Hay gente tan atareada (yo me incluyo) que, en ocasiones, desearía
que el día no tuviera 24 horas, sino algunas más. Pues en un tiempo,
gracias a la rotación de la Tierra, que se está ralentizando, el deseo
será condecido: el día durará 25 horas.
Así pues, a pesar de que hay fluctuaciones, en el caso más optimista deberemos esperar unos 140 millones de años.
Entonces ya podremos recalibrar todos nuestros relojes, y es que siguen
existiendo. De hecho, ni siquiera será necesario que añadamos un día
más al calendario: aunque la rotación de la Tierra sobre su eje cada vez
es más lenta, orbitamos alrededor del Sol tan rápido como siempre.
Los datos de que disponemos sobre la velocidad de rotación de la
Tierra están basados en observaciones de la posición del Sol en el cielo
durante los eclipses solares, lo que nos permite tener datos de hasta hace 2.500 años.
El calentamiento global es otro de los factores que está
ralentizando la rotación de la Tierra, aunque muy ligeramente, debido al
aumento del nivel de los océanos por el deshielo de los polos, lo que
está afectando a las mareas y a las fuerzas de atracción gravitatoria
con la Luna.
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