La respuesta va de la mano de algo que ya comentó Eduardo cuando la sonda llegó a Marte, puesto que las órdenes que controlan el movimiento de la Curiosity se transmiten a través de la Red del Espacio Profundo de la NASA. Teniendo en cuenta que las señales tardan alrededor de 13 minutos en llegar desde la Tierra a Marte, el movimiento del rover no es algo tan simple como manejar un joystick y esperar ver una representación o una imagen a tiempo real del vehículo sino que se mueve en base a órdenes pre-definidas.
Antes de realizar cualquier tipo de movimiento, el control de la misión utiliza el Rover Sequencing and Visualization Program (RSVP), un software de simulación que se desarrolló en el año 1997 para la misión Pathfinder y que ofrece al equipo de la Tierra un interfaz gráfico en el que visualizar la posición de la Curiosity y el entorno que hay a su alrededor. El RSVP representa la orografía del terreno y las rocas que puedan suponer obstáculos, una información que es utilizada por el equipo de la NASA para componer la ruta que seguirá el vehículo.
La Curiosity puede seguir órdenes de movimientos pre-determinadas (avanza 2 metros, gira 90º, etc) o, directamente, marcarle un punto como destino y dejar que el modo de navegación autónoma entre en funcionamiento y analice en entorno (localizando obstáculos usando las cámaras Hazcam) para trazar una ruta óptima y, sobre todo, segura. Con cada movimiento la nave, el RSVP aumenta su base de datos sobre Marte puesto que la Curiosity toma imágenes mientras se mueve que se pueden utilizar para realizar el siguiente movimiento.
Lógicamente, todos estos movimientos se programan con antelación para que, una vez configurada la secuencia de comandos, ésta se transmita a través de la Red del Espacio Profundo de la NASA (que cuenta con 3 bases dispuestas en Madrid, California y Canberra para así lograr disponibilidad de transmisión en todo momento).
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