Que en la Luna existe un cráter con el nombre Jules Verne
–en el lado oscuro y con 143
kilómetros de diámetro- es más o menos conocido, pero lo
es menos que en la Tierra tengamos un punto geográfico con el nombre de uno de
los más famosos personajes del escritor galo, el capitán Nemo.
Cráter Jules Verne
El Punto Nemo es el punto en el océano más aislado que
existe, el más alejado de cualquier masa de tierra, el punto, de alguna forma,
más solitario del planeta. Se encuentra en el Océano Pacífico Sur, y está al sur de la
isla Ducie, al suroeste de la isla Maher y al norte de la Antártida.
¿POR
QUÉ ESTE NOMBRE?
Pues supongo que Hrvoje Lukatela, cartógrafo y geodesta de origen
croata que reside en Canadá, es un lector de Julio Verne y se percató de una
de esas misteriosas casualidades, o mejor dicho, causalidades a las que nos
tiene acostumbrado el abuelo Verne. Si el capitán Nemo, ese pirata
filolibertario, es misántropo que navegaba en su particular icaria submarina, el
Nautilus, si el capitán Nemo, repito, quisiera aislarse del mundo buscaría una
isla cercana a este punto del océano. Y así lo hizo Verne, ya que la imaginaria
isla Lincoln de la novela La isla
misteriosa (publicada por entregas desde 1874 y en formato libro en 1875)
estaba relativamente cerca de este punto, exactamente en el Pacífico Sur, a
34º, 57’
de latitud sur y 150º, 30’
de longitud oeste. ¿Dónde está el
misterio?, pues que el Punto Nemo no pudo ser definido hasta los estudios
del citado Lukatela, exactamente en 1992.
BLOOP: ¿EL
GRITO DE NEMO?
Y ahora sí que terminaran de asombrarse o de tomarme por
loco, les cuento: En 1997, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica
(cuyas siglas en inglés son NOAA) detectó un sonido submarino de ultra-baja frecuencia de
origen desconocido. En la época de la guerra fría, la marina de EE.UU. había
dispuesto millares de micrófonos submarinos con el objeto de detectar posibles
incursiones de los submarinos soviéticos. Durante varios días del verano de ese
año, los micrófonos, incluso los más alejados, detectaron un sonido potentísimo
que bautizaron con el nombre de Bloop,
y claro, este sonido se produjo en esa zona del Pacífico Sur donde se encuentra
en Punto Nemo. Aunque la explicación más lógica llevó a los científicos a
pensar que los sonidos podían ser el resultado de unos terremotos de hielo
causados por el resquebrajamiento de grandes icebers, la verdad es de que nunca se
dio una explicación cerrada del asunto. También se habló de calamares gigantes
o ballenas aún más grandes que la conocida ballena azul. Como ven, todo muy
verniano, pero los seguidores de H.P. Lovecraft, también tienen su predicamento
en esta historia. Resulta que cerca de este punto, el escritor de Providence
situó la ciudad sumergida de R’Lyeh,
que aparece en la novela La llamada de
Cthulhu (1926). ¿Y cómo se comunican las entidades mitológicas de esta
ciudad? Sí, con sonidos de ultra-baja frecuencia.
Ahora que se habla del fin del mundo me
viene a la memoria un neologismo utilizados por los vulcanólogos de
habla inglesa, se trata del Verneshot (¡otra
vez Verne!), que sería una erupción volcánica de tal magnitud que
terminaría con todas las especies vivientes de la faz de la tierra,
banqueros y notarios incluidos.
En fin, dijo Verne que con lo que no sabían los científicos
se podría escribir una biblioteca entera, y espero que esta hipótesis se quede
en eso, que el fin del mundo ahora no me viene bien, quizá más adelante.
Fuente:Blog de Javier Coria