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15 de octubre de 2009

Blog Action Day 2009: El Calentamiento Global y la Lucha Cultural

Jueves, 15 de octubre de 2009 Blog Action Day 2009:

El Calentamiento Global y la Lucha Cultural 


La lucha entre el sistema establecido opresor y los pueblo oprimidos del mundo continúa. Nadie, en su sano juicio, podría negar que en las sociedades actuales existen luchas por el poder económico y político. Por más que durante los ochentas y noventas se hay promulgado por todas las esquinas de la aldea global que Marx había muerto, parece que el anciano aguafiestas resucita; lo han matado tantas veces... ¡y tantas veces vuelve a nacer!

Uno de los conceptos básicos del marxismo es que en las sociedades capitalistas existen las clases sociales, y las clases sociales antagónicas sae encuentran en permanenete conflicto, en permanente lucha: la lucha de clases. Las lucha entre las clases oprimidas se da en diversos niveles, hay lucha política, económica, cultural y militar. La lucha militar se aplica en grado extremo, cuando las contradicciones son ya insalvables la única salida posible es la guerra. Enténdiendo la guerra como la paz del futuro, es decir una guerra de liberación de los pueblos; muy diferente a lsa guerras de dominación que ejecuta permanente el establishment.

Hoy me centraré en la lucha cultural. Mientras cada día se presentan más y más evidencias que avalan de manera aplastante que el calentamiento global es un peligro para la Humanidad y la Vida en el planeta; por otro lado el establishment de los países desarrollados busca intelectuales para justificar sus políticas económicas. Recordemos que en un sistema de libre mercado todo tiene un precio: por ello el Imperialismo buca intelectuales que justifiquen sus despojos, y por ahí pululan diversos intelectuales dispuestos a alquilar su pluma para defender el desigual sistema establecido. Les presentó un artículo publicado en Rebelión, este artículo sintetiza el papel que cumplen diversos intelectuales en la lucha contra la ciencia. Por que, mucho ojo, luchar contra el calentamiento global va más allá de reciclar y sembrar árboles, eso está muy bien, pero necesitamos una visión ciéntífica del mundo para enfocar los problemas de manera objetiva y multilateral. Sólo así llegaremos a identificar las verdaderas causas del calentamiento global, y reconociendo las cuasa podremos solucionar el problema. En conclusión luchar contra el calentamiento global es, a corto plazo, sembrar árboles y recicjlar en casa; pero también es, a largo plazo, una lucha organizada y valiente contra las verdaderas causas, es por lo tanto una lucha por la ciencia, por la justicia y por la vida. Y es, además, una lucha hermosa. Este es el artículo, he quitado algunos párrafos, la versión original la encontrará en Rebelion.org:

Reescribiendo la Ciencia: La lucha cultural e ideológica contra la Ciencia

Los Malvados (y malditos) Verdes

Richard John Kenner es un profesor que dirige el Centro para el Análisis de Riesgos del prestigiado Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). No sólo duda que el cambio climático exista; está convencido de que se trata de una coartada ambientalista que oculta aviesos intereses.

Además de su vocación científica, Kenner es también un agente secreto que busca hacer abortar un complot organizado por una organización ecoterrorista, coincidente con un congreso sobre cambio climático.

Richard John Kenner no existe en la realidad. No hay en MIT ningún Centro para el Análisis de Riesgos. La organización ecoterrorista es una quimera. El científico, su centro de investigación y el complot son parte de una novela tecnothriller titulada Estado de miedo. Fue escrita en 2004 por Michael Crichton, un médico y guionista nacido en Chicago, Estados Unidos, autor de bestsellers como Parque Jurásico, y de series de televisión como ER.

Crichton es un combatiente en la cruzada contra la teoría del calentamiento global y el ecologismo político. Considera que “la gran paradoja de la era de la información es que ha concedido nueva respetabilidad a la opinión desinformada”, y piensa que tanto el ambientalismo realmente existente como el efecto invernadero expresan problemas que no son reales.

Según el escritor, “la evidencia sobre el calentamiento global por el supuesto ‘efecto invernadero' es, si la hay, muchísimo más débil de lo que sus proponentes están dispuestos a admitir”. Para él, el Protocolo de Kyoto se basa en modelos de simulación matemáticos que elaboran predicciones incumplidas.

