La conferencia coincide con la cumbre del G20, que reúne a los líderes de las principales economías en México.
Las negociaciones de más de 190 países en la conferencia de la
ONU Rio+20 para lograr un acuerdo que salve al planeta entraron este
lunes en una controvertida recta final, en medio de críticas sobre su
falta de ambición y bajo la sombra de la cumbre del G20 en México.
Brasil, que comanda las negociaciones, se propuso sellar un acuerdo el
lunes, antes de que comiencen a llegar el martes los 130 jefes de Estado
y de Gobierno, pero las delegaciones indicaban que las maratónicas
reuniones se extenderían en la noche.
Europa dejó claro que el borrador del acuerdo propuesto por Brasil no
alcanza la necesaria ambición requerida para preservar el medio ambiente
y la lucha contra la pobreza en el mundo.
"Todavía consideramos que hay un importante margen para mejoras.
Queremos usar cada hora, cada minuto, en los próximos días" para
alcanzar una conclusión "más ambiciosa", dijo el ministro alemán de
Medio Ambiente, Peter Altmaier.
"No están reunidas las condiciones para un acuerdo (...) No queremos
límites de tiempo, podemos ir hasta el día 22 (último día de la
conferencia) en la noche para negociar", afirmó la ministra de Ecología
francesa, Nicole Bricq.
"Es un momento super complicado, todavía hay temas muy complejos sobre
la mesa", admitió a la AFP la jefa de la delegación de Venezuela,
Claudia Salerno. Pero dejó claro que los países quieren evitar a toda
costa el fantasma de Copenhague, la cumbre del clima de 2009, cuando las
negociaciones fueron entregadas a los presidentes y acabó en un
fracaso, sin acuerdo.
Las diferencias en puntos claves continuaban este lunes. Los países en
desarrollo quieren una clara definición de cómo se financiará su
transición a una economía verde que respete los recursos naturales del
planeta, y Europa quiere crear un organización internacional encargada
del medio ambiente, a lo cual se oponen Brasil y Estados Unidos.
La crisis económica planea sobre la conferencia: los países ricos son
más reacios a repartir fondos que en el pasado y los países en
desarrollo son más reticentes a ceder sin que sus contrapartes
correspondan, reconocen los delegados.
"La crisis ha acaparado tanto la atención pública que las cuestiones de
protección del medio ambiente y el desarrollo sustentable han sufrido
mucho, y el objetivo de esta conferencia es traerlas al centro del
debate internacional", dijo el ministro alemán.
La conferencia coincide con la cumbre del G20, que reúne este lunes y
martes a los líderes de las principales economías del planeta en México
para hallar soluciones a la crisis.
"No podemos alcanzar una estabilidad económica sin desarrollo
sostenible a largo plazo", fue el mensaje de la ONG ambientalista WWF a
los líderes del G20.
Muchos de los presidentes presentes en el G20 viajarán a Rio de Janeiro
para cerrar la Rio+20, que entre el miércoles y el viernes recibirá a
unos 130 jefes de Estado y de Gobierno.
Pero no estarán en Rio el líder de la mayor economía del planeta, el
estadounidense Barack Obama, ni la alemana Angela Merkel, una de las más
comprometidas con el medio ambiente.
La conferencia de la ONU es la cuarta de su tipo en la historia desde 1972, y su objetivo es trazar un plan mundial para enfrentar los principales problemas ambientales y luchar contra la pobreza.
El plan define por ahora las grandes áreas en las que se requiere de
acción inmediata, como protección de océanos y bosques; transición hacia
una agricultura, energía y modelos de producción y consumo sostenibles;
erradicación de la pobreza; seguridad alimentaria; empleo y protección
social.
Pero la principal crítica es que el documento se queda corto en acción y
definiciones, cuando se prevé que para 2030 la demanda de alimentos
aumente 50% y la de energía 45%, en un contexto de más desigualdad
social y aumento de la temperatura.
Fuente:
Terra Perú