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17 de octubre de 2011

Descubren el mecanismo genético que da forma a los organismos

Se trata de un proceso de alta precisión, que consiste en la activación progresiva de genes específicos en el desarrollo de cada capa embrionaria.

Los ratones no tienen el rabo en el lomo ni las costillas en la cintura gracias a que su desarrollo embrionario sigue siempre un orden concreto. Científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL), en Suiza, han descubierto el mecanismo que determina dicho orden, y no sólo en los ratones, sino también en otros animales, e incluso en los humanos: se trata de un proceso genético de alta precisión, que consiste en la activación progresiva de unos genes específicos –los genes Hox- en el momento en que comienza el desarrollo de las capas que componen los organismos. El mecanismo es extremadamente exacto y fiable, y el más pequeño error en él podría dar lugar a nuevas especies, según los investigadores.


Diagrama del mecanismo de formación embrionaria y la relación de ésta con los genes Hox. Fuente: EPFL.

Diagrama del mecanismo de formación embrionaria y la relación de ésta con los genes Hox. Fuente: EPFL.
Los ratones no tienen el rabo en el lomo ni las costillas en la cintura gracias a que su desarrollo embrionario sigue siempre un orden concreto. Científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL), en Suiza, han descubierto el mecanismo que determina dicho orden, y no sólo en los ratones, sino también en otros animales y en los humanos.

En tan sólo dos días, elementos como las vértebras, las extremidades, las costillas o el cóccix ocupan su sitio en los embriones, con la precisión de un reloj suizo. Intrigados por la extraordinaria fiabilidad de este mecanismo, los biólogos se han preguntado durante mucho tiempo cómo funciona.

Ahora, los investigadores de la EPFL, en colaboración con especialistas de la Universidad de Ginebra (UNIGE) han resuelto el misterio, publica la EPFL en un comunicado.

Cronometraje genético

Durante el crecimiento de un embrión, cada paso se produce en un momento muy específico. En alrededor de 48 horas, los embriones se desarrollan de arriba abajo por capas, en lo que los científicos denominan la segmentación embrionaria.

Uno de los autores de la investigación, el profesor de la EPFL y de la UNIGE, Denis Duboule, explica que “estamos formados por treinta y tantas capas horizontales, que se corresponden más o menos con el número de vértebras que tenemos” (en los seres humanos hay de 33 a 34 vértebras durante la etapa fetal y en la niñez. Durante la etapa adulta sólo hay 24, debido a que los huesos del sacro y el cóccix se sueldan convirtiéndose en un hueso cada uno).

En el desarrollo embrionario, cada hora y media se genera un nuevo segmento. En este proceso, los genes correspondientes a las vértebras cervicales, a las vértebras torácicas, a las vértebras lumbares y al cóccix se activan con exactitud en el momento preciso, uno detrás de otro.

Si este cronometraje no fuera seguido al pie de la letra, los miembros no se colocarían donde deben, afirma Duboule. Pero, ¿cómo saben los genes cómo actuar de una manera tan sincronizada? Los científicos reconocen que aún no comprenden cómo, pero asumen que el ADN juega un papel en este mecanismo.

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