Crichton sostiene que el ecologismo es una de las religiones más poderosas del mundo occidental, una creencia para ateos urbanos. Su fe es una reedición de las tradicionales convicciones judeocristianas profundamente conservadoras; un asunto de dogma. Aunque no se toma la molestia de sustentarlo, afirma que el ecologismo ha matado entre 10 y 30 millones de personas desde los años setenta.

En Estado de miedo el cambio climático no es un desafío para la humanidad. El verdadero peligro, según la trama de la novela, son los científicos que lo estudian y los activistas que se movilizan para tratar de frenarlo.

Estado de miedo forma parte de la ofensiva que los neoconservadores estadunidenses, las grandes trasnacionales petroleras y de la industria del automóvil, las empresas de carbón, Australia –que es la principal exportadora de carbón– y la administración de George W. Bush, han emprendido para criminalizar el ecologismo y cuestionar el cambio climático.

Tan evidente resulta esta situación que, de acuerdo con el diario londinense The Times : “A George Bush le gustaría este libro.” Por supuesto, el periódico tendría que haber agregado que eso sucedería en caso de que el mandatario leyera. The New York Times afirma que la novela se lee como una respuesta “chillona” y “absurda” de la derecha al filme El día después de mañana, que trata del calentamiento global. James Inhofe, senador republicano por Oklahoma, integrante del comité de Asuntos Medioambientales del Congreso, considera la novela de Crichton “materia de lectura imprescindible para este comité”. El senador asegura que la tesis de que las emisiones de carbono son responsables del calentamiento terrestre es “el bluff más grande perpetrado nunca contra del pueblo estadunidense”. El novelista ha sido frecuentemente invitado a charlar sobre el calentamiento global en institutos conservadores de gran influencia, como el American Enterprise Institute, y ha participado en diversos debates sobre este asunto en canales de televisión identificados con la derecha.

El Pastelazo al danés

El Foro Económico Mundial de Davos lo nombró en 2001 Global Leader for Tomorrow. La revista Business Week lo escogió como una de las Cincuenta estrellas de Europa. La revista Time lo eligió en 2004 una de las cien personas más influyentes de 2004. Ese mismo año el Foro Económico Mundial lo designó Young Global Leader. Foreign Policy lo sitúa como el 14º intelectual más destacado del mundo. El Comité Danés sobre Deshonestidad Científica lo encontró culpable de deshonestidad subjetiva, aunque años después invalidó la decisión original.

Se llama Bjorn Lomborg, nació en Dinamarca, es profesor de la Escuela de Negocios de Copenhague y es mundialmente conocido por su libro El ecologista escéptico. En 2001, en Oxford, su colega Mark Lynas le lanzó a la cara un pastel de crema.

La tesis principal que Lamborg maneja en su ensayo es que nuestro planeta parece estar bastante bien y se encuentra lejos de encontrase en peligro. Apoyó su dicho en una multitud de estadísticas y una amplia bibliografía.

El libro fue recibido con júbilo por The Economist, The Wall Street Journal y The Washington Post. En cambio, las prestigiadas revistas Nature y Scientific American le dedicaron devastadoras y documentadas críticas.

Elegido en 2002 como director del Instituto de Evaluación Medioambiental, organizó el llamado Consenso de Copenhague. Sus objetivos consistieron en priorizar los recursos de la humanidad para enfrentar los más importantes problemas. La lucha contra el cambio climático fue relegada a uno de los últimos lugares.

Lamborg es escéptico sobre la magnitud del calentamiento global. “Necesitamos –asegura– una visión más realista del impacto del cambio climático. Se está hablando de que es inminente y dramático, pero no es así. Por ejemplo, Al Gore afirma que el nivel del mar subirá seis metros, mientras que el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) afirma que subirá treinta centímetros, veinte veces menos. Tenemos que mirar el problema con perspectiva. Si echamos un vistazo a los últimos 150 años, el nivel del mar también ha subido treinta centímetros. Algo similar ocurre con el aumento de temperatura, que tampoco es tan catastrófico como apuntan algunos. En definitiva, el cambio climático es un desafío a nuestra civilización, pero no una catástrofe de proporciones gigantescas.”

