultados de este estudio indican que la gente no tiene por qué sentirse mal por revelar conductas inapropiadas de los demás, especialmente si ello ayuda a evitar que otra persona sea víctima de los malos actos de la persona a la que se critica.

21 de mayo de 2011

¿Cómo afectan los chismes al cerebro?

Un estudio de la Universidad del Noreste de Boston (EEUU), que se publica en la revista Science, muestra cómo el sistema visual de nuestro cerebro presta más atención a una cara de una persona sobre la que hemos oído “chismes” negativos. “Se podría pensar que el cotilleo sólo afecta a las opiniones que tenemos acerca de alguien, pero afecta a algo más básico que eso, a la facilidad con la que ves a una persona, y eso es una sorpresa”, ha explicado Lisa Barrett, profesora de psicología de la Universidad del Noreste de Boston , a la Agencia SINC.

El estudio demuestra que un chisme negativo sobre una persona hace más probable que veamos una cara que si no teníamos información sobre ella, o si lo que sabíamos era algo positivo o neutro. Los investigadores diseñaron los experimentos alrededor de un fenómeno de la percepción visual llamado ‘rivalidad binocular’, por el que alternamos entre diferentes imágenes presentadas a cada ojo. "Cuando nos muestran dos cuadros, por ejemplo, uno para cada ojo, sólo somos capaces de ver uno de ellos", explica Erika Siegel, coautora del trabajo.. "Es la forma en que funciona el cerebro. Podemos avanzar y retroceder, pero sólo veremos uno a la vez; es involuntario”, matiza Siegel.

En un experimento con 66 alumnos universitarios, expusieron caras neutras (sin expresión) asociadas a una descripción de un comportamiento negativo (por ejemplo, una patada a un perro), un comportamiento positivo (“ayudó a una mujer mayo con sus compras"), o un comportamiento neutral ("ayudó a cruzar la calle a un hombre"). Cada cara se presentó cuatro veces. En total, 20 caras para cada categoría. Posteriormente mostraron estas caras solas, agregaron 20 caras nuevas y las utilizaron en un experimento de ‘rivalidad binocular’. Es decir, en cada ensayo se le enseñó al participante una cara para un ojo y una casa para el otro. Los investigadores descubrieron que si mostraban una cara neutra en un ojo y una casa en la otra, al comunicarles chismes negativos sobre la cara, lo más probable es que vieran más la cara que la casa. Si les decían algo positivo, o neutral, no existían diferencia para ver la casa o la cara.

Aunque los investigadores desconocen aún el porqué de este hecho, la hipótesis que barajan es que las regiones del cerebro que están implicadas en los sentimientos y el aprendizaje emocional están conectados con el sistema visual, y también con las regiones subcorticales del cerebro que forman parte de la percepción.

“Este hecho puede formar parte de nuestra evolución, esto es, que ayuda a protegernos de los mentirosos y los tramposos. Si los vemos durante más tiempo, tal vez podamos obtener información más precisa sobre su comportamiento”, concluye Siegel.

Fuente:

Muy Interesante
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