La revista Science en un estudio realizado afirma que la civilización Maya vivió una situación similar a la que se vive en América Central debido al cambio climático antes de su decadencia.
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Washington • La decadencia de la Civilización Maya en la península de Yucatán y América Central coincidió con una disminución de aproximadamente el 40 por ciento en las lluvias, según un estudio que publica hoy la revista Science.
El investigador Martín Medina Elizalde, mexicano nacido en Montevideo (Uruguay), de la Universidad de Southampton en el Reino Unido, y su colaborador Eelco J. Rohing, que trabaja ahora en el Centro de Investigación Científica de Yucatán, en Cancún, México, llevaron a cabo el estudio.
Durante mucho tiempo los historiadores y arqueólogos han supuesto que la prolongada decadencia de la Civilización Maya, un proceso que duró unos doscientos años, estuvo vinculada con períodos de sequía.
Estas sequías, indicaron los investigadores, son similares a las que se proyectan bajo algunos de los modelos actuales de cambio climático.
"Desde el descubrimiento de la antigua Civilización Maya se ha señalado el cambio climático como un factor causal que explique su colapso siglos antes de la llegada de los primeros europeos al continente americano", escribieron los autores.
Los arqueólogos e historiadores han determinado que la "desintegración de la Civilización Maya clásica fue un proceso complejo que ocurrió entre los años 800 y 1000, el conocido como período clásico terminal (PCT)".
Si bien el cambio climático no explica completamente los complejos acontecimientos geográficos y sociopolíticos del PCT, "los registros paleoclimáticos y las evidencias arqueológicas indican que el PCT estuvo pautado por una serie de sequías que, probablemente, generaron significativos trastornos sociales en esa época".
"El proceso involucró una catastrófica despoblación de la región", escribieron los autores. "Pero la naturaleza y gravedad de las sequías han seguido siendo enigmáticas".
Medina y Rohling combinaron los registros detallados más conocidos del colapso de la civilización: los obtenidos en el Lago Chichancanab, el lago Punta Laguna y la caverna Tecoh, donde se encuentra la estalagmita Chaac, todos ellos en Yucatán.
Así evaluaron las respuestas de los lagos en la península de Yucatán al ciclo estacional de lluvias usando un modelo de balance de masa de isótopos para la comparación con los patrones ambientales sugeridos por esos registros.
"Este enfoque proporciona un marco interpretativo único y coherente para todos los registros considerados y, por ello, para una validación cuantitativa cruzada de las señales ambientales", añadieron.
Los científicos determinaron que las evidencias paleoclimáticas "sustentan una interpretación coherente de reducciones considerables en la precipitación pluvial durante el período clásico terminal, aunque no tan graves como lo implicaban modelos propuestos anteriormente".
"Si estos episodios repetidos de clima más seco tuvieron un papel significativo en el destino de la civilización maya clásica, esto implicaría que la capacidad ecológica de la península de Yucatán es muy sensible a las reducciones de las lluvias", apuntó el artículo.
Esa sensibilidad a los cambios incluso relativamente menores en la precipitación aparentemente coincide con la observación de que, en el presente, las variaciones en las lluvias anuales asociadas principalmente con la frecuencia de las tormentas y depresiones tropicales afectan significativamente los acuíferos subterráneos en la península de Yucatán.
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