Krigens Brans: los hijos del odio y la vergüenza en Noruega
Sacando de contexto la teoría de la evolución natural de las especies
postulada por Charles Darwin y adaptándola a la eugenesia de la
ideología nazi, tenemos la justificación de la creación de Lebensborn (Fuente de vida) en 1935. Lebensborn fue una sociedad creada por Heinrich Himmler
con el objetivo de expandir la raza aria para convertirla en la nueva
raza de Europa. Aunque inicialmente sus trabajos se centraron casi en
exclusiva en las esposas de los miembros de las SS, por considerarlos
los más puros, luego se extendió a toda la sociedad alemana para
fomentar la natalidad de la considerada raza superior. Para ello, se
daba asistencia sanitaria y todo tipo de facilidades a los hogares de
los puros; a las madres solteras que cumpliesen el canon (tez blanca,
ojos azules, pelo rubio y altas) se les proporcionaban hogares de
maternidad y ayuda financiera para criar a sus hijos; se administraban
orfanatos y se daban en adopción a los arios… e incluso se secuestró a
niños en los países ocupados que, tras ser sometidos a un riguroso
examen, recibían la certificación de ser lo suficientemente arios. Un autentico programa para poblar Europa de arios.
La sociedad gestionaba varias instalaciones por toda Alemania e incluso
llegó a extenderse por varios países centroeuropeos, pero donde tuvo
dramáticas consecuencias fue en Noruega.
Lógicamente, al cumplir los noruegos los cánones establecidos por la
raza aria, en Noruega se establecieron varias instalaciones gestionadas
por esta sociedad. Algunas noruegas se presentaron voluntarias para este
tipo de programas, pero la mayoría fueron engañadas o violadas. Los
hijos nacidos de madres noruegas y padres alemanes fueron llamados Krigens Barn (niños de la guerra). Antes de terminar la guerra, y desde el exilio de Londres, el Gobierno de Noruega comenzó a gestionar el odio…
El precio que estas mujeres tendrán que pagar durante el resto de sus vidas será el desprecio de todos los noruegos.
Cuando los alemanes abandonaron Noruega y el Gobierno regresó del
exilio, comenzaron su particular cruzada independientemente de las
circunstancias de cada madre: a las putas alemanas -así llamaron a estas
madres- les raparon la cabeza y las hicieron desfilar para escupirles,
las obligaron a dejar sus trabajos, muchas fueron arrestadas e
internadas en psiquiátricos… ¿Y los 8000 niños de la guerra? De ellos se encargaron los médicos y psiquiatras noruegos…
Estos niños llevan el germen de las características típicas alemanas de las que el mundo ya ha padecido suficientemente.
Y el Gobierno…
Creer que estos niños se convertirán en ciudadanos
decentes es como creer que las ratas de tu sótano se convertirán en tus
mascotas.