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12 de junio de 2012

Eres más raro que un pedo de pato!!!



Perdonadme por el explosivo titular, pero es que acabo de enterarme de que las aves no ventosean. La verdad es que nunca me lo había preguntado, afortunadamente, pero me ha parecido curioso descubrir que las aves tienen la habilidad física y anatómica de evitar los gases gastrointestinales.


De hecho, los intestinos de las aves carecen de las típicas bacterias productoras de gas con las que contamos los humanos y otros mamíferos para ayudarnos a digerir la comida. Así que cuando tu loro suelte una pedorreta, puedes estar seguro de que te está tomando el pelo, y de que el sonido vino de arriba y no de abajo.

De lo que no están tan convencidos los científicos es de si pueden eructar. No existe documentación alguna sobre este hecho aunque sospecho que si alguien preparase un estudio sobre esta cuestíón acabaría seguramente premiado con un IgNobel.

De todos modos los ornitólogos creen que si algun ave se viese en la necesidad de liberar gas estomacal (pongamos que una oca se tragó una lata de “Ocacola” y que esta se abrió en plena digestión) no tendría ninguna dificultad para liberarse del exceso gaseoso a través de la boca. Si están preparados para regurgitar su comida directamente desde el estómago cuando alimentan a sus crías, es lógico pensar que no habría problema con los gases.

Bonito tema para la tertulia cervecera del viernes ¿verdad?

Fuente:

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