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31 de marzo de 2019

“Así me ‘hackeo’ el móvil para que no me rastreen”

El esfuerzo para usar el teléfono sin ninguna de las 'apps' que guardan nuestros datos es inabarcable.


Adolfo tiene un móvil Xiaomi. Su aspecto externo es como el de otros móviles, pero todo el software es distinto. Adolfo no quiere que los gigantes tecnológicos sepan qué escribe, qué busca o dónde está. Por el mismo motivo no ha querido aparecer en este artículo con su apellido o mostrar su rostro en la fotografía.

Para Adolfo, el cambio empezó con las revelaciones de Edward Snowden, el consultor tecnológico y antiguo empleado de la CIA que hizo públicos programas de vigilancia masiva de EE UU. Antes apenas le preocupaba la privacidad. Hoy sí, y lo explica así: "Aprecio mi vida privada y no quiero que todo esté en manos de las empresas, del Gobierno y de otra gente". Aunque también bromea. Llama "gorritos de aluminio" a quienes son más obsesivos que él.

El sistema operativo. El día en que Adolfo compró su Xiaomi Redmi Note 4 no empezó a usarlo. Primero, solicitó a la compañía que le mandaran un código para desactivar el bootloader, que gestiona el arranque del teléfono. Eso le permite formatearlo. Entonces cambió el sistema operativo por LineageOS, basado en el código Android de Google pero con variaciones. Google deja así de controlar todo lo que pasa por el teléfono.

Pero las apps más normales no funcionan bien sin su sistema operativo. Se cuelgan a menudo. Para evitarlo, instaló una implementación libre de los servicios de Google, llamada MicroG. Es como añadir un cojín extra para que las apps del entorno estén a gusto y no se quejen de la ausencia de su base normal.

Las aplicaciones. Si no hay servicios de Google, tampoco hay Google Play, el lugar para descargar aplicaciones. ¿Cómo descargarlas entonces? Adolfo usa la Yalp Store: "Yalp provee de emails anónimos para que descargues las apps de la Play Store y evites tener que loguearte con tu cuenta", subraya. "Es el Google Play de los gorritos de aluminio", bromea sobre Yalp.

Además de las apps de la Play Store, hay montones de aplicaciones libres. Esas se descargan desde F-Droid, que es un repositorio de aplicaciones solo de código abierto. "Ahí no entra nada de Google", dice Adolfo. Muchas de hecho sirven para sustituir el ecosistema de Google.

El correo electrónico. La cuenta de correo principal de Adolfo es de Gmail y no Protonmail, el mail preferido por interesados en privacidad. ¿Por qué prefiere Gmail? Uno, porque ofrece gratis 15 gigas en la bandeja de entrada y Prontonmail solo 500 megas. Dos, porque Protonmail "es un producto comercial y no tenemos por qué fiarnos al 100%, su infraestructura es decente pero tiene agujeritos", advierte Adolfo. Este es el problema final de este mundo: toda solución tiene "agujeritos".

Lea el artículo completo en: El País (España)


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