Las vacas son consideradas un animal sagrado en la India. Deambulan a
sus anchas por la ciudad y las alimentan como un acto de fe. Están
protegidas por ley y no se les puede causar daño, ni siquiera apartarlas
de tu camino (son los hindúes los que se apartan) y si se paran en
mitad de una carretera impidiendo el paso de los coches hay que esperar a
que se decidan marcharse o dar media vuelta.
¿Por qué? ¿por qué se trata así a estos animales en un país con una
mayoritaria parte de su población en los umbrales de la pobreza?
Esto es así porque en el hinduismo —la religión predominante en la
India— la vaca es considerada un símbolo de fecundidad y maternidad
debido a su leche y se la venera en un marco de respeto por todos los
animales, cuyo sacrificio se prohibe.
Pero… ¿hay algún motivo para que el hinduismo considere así a estos animales?
El crecimiento demográfico en la India provocó la reducción de las
tierras de pasto en favor de los cultivos de hortalizas, para alimentar
directamente a la población hindú.
Como resultado, la población de bovinos disminuyó y los ejemplares fueron entonces conservadas por su leche y abono.
Con el paso de los siglos, ésta fue aumentando progresivamente su
número hasta la actualidad, en la que la India posee la mayor población
de vacunos del mundo (unos 193 millones de Bos indicus).
En una economía agraria con baja industrialización, las vacas son más
útiles vivas que muertas: proveen leche para la alimentación de la
población y bueyes, fuerza motriz para el trabajo en el campo y fuente
de estiércol (principal abono en la India).
El precepto religioso impide que, en una mala época, los hindúes se coman a un animal que es más conveniente mantener vivo.
Fuente: