Las bases para dibujar la evolución económica y social de la industria de la música, podemos trazarlas después de la segunda guerra mundial, en una época en la que múltiples factores entrelazados posibilitaron el salto cualitativo del sector hacia un escenario de creciente producción y rentabilidad.
Entre ellas destacamos el boom
de la juventud durante las décadas de los 50 y 60, acompañado del
aumento del bienestar económico de los países más desarrollados, el
nacimiento y expansión del rock´n roll como tendencia estética y
musical a nivel global, la aparición del disco de vinilo, los
pinchadiscos, las discotecas y el crecimiento de radioescuchas,
generando así la primera expansión a nivel global del mercado de la
música (Rutten, 1991, en Buquet, 2003:57), con ventas y adeptos
multiplicándose a ritmos acelerados.
A partir de allí la industria registró
varios picos de crecimiento económico y pequeñas recesiones, acompañados
de la creciente y crucial correlación con las nuevas tecnologías, a
través de soportes musicales que han estimulado su periódica
estructuración y por ende su desarrollo. Por ejemplo; El LP (Disco de
Vinilo) que expandiera su popularidad de forma intensiva, permitiendo un
crecimiento de mercado de 1,000 por ciento entre 1954 y 1973 (Yudice,
George. 1999:183), alcanzó su periodo de madurez y caída a mediados de
los setenta. Con la primera recesión económica, el primer gran soporte
se vió relegado por la introducción de la cinta magnética o Casete, una
renovada entrada masiva al mundo musical a mediados de la década de los
setenta, permitiendo un nuevo despunte económico y un salto cualitativo
en el desarrollo de la estereofonía, con la aparición del Walkman de
Sony que en ocho años vendió 35 millones de unidades, constituyendo “el
primer aparato sonoro expresamente para el mercado consumista” (Morita,
et al. 1986:79).
Aproximadamente una década más tarde, al
igual que el pionero de la música grabada, el casete fue superado en
ventas y sustituido por uno de los grandes avances de la novedosa
tecnología digital. El CD creado por las compañías Sony y Philips en
1979 y puesto en circulación en 1983, representaba nuevamente un
estimulo para un mercado que volvía a presentar caída de ventas. Este
soporte presentaba ciertas particularidades que lo distinguían de sus
antecesores, y que le han valido ser el más popular de la historia del
sector; Además de poder escuchar música en algún reproductor, presentaba
la nueva característica de almacenarla en cualquier ordenador mediante
la conversión digital del audio a formatos de comprensión como el Mp3 o
Wav (formatos de suma importancia para el análisis de la realidad actual
y que analizaremos mas adelante).
Un firme monarca con el que la industria del disco experimentó un crecimiento acelerado y constante a nivel global, alcanzando una tasa de crecimiento anual en términos reales del 6%, más que duplicando la venta tanto en valores constantes como en unidades durante ese periodo, y llegando a rozar un valor de ventas a escala mundial de 50.000 millones de euros (Buquet, 2003:57), por encima de la industria del libro y del cine.
Otro soporte físico que tiene cierta
relación con la música, es el DVD. Creado en 1995 el disco versátil de
gran almacenamiento, permite albergar datos audiovisuales con mayor
calidad (conciertos, videoclips, etc.), sin embargo, su paso por la
industria discográfica ha sido más bien residual debido a su convivencia
con otras realidades tecnológicas (internet y sus posibilidades,
dispositivos, formatos, etc.) y económicas, que han revolucionado el
sector desde hace un par de décadas, gestando una transformación
profunda en todas sus fases (creación, producción, reproducción,
distribución, comercialización). Constituyendo una nueva era* en que
emergen nuevos soportes (Mp3, Wav, etc.), formas de producir,
distribuir, comercializar y consumir la música.
Fuente:
La Industria Discografica Actual