La historia de la escocesa Mary
Fairfax empieza como la de tantas otras mujeres de la sociedad
acomodada de su tiempo: bailes y reuniones sociales, un padre que se
oponía a sus estudios y un matrimonio con un primo lejano, Samuel Greig,
que también se oponía a sus estudios. Pero fue clave en su vida que su
marido solo viviera tres años más, lo que le permitió al fin dedicarse a
sus estudios. Y llevó sus estudios al punto de ser considerada «la reina de las ciencias del siglo XIX».
Primero llegó la geometría
El único que la comprendía, cuando era aún soltera, era su tío, el Dr. Somerville, quien la alentaba a visitar su biblioteca y a iniciarse en un autodidáctico estudio de latín.
Aunque «la reina de las ciencias»
se abrazaba a la lectura y a la pintura sabía que faltaba algo en su
vida; pero no lo descubriría hasta una clase de dibujo. Durante la
sesión, el profesor había recurrido a la geometría para explicarle la perspectiva. Él no lo sabía, pero le había presentado al gran amor de su vida: las matemáticas.
Somerville estudiaba intensamente todas las noches cuando nadie la veía; y en poco tiempo llegaría a dominar complejos teoremas,astronomía avanzada y física.
Durante ese tiempo el Imperio británico estaba atravesando un renacimiento en el desarrollo científico, tras un gran periodo de estancamiento durante el siglo XVIII, en el que se ejercía fundamentalmente la docencia mas no la investigación.
Mary Somerville, apellido tomado de su segundo marido, fue un espíritu de su época, fue polímata: cultivó las matemáticas, la física y la astronomía.
Tradujo al inglés la mecánica celeste de Laplace, quien en una ocasión
le dijo que sólo había tres mujeres que entendieran su trabajo: ella,
Caroline Herschel y una tal señora Greig; el francés ignoraba que la
tercera también era ella.
Obras de Mary Somerville
En sus obras predomina el deseo de contribuir
a la divulgación del pensamiento científico
del momento. La importancia de la versión
traducida de la obra de Laplace “Mecanique
Celeste” bajo el título “Mechanism
of the Heavens”, fue el comienzo de una nueva era para sus contemporáneos. “The
Connection of the Physichal Sciences”
es un profundo ensayo filosófico, con
una amplia explicación científica,
acerca de los fundamentos de las fuerzas que
mueven el universo. Su obra “Physical
Geography” se ha utilizado durante años
en las aulas inglesas, reconociendo así
su calidad, su carácter innovador y su
capacidad para explicar los fenómenos
naturales y las relaciones entre los seres vivos.
Su última obra, “Molecular and
Microscopic Science” aborda el mundo microscópico
en la búsqueda de explicaciones a la
composición de la materia, el fenómeno
del calor y los movimientos vibratorios, entre
otras cuestiones.
Matemáticas sencillas
En la traducción de «Mécanique Celeste» no solo se limitaría a cambiar de idioma las teorías; sino que además añadiría un preámbulo llamado «A preliminary dissertation on the mechanism of the heavens»
(Una disertación preliminar sobre el mecanismo de los cielos), un
compendio de desarrollos matemáticos e ideas fundamentales de física
imprescindibles para comprender la obra de Laplace. La escritora
científica explicaba con mayor sencillez toda una teoría que parecía
imposible de entender para las mentes más comunes.
Nuevo matrimonio
En 1804 volvería a casarse con otro primo, el médico William Somerville. Él sentía una profunda admiración por su entusiasmo, por lo que se convertiría en el gran soporte de Mary.
De esta manera, el camino profesional de «la reina de las ciencias»
estuvo en gran medida respaldado por su esposo; quien la representaría
en todos los lugares donde una mujer no era bienvenida. William se hizo
socio de la Royal Society -hasta 1945 no aceptaron mujeres- para ser los ojos y los oídos de Mary; en la biblioteca copiaría a mano todos los artículos que a su mujer le resultaban relevantes para sus investigaciones.
Somerville se relacionó con algunos de los
principales científicos de su tiempo. Influyó en James Clerk Maxwell y sugirió la existencia de Neptuno, que después John Couch Adams demostraría matemáticamente. Fue tutora de Ada Lovelace, la hija de Lord Byron que trabajó con Charles Babbage en sus primeras máquinas de computación.
El término "científico"
Somerville fue una de las dos primeras mujeres, junto con Caroline Herschel, en ser admitida en la Royal Astronomical Society.
Hoy se la recuerda como una de las científicas más grandes de la
historia; tal vez la más importante, ya que su trabajo además motivó el
término por el que todos sus colegas han sido conocidos desde entonces:
fue en una revisión de su obra On the Connexion of the Physical Sciences donde en 1834 William Whewell acuñó el término scientist, científico, para referirse a los que hasta entonces eran “hombres de ciencia” o “filósofos naturales”.
Con información de : Open Mind
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ABC Ciencia
15 de agosto de 2019
Mujeres y ciencia 04/08: Mary Somerville (1780-1872), creadora de la palabra "científico"
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