Las autoridades chinas aceptaron
detener la construcción de una planta de aleaciones de cobre en la
ciudad suroccidental de Shifang, tras dos días de protestas por la
contaminación ambiental que provocaría.
Cientos de manifestantes salieron a las calles de la ciudad, en la provincia de Sichuan, y hubo enfrentamientos en los que varios policías y manifestantes resultaron heridos.
El gobierno de Shifang dijo que consultaría a la población local sobre sus preocupaciones, pero también advirtió que se enfrentan a un severo castigo si no detienen las protestas, a las que calificó como ilegales.
Fuente:
BBC Ciencia