En las últimas cinco décadas la industria tabacalera ha
diseñado cigarros para que estos sean más adictivos y mucho más dañinos.
¿Puedes nombrar todos
los químicos y aditivos en tus cigarros? Y lo que es más importante:
¿Sabes lo que pueden hacerte? En los últimos cincuenta años los cigarros
han pasado de ser tabaco para fumar a un coctel de químicos
impronunciables cuyos efectos nocivos son negados e ignorados por muchos
fumadores.
El infográfico de The Campaign for Tobacco-Free Kids (Campaña para niños libres del tabaco) nos explica, en pocas palabras, lo que contiene un cigarro comercial:
Broncodilatadores: Químicos agregados que expanden los conductos pulmonares para permitir que el humo del tabaco entre a los pulmones.
Nicotina adicional: Las
compañías que fabrican cigarros pueden controlar las cantidades de
nicotina en los mismos, por lo tanto su nivel de adicción.
Mentol: El mentol refresca y duerme la garganta para que se irrite menos, así el humo se siente mucho más suave.
Filtros ventilados: Estos hacen
que el fumador inhale más vigorosamente, de de manera que los
cancerígenos alcanzan las zonas más profundas de los pulmones.
Azúcares y Acetaldehído:
Azúcares añadidas hacen que el tabaco sea más fácil de inhalar y así
forma acetaldehído, el cual incrementa los efectos adictivos de la
nicotina.
Saborizantes: Algunos
saborizantes como el chocolate y regaliz ocultan el fuerte sabor del
humo y hacen que los productos sean más atractivos para usuarios nuevos,
especialmente niños.
Nitrosaminas del tabaco:
Cigarros estilo americano tienen tabaco combinado que tiene niveles de
nitrosaminas cancerígenas mucho más altas que otros productos con
tabaco.
Compuestos de Amoniaco: estos compuestos hacen incrementan la velocidad del impacto de la nicotina en el cerebro.
Ácido levulínico: Sales orgánicas añadidas reducen la aspereza de la nicotina, de manera que el humo es más suave y menos irritante.
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