La oxitocina, la hormona responsable de que amemos, seamos fieles, compasivos, amables… y de que podamos parir y tener leche materna, entre muchas de sus funciones.
La oxitocina es una molécula orgánica pequeña, un oligopéptido que consta de sólo nueve aminoácidos. Se produce en el sistema nervioso central,
concretamente en el hipotálamo. Desde allí se transfiere a la
hipófisis, una glándula que está en nuestro cerebro, dónde se almacena y
desde donde se secreta cuando se necesita. La oxitocina se descubrió a
principios del siglo pasado y se sintetizó artificialmente por primera
vez en 1953.
Du Vigneaud recibió en 1955 el premio Nobel por la
síntesis de este compuesto. Funcionalmente lo primero que se sabe de
ella es que es una hormona. Viaja por el torrente sanguíneo y actúa en
tejidos alejados de su lugar de síntesis. Entre sus acciones periféricas
es responsable de los movimientos de contracción-relajación de fibras musculares
lisas como las que forman el cuerpo del útero o los conductos
galactóforos y, por tanto, produce las contracciones de parto y la
secreción de la leche materna. Por este motivo, la oxitocina sintética
se ha venido usando en los partos desde los años setenta del siglo
pasado. Se administra intraparto por vía intravenosa. Su uso para
acelerar las contracciones de parto permite “controlar” en cierto
sentido el proceso y se usa en muchos sitios de forma rutinaria, en lo
que se denomina protocolo de manejo activo del parto».
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ABC Familia
28 de septiembre de 2017
Oxitocina: la hormona responsable del amor...
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