“Es –afirma– un gran problema, pero hoy podemos hacer poco para cambiarlo y a un costo altísimo. Kyoto supondría reducir las emisiones de CO2 en un treinta por ciento para el 2020 en el mundo desarrollado. Pero aunque todos cumplieran, eso sólo retrasaría seis años las emisiones previstas para 2100. Y mientras, sacrificaremos casi el dos por ciento del PBI anual para cumplir. [ ... ] Con el presupuesto de sólo un año, el Tercer Mundo podría tener agua potable. Además, dado lo costosa que es hoy la reducción de CO2, sería mejor dedicar parte de nuestros esfuerzos a investigar fuentes energéticas menos contaminantes. De nuevo, hay que mostrar a la gente las prioridades verdaderas.”

El Periodismo

Para amplios sectores de la nueva derecha, el fantasma del ecologismo es una especie de bestia negra. El nuevo imperativo categórico formulado por Hans Jonas de “actuar de forma que los efectos de la acción sean compatibles con la pervivencia de una vida auténticamente humana en la tierra”, es inadmisible para el capital, que sólo piensa en vivir al día, sea cual sea el eventual costo para la naturaleza y la humanidad.

Esta animadversión contra el lenguaje de la biosfera y a favor del lenguaje monetario del mercado, fue recientemente recordada por Vaclav Klaus. El presidente de la República Checa escribió en el Financial Times un artículo titulado “La libertad, y no el clima, es lo que está bajo amenaza.” Allí dice: “Como alguien que ha vivido bajo el comunismo la mayor parte de su vida, me siento obligado a decir que actualmente veo una mayor amenaza a la libertad, a la democracia, a la economía de mercado y a la prosperidad, procedente del ecologismo, no del comunismo. Esta ideología pretende reemplazar la libertad y la evolución natural de la humanidad por una especie de planificación global centralizada.”

Sin embargo, a pesar de la cruzada antiecológica, de obras como Estado de miedo, El ecologista escéptico, e l cambio climático ya no es una mera hipótesis o una opinión, sino un hecho científicamente comprobado. Las evidencias son sólidas: sólo durante los últimos treinta años la temperatura promedio de la superficie terrestre aumentó 0.6 grados centígrados; se modificaron el inicio, la duración y el final de las estaciones; aumentó en diez centímetros el nivel del mar debido al aumento de la temperatura de los océanos y al derretimiento y retracción de los glaciares. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), creado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, y la Organización Meteorológica Mundial, ha proyectado escenarios futuros bajo distintas variables. A pesar de que los modelos elaborados tienen un alto grado de incertidumbre en el detalle, no hay duda de que en un futuro cercano la temperatura se elevará. De no tomarse medidas correctivas, la temperatura podría incrementarse entre dos y tres grados centígrados hacia el año 2050, y el nivel del mar aumentar a más de un metro, cifras aparentemente pequeñas pero de efectos devastadoras para el frágil equilibrio de nuestro ecosistema.

La preocupación por este asunto no proviene del convencimiento de que la humanidad no tiene derecho a intervenir sobre los fenómenos naturales de la forma como lo está haciendo en la actualidad. Proviene, más bien, de la conveniencia de asumir los costos económicos que implica la reducción de las emisiones de gases efecto invernadero, ya que, de no hacerlo, el precio a pagar va a ser mucho mayor.

La prensa ha desempeñado un controvertido papel en este asunto. Quienes se oponen a la teoría del calentamiento global sostienen que los periodistas han actuado con ligereza, amarillismo e irresponsabilidad a la hora de informar sobre el tema. Sin embargo, múltiples evidencias muestran que los grandes grupos mediáticos han seguido, hasta hace muy poco tiempo, el guión dictado desde el poder.

Las presiones de la industria de los combustibles fósiles a los medios de comunicación para que otorguen el mismo peso a un puñado de escépticos del calentamiento global que a los hallazgos de la IPCC no ha desaparecido. Y los medios y los periodistas han aceptado dejarse coaccionar. Decía el recientemente fallecido Norman Mailer: “Sobre los periodistas pesa un gran sentimiento de culpa. Saben que contribuyen a mantener la ligera demencia de Estados Unidos.” Y no le faltaba razón, al menos en este asunto. Durante años, la prensa de Estados Unidos abordó el tema del calentamiento global básicamente desde la perspectiva política y diplomática, ignorando los efectos del calentamiento en la agricultura, el agua, la vida vegetal y animal y la salud pública.

