El esfuerzo para usar el teléfono sin ninguna de las 'apps' que guardan nuestros datos es inabarcable.
Adolfo tiene un móvil Xiaomi. Su aspecto externo es como el de otros móviles, pero todo el software
es distinto. Adolfo no quiere que los gigantes tecnológicos sepan qué
escribe, qué busca o dónde está. Por el mismo motivo no ha querido
aparecer en este artículo con su apellido o mostrar su rostro en la
fotografía.
Para Adolfo, el cambio empezó con las revelaciones de Edward Snowden,
el consultor tecnológico y antiguo empleado de la CIA que hizo públicos
programas de vigilancia masiva de EE UU. Antes apenas le preocupaba la
privacidad. Hoy sí, y lo explica así: "Aprecio mi vida privada y no
quiero que todo esté en manos de las empresas, del Gobierno y de otra
gente". Aunque también bromea. Llama "gorritos de aluminio" a quienes
son más obsesivos que él.
El sistema operativo. El día en que Adolfo compró su
Xiaomi Redmi Note 4 no empezó a usarlo. Primero, solicitó a la compañía
que le mandaran un código para desactivar el bootloader, que
gestiona el arranque del teléfono. Eso le permite formatearlo. Entonces
cambió el sistema operativo por LineageOS, basado en el código Android
de Google pero con variaciones. Google deja así de controlar todo lo que
pasa por el teléfono.
Pero las apps más normales no funcionan bien sin su sistema
operativo. Se cuelgan a menudo. Para evitarlo, instaló una
implementación libre de los servicios de Google, llamada MicroG. Es como
añadir un cojín extra para que las apps del entorno estén a gusto y no se quejen de la ausencia de su base normal.
Las aplicaciones. Si no hay servicios de Google,
tampoco hay Google Play, el lugar para descargar aplicaciones. ¿Cómo
descargarlas entonces? Adolfo usa la Yalp Store: "Yalp provee de emails anónimos para que descargues las apps de la Play Store y evites tener que loguearte con tu cuenta", subraya. "Es el Google Play de los gorritos de aluminio", bromea sobre Yalp.
Además de las apps de la Play Store, hay montones de
aplicaciones libres. Esas se descargan desde F-Droid, que es un
repositorio de aplicaciones solo de código abierto. "Ahí no entra nada
de Google", dice Adolfo. Muchas de hecho sirven para sustituir el
ecosistema de Google.
El correo electrónico. La cuenta de correo principal
de Adolfo es de Gmail y no Protonmail, el mail preferido por
interesados en privacidad. ¿Por qué prefiere Gmail? Uno, porque ofrece
gratis 15 gigas en la bandeja de entrada y Prontonmail solo 500 megas.
Dos, porque Protonmail "es un producto comercial y no tenemos por qué
fiarnos al 100%, su infraestructura es decente pero tiene agujeritos",
advierte Adolfo. Este es el problema final de este mundo: toda solución
tiene "agujeritos".
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