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26 de diciembre de 2012

Punto Nemo: El lugar más aislado del Planeta Tierra




Que en la Luna existe un cráter con el nombre Jules Verne –en el lado oscuro y con 143 kilómetros de diámetro- es más o menos conocido, pero lo es menos que en la Tierra tengamos un punto geográfico con el nombre de uno de los más famosos personajes del escritor galo, el capitán Nemo.

Cráter Jules Verne

El Punto Nemo es el punto en el océano más aislado que existe, el más alejado de cualquier masa de tierra, el punto, de alguna forma, más solitario del planeta. Se encuentra en el Océano Pacífico Sur, y está al sur de la isla Ducie, al suroeste de la isla Maher y al norte de la Antártida.




¿POR QUÉ ESTE NOMBRE?

Pues supongo que Hrvoje Lukatela, cartógrafo y geodesta de origen croata que reside en Canadá, es un lector de Julio Verne y se percató de una de esas misteriosas casualidades, o mejor dicho, causalidades a las que nos tiene acostumbrado el abuelo Verne. Si el capitán Nemo, ese pirata filolibertario, es misántropo que navegaba en su particular icaria submarina, el Nautilus, si el capitán Nemo, repito, quisiera aislarse del mundo buscaría una isla cercana a este punto del océano. Y así lo hizo Verne, ya que la imaginaria isla Lincoln de la novela La isla misteriosa (publicada por entregas desde 1874 y en formato libro en 1875) estaba relativamente cerca de este punto, exactamente en el Pacífico Sur, a 34º, 57’ de latitud sur y 150º, 30’ de longitud oeste. ¿Dónde está el misterio?, pues que el Punto Nemo no pudo ser definido hasta los estudios del citado Lukatela, exactamente en 1992.



BLOOP: ¿EL GRITO DE NEMO?

Y ahora sí que terminaran de asombrarse o de tomarme por loco, les cuento: En 1997, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (cuyas siglas en inglés son NOAA) detectó un sonido submarino de ultra-baja frecuencia de origen desconocido. En la época de la guerra fría, la marina de EE.UU. había dispuesto millares de micrófonos submarinos con el objeto de detectar posibles incursiones de los submarinos soviéticos. Durante varios días del verano de ese año, los micrófonos, incluso los más alejados, detectaron un sonido potentísimo que bautizaron con el nombre de Bloop, y claro, este sonido se produjo en esa zona del Pacífico Sur donde se encuentra en Punto Nemo. Aunque la explicación más lógica llevó a los científicos a pensar que los sonidos podían ser el resultado de unos terremotos de hielo causados por el resquebrajamiento de grandes icebers, la verdad es de que nunca se dio una explicación cerrada del asunto. También se habló de calamares gigantes o ballenas aún más grandes que la conocida ballena azul. Como ven, todo muy verniano, pero los seguidores de H.P. Lovecraft, también tienen su predicamento en esta historia. Resulta que cerca de este punto, el escritor de Providence situó la ciudad sumergida de R’Lyeh, que aparece en la novela La llamada de Cthulhu (1926). ¿Y cómo se comunican las entidades mitológicas de esta ciudad? Sí, con sonidos de ultra-baja frecuencia.




Ahora que se habla del fin del mundo me viene a la memoria un neologismo utilizados por los vulcanólogos de habla inglesa, se trata del Verneshot (¡otra vez Verne!), que sería una erupción volcánica de tal magnitud que terminaría con todas las especies vivientes de la faz de la tierra, banqueros y notarios incluidos.

En fin, dijo Verne que con lo que no sabían los científicos se podría escribir una biblioteca entera, y espero que esta hipótesis se quede en eso, que el fin del mundo ahora no me viene bien, quizá más adelante.
Fuente:

Blog de Javier Coria
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