La prensa estadounidense ha repetido sistemáticamente la versión de que los científicos que alertan sobre el peligro del cambio global son deshonestos. “Resulta increíble –escribe Al Gore– que el público ha estado oyendo estas opiniones desacreditadas de los escépticos tanto o más de lo que han oído las ideas consensuadas por la comunidad científica global. Este hecho vergonzoso constituye una notoria mancha en la historia de los medios de prensa estadounidenses modernos y, tardíamente, muchos líderes del periodismo están dando algunos pasos para corregirlo.”

A pesar de ello, los “escépticos” del cambio global han expresado opiniones muy críticas sobre los periodistas. El recule de la cobertura informativa sobre el tema por parte de algunos medios de comunicación ha sido fuertemente cuestionado. En el mejor de los casos, se afirma que los hombres y mujeres de la prensa son responsables de practicar un periodismo descuidado y parcial.

En Estado de miedo, los reporteros son meros copiadores de boletines de prensa de los grupos ambientalistas, incapaces de contrastar la información que obtienen con otras fuentes. Es así como Peter Evans, el personaje de la novela que trabaja como abogado de una importante firma que tiene por clientes principales a organizaciones ecologistas y a un magnate que las financia, pregunta sobre un periodista que en el libro cubre temas sobre el medio ambiente: “¿Este tipo está leyendo solamente un boletín de prensa?” Y el profesor Kenner les responde: “Así es como los hacen hoy en día. Ni siquiera se molestan en cambiar una frase aquí o allá. Sólo leen la copia. Y, por supuesto, lo que dice no es verdad.” La novela narra, en el terreno de la ficción, lo que los escépticos afirman en la realidad.

Durante un programa que el canal 4 de la televisión británica proyectó titulado El gran engaño del calentamiento global, Níger Calder, ex director de New Scientist, aseguró: “Lo que me asombra, tras toda la vida dedicada al periodismo, es ver cómo los más elementales principios del periodismo parecieran haber sido olvidados en este asunto [...] tenemos toda una nueva generación de periodistas dedicados al tema medioambiental. Si la historia del calentamiento global se va a la papelera, lo mismo pasará con sus trabajos. Es así de crudo. De manera que la información tiene que hacerse más y más histérica [...] Tienen la necesidad de ser más y más estridentes.”

Cuando George W. Bush se convirtió en un cristiano renacido, le tomó un enorme cariño a una pintura de W. H. Koerner llamada Un deber que cumplir. Tanto así que su autobiografía lleva el mismo nombre. El cuadro adorna su oficina. La obra de arte representa un vaquero de nombre Charles Wesley montando a caballo, decidido a cruzar una empinada y escabrosa vereda. Según el presidente, el mensaje del jinete es que “servimos a Alguien más grande que nosotros mismos”. Es decir, para el mandatario, la misión de Wesley en el mundo fue difundir la palabra del cristianismo metodista en el oeste de Estados Unidos a finales del siglo XIX.

La vida de Charles Wesley fue, sin embargo, bastante diferente a como la ve el presidente de Estados Unidos. Según el investigador Jacob Weisberg, el vaquero del cuadro no es más que un ladrón de caballos que, después de haber sido hecho prisionero, logra escapar en Nebraska. El cuadro representa su huída.

La versión de la administración de Bush y la de los escépticos sobre el cambio climático guarda una enorme similitud con la visión que sobre el cuadro de W. H. Koerner tiene el mandatario estadounidense. Donde ellos quieren ver una labor misionera realmente se esconden los intereses de forajidos.

Fuente:

Rebelion


Leonardo Sánchez Coello

conocerciencia@yahoo.es

15 de octubre de 2008

Hoy es el Blog Action Day: Buscando ideas para solucionar la pobreza

[foto de la noticia]

El Día de Acción Blog busca ideas y soluciones para combatir la pobreza


Actualizado miércoles 15/10/2008 12:17

EUROPA PRESS | ELMUNDO.ES

Aporte de Conocer Ciencia al problema de la pobreza.

