En los cinco meses
posteriores al desastre del Golfo de México, al menos 200.000 toneladas
de crudo y gas natural fueron consumidas por bacterias, según un nuevo
estudio.
Se estima que más de cuatro millones de litros de crudo fueron vertidos tras la explosión de la plataforma Deepwater Horizon en abril de 2010, que costó la vida a once trabajadores. El pozo sólo logró sellarse en julio.
Investigadores de la Universidad de Rochester y Texas A&M en Estados Unidos midieron el consumo de crudo por bacterias que naturalmente habitan el ecosistema marino.
"Estas bacterias viven naturalmente en el Golfo. Una vez que consumen el crudo y el gas pueden convertirlos en dióxido de carbono o usarlo para crecer y reproducirse", dijo a BBC Mundo John Kessler, profesor del Departamento de Estudios Ambientales y de la Tierra de la Universidad de Rochester y uno de los autores del estudio.
Estudios anteriores habían establecido que gran parte del crudo y gas estaban atrapados a determinadas profundidades.
"Una cantidad significativa de petróleo y gas se mantuvo a una profundidad de más de 0,8 kms bajo la superficie. Y en estas capas las bacterias que consumen hidrocarburos hicieron un buen trabajo", señaló Kessler.
Los científicos constataron que el consumo de crudo se detuvo en setiembre de 2010, cinco meses después de la explosión.
"No es claro si esto indica que el gran festín había acabado o si los microorganismos estaban descansando antes de comenzar con el postre", señaló Kessler.
"Nuestro estudio indica que cerca del 40% de los hidrocarburos vertidos en estas capas permanecían en el Golfo luego de setiembre de 2010. El alimento estaba allí, disponible, y el festín podría haber continuado".
Los investigadores señalan que su trabajo constituye la primera medición de cómo varió la actividad de las bacterias meses después del desastre, un dato fundamental para predecedir el comportamiento de futuros derrames.
Oxígeno retirado
"Algo interesante es que el índice de consumo de crudo y gas estaba correlacionado con el uso de dispersantes en el sitio del pozo. Aún tenemos mucho que aprender sobre el impacto de dispersantes en ecosistemas naturales, pero nuestros resultados sugieren que esos dispersantes hicieron a los hidrocarburos más accesibles a los microorganismos nativos del Golfo de México", dijo Kessler."En teoría, los dispersantes descomponen el crudo en gotas más pequeñas que pueden disolverse más fácilmente. Cuando el crudo está en gotas más pequeñas o está disuelto está más disponible a la biodegradación".
Los científicos calcularon las toneladas de crudo y gas consumidas midiendo cuánto oxígeno fue retirado del océano.
"Cuando las bacterias consumen crudo y gas utilizan oxígeno y liberan dióxido de carbono, al igual que nosotros cuando respiramos. Y cuando las bacterias mueren y se descomponen, este proceso consume aún más oxígeno. Ambos procesos extraen oxígeno del agua", dijo la coautora del estudio, Mengran Du, de la Universidad Texas A&M.
Midiendo el cambio en los niveles de oxígeno los investigadores calcularon el crudo consumido en diferentes momentos.
La investigación fue financiada por la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos, la Admnistración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés), la Fundación Sloan y la Iniciativa de Investigación sobre el Golfo de México impulsado por BP, entre otros.
El estudio fue publicado en la revista Environmental Science and Technology.
Fuente:
BBC Ciencia
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