El PBI no mide el grado de desempleo, las convulsiones sociales o el deterioro del medio ambiente y el retroceso de los glaciares, pero... ¿qué alternativas existen al PBI?.
Antes de contestar esta pregunta debemos de plantearnos el orden de prioridades de una sociedad. Si por encima de todo está el crecimiento económico entonces tenemos que el PBI y el intercambio comercial (la famosa balanza) serán buenos indicadores de que se avanza en dirección correcta. Pero si colocamos las necesidades humanas, y su plena satisfacción, como el fin de todas las sociedades entonces debemos replantear los instrumentos que deberían medir el grado en que las necesidades humanas vienen siendo atendidas.
Y existe una poderosa herramienta para medir el grado de satisfacción de las necesidades humanas y se llama canasta básica familiar. Un instrumento ninguneado en las últimas décadas ante el avance ¿triunfal? del neoliberalismo en el planeta.
Las necesidades de una canasta básica son alimentación, salud, educación, vivienda, vestido, servicios públicos (agua, desague, luz, teléfono, tv, internet) y recreación.
Y debe existir una correlación entre los ingresos familiares y la canasta básica, esto significa que se debería establecer el costo de una canasta básica familiar, y sobre esta base calcular un ingreso o remuneración mínima vital. Si el costo de una canasta familiar es de unos 2000 o 2500 soles al mes entonces la remuneración mínima mensual no debería ser inferior a estos montos, un salario que garantice el acceso a la canasta básica sería entonces un salario digno.
Un nuevo factor a considerar sería el incluir en los derechos humanos, y la canasta básica, el acceso a un medio ambiente sano. Así como el deber de defender la naturaleza y el planeta Tierra. Existe ya mediciones que nos pueden indicar lo apto o no de un determinado medio para la vida sana de grupos humanos. Pero aun falta un consenso global para asumir dichas escalas, y menos consenso aun existe para luchar por la defensa de hábitats sanos para el desarrollo de de seres humanos, aunque diversos grupos (aunque de manera descoordinada, por el momento), en todo el planeta, vienen luchando con este fin.
Estas reflexiones son producto de la lectura del siguiente artículo aparecido hace pocos minutos en la web de BBC Mundo:
El Producto Interno Bruto, PIB, el indicador utilizado tradicionalmente para medir la riqueza de los países, no refleja la gravedad de la crisis social y ambiental en nuestro planeta y debe ser sustituido.
El cambio es una de las medidas propuestas por 20 ganadores del prestigioso galardón Blue Planet, considerado comunmente como el Nobel de medio ambiente.
La propuesta fue presentada esta semana al Programa de Naciones Unidas para Medio Ambiente y entre sus signatarios se encuentran James Hansen de la NASA, Paul Ehrlich de la Universidad de Stanford, Camilla Toulmin del Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo, IIED, del Reino Unido, y José Goldemberg, quien ocupó el cargo de Secretario federal de Medio Ambiente de Brasil durante la Cumbre de la Tierra en Rio en 1992.
Dos décadas después, y a escasos meses de Rio+20, la cumbre sobre desarrollo sostenible que se celebrará en junio en la misma ciudad, es necesario introducir cambios urgentes, de acuerdo a los expertos.
El sistema actual está quebrado, asegura Bob Watson, asesor científico principal del gobierno británico en temas ambientales, y otro de los galardonados que firma la propuesta.
"Este sistema está llevando a la humanidad a un futuro en el que la temperatura del planeta será superior en 3 a 5 grados centígrados a lo que hemos experimentado jamás como especie, eliminando a su vez la ecología de la que depende nuestra salud y nuestra riqueza".
Y uno de los mayores problemas es, según la propuesta, que el impacto del actual sistema económico sobre el medio ambiente ni siquiera está siendo medido en forma adecuada porque los indicadores tradicionales no reflejan la realidad.
"No distingue"
"El problema es que lo que mide el PIB son las transacciones económicas que ocurren dentro de un país, es la suma de todos los salarios que existen en el país, independientemente del origen de los salarios", dijo a BBC Mundo José Goldemberg, quien se desempeñó recientemente como Secretario de Medio Ambiente del Estado de Sao Paulo y es actualmente profesor de energía y medio ambiente de la Universidad de Sao Paulo.
"Por ejemplo, si hubiera una inundación en Uruguay el número de personas que va a tener que trabajar para corregir los daños de la inundación va a tener que aumentar y por lo tanto el PIB aumenta. Puede ser que la inundación cause daños terribles para la población y a pesar de eso el PIB aumenta", explicó Goldemberg.