El problema: Se puede afirmar, sin caer en el sensacionalismo, que dos tercios de la población mundial vive en la pobreza y la extrema pobreza. Y un sector cada vez más pequeño de la población mundial se vuelve cada vez más obscenamente rico. Las reformas de mercado (neoliberalismo) han propiciado que la brecha de las clases sociales sea cada vez más amplia y más profunda, Es decir la supuesta medicicna (para los problemas de la sociedad) resultó peor que la enfermedad, Paralelamente las industrias, en su afan de enriquecerse rápidamente, están practicamente destruyendo el planeta.

La solución: Los políticos, empresarios, militares, ONU y cualquier organismo de la sociedad civil deben de dejar atrás las reformas de libre mercado, esto sencillamente ha fracasado. Enunciados claros que, parcen que se vislumbran: regulación de los mercados, planificación de la producción, satisfacción de las necesidades básicas de los seres humanos (tanto materiales como espirituales), estados-nación fuertes, democracia auténtica (toma de decisiones por los integrantes de los pueblos), libre autodeterminación. Bien, la solución es sencilla de enunciarla pero... ¿existirá voluntad política para dejar atrás las reformas de lobre mercado? y, lo principal del asunto ¿existirá voluntad económica de hacerlo? De las respuestas a estas interrogantes depende el futuro de la Humanidad, y del planeta Tierra, en el presente siglo.

En síntesis: Estamos ante un momento en la historia en que ya no bastan las soluciones parciales, se necesitan soluciones globales. Y si continúan imperando en el globo las políticas y economías basadas en los principios del libre mercado ninguna medida que se tome será suficiente, todos los problemas sociales se derivan de los problemas económicos y políticos. Claro que siempre queda latente la solución extrema de los pobres ante el hambre, la enfermedad y la injusticia: la revolución campesina y proletaria.

MADRID.- El año pasado se estableció un debate mundial sobre el medio ambiente, y hoy la Red debate en torno a los más necesitados. El Día de Acción Blog pretende unir a bitácoras, podcatsts y videocasts para compartir ideas y, quién sabe, encontrar soluciones.

Se trata de una iniciativa sin ánimo de lucro que pretende recopilar tantos puntos de vista como participantes, como una "extraordinaria lente a través de la cual ver a estas cuestiones".

Según explica su sitio web, el 15 de agosto se abrió un plazo de inscripción para participar, por lo que puede realizar un seguimiento de cuántos están directamente involucrados, así como medir el grado de participación en esta iniciativa.

Hoy es el día en el que los participantes colgarán en sus bitácores sus ideas. Asimismo, se puede participar mediante donaciones, concretamente se propone donar lo que se ingrese por publicidad durante el día de hoy, en aquellos casos en los que los blogs generen ingresos por esta vía

Esta iniciativa está abierta a cualquier persona y no hay límites. De hecho, se invita a la participación tanto a los más pequeños blogeros que escriben desde lugares remotos, hasta grandes medios o instituciones internacionales.

También partidos políticos

También participarán partidos políticos. Una veintena de blogueros y varios dirigentes socialistas con página personal propia debaten en el salón de actos de la sede federal del PSOE sobre la pobreza, con motivo de este día.

A la convocatoria de este acto se sumarán las secretarias de Organización, Leire Pajín, y de Política Internacional y Cooperación, Elena Valenciano, así como el portavoz de la Comisión de Cooperación en el Congreso, Eduardo Madina.

Asimismo, este encuentro supondrá el estreno del nuevo blog de Pajín, que precisamente dará a conocer su cuaderno de bitácora digital al comienzo del acto.

Esta convocatoria permitirá a los bloggers dirigir sus preguntas y comentarios a los mencionados políticos socialistas.

En la edición de 2007 de este Día de Acción Blog, las ideas y opiniones de miles de internautas se centraron en debatir sobre la situación medioambiental del planeta.

En concreto, participaron casi 16.000 blogueros de todo el mundo cuyos 'post' fueron leídos por millones de personas. La edición de 2008 cuenta ya con más de 5.000 blogueros y 10 millones de posibles lectores suscritos a los mismos.

Fuentes:

El Mundo (España)

El País (España)

Blog Action Day 2008

Lean estos blogs:

Luna Antagónica: Pobreza Digital

Utero de Marita: Pobreza y Corrupción

La Nuez: Pobreza y Humor

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