La razón principal es el precio: su producción es poco rentable.
Pero quienes los han probado afirman que los huevos de pavo son suculentos y pueden prepararse bien con la mayoría de las recetas que usamos para los huevos de gallina.
Los de pavo son mucho más grandes, tienen cascarones más duros, mayores yemas y un porcentaje más alto de yema que de clara.
Dependiendo de la variedad, pueden llegar a pesar desde 65 gramos (el tamaño de un huevo grande de gallina) hasta 110 gramos.
El problema es que los pavos tardan hasta 32 semanas en comenzar a poner huevos, y al final depositan unos 100 huevos cada año.
Las gallinas típicamente ponen a las 20 semanas y producen unos 300 huevos al año. Esto se debe a que se les cría para producir ese alimento de forma eficiente mientras que los pavos están destinados a producir carne.
Es posible criar pavos para la producción de huevos, pero por el momento los huevos de pavo sólo pueden obtenerse con productores especializados o en granjas de aves rescatadas.
Fuente:
BBC Ciencia