Las discusiones en dos temas de importancia crítica para América Latina están en peligro de no lograr progresos durante las conversaciones sobre cambio climático que inician este lunes en Durban.
Estados Unidos ha presentado objeciones a los actuales planes de crear un multimillonario Fondo de Clima Verde, del que se beneficiarían muchos países latinoamericanos.
La idea -originada por el gobierno mexicano- es que el fondo recabara US$100.000 millones al año para el 2020. Los países en Latinoamérica particularmente vulnerables al cambio climático podrían usar los recursos para adaptarse a su impacto. Los países más grandes como México podrían recibir dinero para ayudarlos en su esfuerzo por cortar los gases de efecto invernadero.
Pero EE.UU. se opone a cortar el vínculo entre el nuevo fondo y la ONU y quiere una mayor participación del sector privado.
Benito Mueller, uno de los directores del Instituto Oxford para Estudios de Energía asegura que Estados Unidos y Arabia Saudita han presentado objeciones que "podrían descarrilar los trabajos" -en una reciente reunión en Ciudad del Cabo- y "pospondrían el acuerdo un año o más".
También hay temores de que haya poco progreso en acuerdos obligatorios para forzar a países a detener la emisión de dióxido de carbono y otros gases contaminantes a los que se acusa de provocar el calentamiento global.
De elogio a pesimismo
El año pasado en Cancún, el gobierno mexicano recibió elogios por alcanzar acuerdos modestos y permitir que el proceso de negociaciones de la ONU permaneciera intacto. Este años, los analistas dicen que lo mejor que se puede lograr son pequeños pasos similares, pero no un gran acuerdo para cortar las emisiones.
Muchos científicos del clima afirman que el tiempo se está agotando. La Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) informó este mes que en 2010 las emisiones globales de dióxido de carbono aumentaron más de 5% a pesar de la peor recesión económica en 80 años.
"Estoy muy preocupado", ha dicho Faith Birol, el economista en jefe de la IEA. "Si no cambiamos la forma en la que estamos usando energía, acabaremos más allá de lo que los científicos consideran como el mínimo nivel de seguridad. La puerta se cerrará para siempre".
Las frustraciones ya se están sintiendo. El ex presidente de Costa Rica, José María Figueres, ha pedido a los países en desarrollo que "ocupen" las negociaciones en Durban organizando protestas y boicots si no hay avances.
La principal manzana de la discordia sigue siendo el Protocolo de Kioto de 1997. La mayoría de los países en desarrollo, incluyendo a América Latina, quieren ver una continuación del Protocolo que expira a finales de 2012. Y lo ven así porque es la única parte de todo el proceso que obliga a los países industrializados a cortar emisiones.
También contiene mecanismos que generan fondos económicos y los transfieren a los países más pobres.
Pero Japón, Rusia y Canadá se oponen a cualquier extensión del Protocolo. Japón, por ejemplo dice que quiere ver a su principal rival económico, China, incluido en un nuevo acuerdo que lo obligue a las mismas condiciones legales que al resto de los países.
Las dudas de Estados Unidos
EE.UU., históricamente el mayor emisor y el segundo en la actualidad -detrás de China- quiere reemplazarlo con compromisos voluntarios para cortar emisiones. Algunos incluso lo han acusado de negarse a discutir un acuerdo que se está trabajando para conseguir cortes de emisiones forzosos para 2020.
"Un escenario muy probable es que los estadounidenses bloquearán cualquier acuerdo que obligue legalmente a alcanzar objetivos en el futuro cercano"
Benito Mueller, Instituto Oxford para Estudios de Energía
"Un escenario muy probable es que los estadounidenses bloquearán cualquier acuerdo que obligue legalmente a alcanzar objetivos en el futuro cercano", asegura Benito Mueller y añade: "Y todo el proceso podría descarrilarse".
El actual clima político en el congreso de Estados Unidos hace imposible que la administración de Obama consiga la aprobación para un acuerdo internacional. Es tal la falta de interés sobre las conversaciones en Durban que ningún miembro del Congreso del país planea asistir.
Sin embargo, José Garibaldi, quien está ayudando al grupo de trabajo de Naciones Unidas sobre mitigación, es cautelosamente optimista. "Hace unas semanas era lúgubre. Pero ahora soy un poco más optimista. Ha habido progresos en cómo mitigar los efectos y en finanzas y con la propuesta de negociación de la Unión Europea sobre el Protocolo de Kioto".
La UE ha dicho que se comprometería a un segundo periodo de Kioto siempre y cuando haya una propuesta clara para que eventualmente también se obligue legalmente a participar a los mayores emisores.
José Garibaldi dice que un fracaso en las negociaciones sería lamentable para América Latina. "Algunos países centroamericanos ya están sufriendo los impactos económicos de eventos climáticos que son más grandes que su inversión total en infraestructura", asevera.
Antonio Hill, un asesor político de la organización internacional no gubernamental Oxfam, dice que los gobiernos de América Central han estado más activos previo a Durban, definiéndose a sí mismos como "vulnerables".
"Las fuertes lluvias de mediados de octubre que causaron tantas muertes y daños económicos han puesto sobre la mesa la realidad del cambio climático", dice.
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