La mujer peruana ha cumplido un importante rol desde la formación de la civilización Caral, en el valle de Supe, así como en las sociedades del país con su aporte en los campos de diversidad étnica, cultural y lingüística, sostuvo hoy la directora de la Zona Arqueológica Caral, Ruth Shady Solís. Vea aquí la galería fotográfica
“Las evidencias recuperadas
en las investigaciones arqueológicas resaltan la importancia que tuvo la
mujer en las sociedades tradicionales en el largo proceso cultural
milenario, con acceso a funciones relevantes en la organización
sociopolítica, económica y religiosa”, explicó.
“No
obstante, las sociedades ancestrales compartieron una visión de la
vida, de promover relaciones de armonía entre ambos géneros y la
necesidad de complementar sus funciones para lograr las condiciones de
beneficio social general”, acotó.
Hallazgos en Caral
En los centros urbanos, que fueron parte de la civilización Caral hace 5,000 años, se halló a la denominada Dama de los Cuatro Tupus de la ciudad pesquera de Áspero.
El
cuerpo estaba envuelto con un tejido de fibra de junco, sujetado por
soguillas y cubierto con una capa de ceniza. Y en la base se hallaron
restos de una ofrenda consistente en un cuenco de calabaza, fragmentos
de mate, con tubérculos deshidratados.
La
mujer tenía entre 1.48 a 1.58 metros de estatura; poseía cuatro tupus
hechos de hueso con diseños de aves y monos, así como collares de
spondylus.
También está la sacerdotisa, de gran
prestigio regional, que fue representada en una estatuilla en Miraya,
centro urbano de Caral, y en otra estatuilla en posición central entre
los gobernantes (mujer y hombre) de Vichama, de la misma época, pero en
el valle vecino de Huaura.
“Posiciones que han
sido identificadas en períodos posteriores, como la denominada Señora
de Cao en la cultura Moche, la señora de Chornancap de la cultura
Lambayeque o las relevantes funciones que desempeñaban las esposas de
los incas en el Tahuantinsuyo, todas ellas con poder de mando”, agregó.
El
importante rol de la mujer ha quedado expresado también en los relatos
en que se reconocen a deidades femeninas relacionadas con los recursos
alimentarios, como la Pachamama y Cochamama, así como la
complementariedad entre deidades de ambos géneros, la luna y el sol,
entre otros.
Shady comentó que en el siglo XVI,
con la instalación del gobierno virreinal español, se restringió la
participación de la mujer en los diversos campos de las actividades
sociopolíticas y la limitaron a las actividades del hogar y la familia.