"Es decir, el PIB es una medida de la actividad económica, pero no distingue si la actividad económica es para bien o para mal".
Para el experto brasileño, "el PIB es en realidad un indicador perverso del bienestar social, es una medida puramente económica de la cantidad de transacciones financieras que son hechas en el país".
"Los economistas saben eso pero usan ese indicador porque es fácil de calcular con precisión pero, por ejemplo, cuanto más gente esté enferma en un país, mayor será el PIB porque será necesario gastar más dinero para curar las personas".
Para Camilla Toulmin, el problema con el PIB es que deja afuera factores importante e incluye otros independientemente de si son favorables o perjudiciales.
"Tomemos el ejemplo de un país con grandes recursos forestales. Si se cortara todo el bosque, el PIB ese año sería muy alto, pero a largo plazo el país se habrá empobrecido por la pérdida de uno de sus principales recursos", dijo Toulmin a BBC Mundo.
Otros indicadores
¿Qué alternativas existen al PIB?
"Hace mucho tiempo ya se inventó otro índice, el Índice de Desarrollo Humano, que es una combinación de la actividad económica, es decir el PIB, más el nivel de educación y de salud y captura mucho mejor que ocurre dentro de un país", señaló Goldemberg.
El problema, según el experto, "es que lo que está ocurriendo con el planeta, con los cambios climáticos, no está siendo captado nisiquiera por el Índice de Desarrollo Humano".
"Estamos liberando gases que están cambiando la composición de la atmósfera y por tanto la temperatura está aumentando y la cantidad de eventos climáticos extremos está aumentando también".
"Ya tuvimos inundaciones extraordinarias recientemente y las lluvias se tornaron más extremas. Las primeras señales del cambio climático ya están apareciendo y el PIB no está capturando eso".
"Hay varias propuestas, la más simple es dar valor a la cantidad de carbono emitido, por ejemplo, para cada tonelada de carbono se cobra 50 dólares, con lo que se estará castigando a los emisores de carbono y favoreciendo fuentes de energía que no generan emisiones".
Otra de las propuestas es incorporar la desforestación, midiendo la cantidad de carbono emitida al quemar bosques. "Cada vez que se corta una hectárea de bosque se emite aproximadamente 100 toneladas de carbono", señaló Goldemberg a BBC Mundo.
Toulmin afirma que a nivel de empresas ya se está utilizando una contabilidad triple, triple bottom line, que incluye la medida de las ganancias financieras, el impacto ambiental y los beneficios a nivel de la sociedad.
"Lo que pedimos es que este tipo de contabilidad sea aplicada a nivel de economías nacionales", señaló Toulmin.
Goldemberg señala que a nivel de Europa algunos países como Suecia ya están introduciendo cambios en sus indicadores y se están considerando modificaciones por ejemplo en el estado de Amazonia, "aunque aún no ha habido decisiones importantes a nivel de países".
"Por eso es que hacemos este llamado para que en la cumbre de Rio+20 se tome una decisión clara al respecto".
El "mito del crecimiento perpetuo"
MEDIDAS PROPUESTAS
- Sustituir el PIB
- Poner fin a los subsidios a sectores energéticos o agrícolas con un alto costo ambiental
- Promover el pago por servicios ambientales, por ejemplo, pagando a quienes conserven recursos como el agua o los bosques.
- Invertir en conocimiento para promover el avance científico sobre riesgos ambientales y medidas para un futuro sostenible
Para los ganadores del premio Blue Planet, "el deterioro de la situación biofísica está siendo apenas reconocido por una sociedad global que tiene la creencia irracional de que las economías físicamente pueden crecer para siempre y descarta el hecho de que los ricos tanto en los países industrializados como en desarrollo se están volviendo más ricos y los pobres están quedando atrás".
"El mito del crecimiento perpetuo es respaldado en forma entusiasta por políticos y economistas como una excusa para evitar tomar decisiones ante los duros desafíos que enfrenta la humanidad", agrega el documento.
Para Camila Toulmin, "cualquiera puede darse cuenta que si tenemos un planeta único y redoblamos una y otra vez la demanda tarde o temprano tendremos problemas".
La tecnología puede ayudar, pero hay límites físicos. Por ejemplo, los fertilizantes pueden generar mayor producción pero a su vez aumentan las emisiones de carbono.
Los signatarios concluyen que "la hora de actuar es ahora, dada la inercia del sistema socioeconómico y que los efectos adversos del cambio climático y la pérdida de biodiversidad son fenómenos o bien irreversibles o que no podrán revertirse por siglos. No actuar ahora empobrecerá a las generaciones actuales y futuras".
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