Una de las aves más amenazadas del planeta es ahora una de las más férreamente protegidas. Y ello se debe a un proyecto en Bolivia que tiene como protagonistas a las comunidades locales y podría ser un modelo para esfuerzos de conservación en otras partes del mundo.
La paraba frente roja (Ara rubrogenys) es un ave endémica de Bolivia y un blanco favorito de la caza y venta ilegal de especies amenazadas utilizadas como mascotas.
"La gente sacaba pichones de los nidos para venderlos al mercado y ahora está en peligro crítico de extinción, el grado más alto de amenaza", dijo a BBC Mundo Bennett Hennessey, director de la Asociación Civil Armonía, una ONG boliviana dedicada a la conservación de aves y sus hábitats.
"Pensamos que quedan cerca de mil y hay cien que están saliendo del país cada año", estima Hennessey.
La solución de Armonía fue crear una iniciativa en que la paraba y las comunidades pudieran beneficiarse mutuamente.
El elemento central del proyecto ha sido la construcción de un albergue que permite la llegada de observadores de pájaros, especialmente de Estados Unidos, atraídos por la posibilidad de observar en su medio natural a un ave endémica y en peligro crítico.
"Analizamos el problema de la amenaza en forma científica y vimos que el princiopal problema eran las acciones de los seres humanos. Fuimos hasta la comunidad para explicar que queremos a este pájaro, pero que no somos ciegos a los problemas de la comunidad", dijo el director de Armonía a BBC Mundo.
Tráfico
La paraba vive en los valles secos andinos. La falta de árboles hace que anide en barrancas, pero es en esa misma proximidad de ríos y arroyos que viven las comunidades locales.
Los pobladores desconocen muchas veces que se trata de una especie amenazada y vulnerable, de acuerdo a Hennessey.
"Hay muchos niveles de tráfico. Alguien localmente gana diez dólares por un pichón. Pero luego el comprador lo lleva a otro pueblo más grande y así va pasando hasta la ciudad. Las especies más raras se venden a Perú y desde allí a mercados más grandes".
El tráfico de especies nativas está prohibido por ley, pero según Armonía el problema es la falta de controles adecuados. De acuerdo a Hennessey "hasta especies de Brasil llegan a Bolivia para pasar hacia Perú".
Fondos para la comunidad
La construcción del albergue, en una comunidad a cinco horas de Santa Cruz, contó con el apoyo de un fondo de conservación en Estados Unidos, además del zoológico de Edimburgo y un grupo de zoológicos en Francia, entre otras instituciones.
"Hemos construido con la comunidad un albergue que tiene siete cuartos y espacio para 16 personas".
Los propios integrantes de la comunidad fueron entrenados para cocinar a los turistas y ofrecer visitas guiadas. Se imprimieron además libros sobre la paraba frente roja paras las escuelas locales.
El albergue permite también la llegada de médicos y odontólogos, con los que se hizo un acuerdo: pueden pasar dos días gratis en el albergue si ofrecen dos días de servicio gratuito a la comunidad.
De los fondos, "un cuarto va a la reserva y otro cuarto a cada comunidad. Ellos dividen el dinero entre salud, educación, viajes a la ciudad -porque a veces no tienen los fondos para desplazarse y participar en encuentros- e incluso un porcentaje pequeño para la compra de camisetas para deporte", dijo Hennessey.
Las ganancias también benefician otras actividades económicas locales, como el cultivo de papaya. La zona se ha transformado en una reserva y de acuerdo a Hennessey, "el impacto ha sido completo porque ahora nadie está sacando pichones de los nidos. El tráfico local es casi cero".
Convivencia
El proyecto de la paraba frente roja alentó otras iniciativas. Dana Gardner, un artista de Estados Unidos, está trabajando en una colección de ilustraciones de las aves de la reserva de la paraba frente rojo, que será publicada con nombres de especies en inglés y en español.
Armonía espera crear una red de albergues con comunidades locales para la protección de otras especies amenazadas.
"Tenemos un proyecto en La Paz con otra especie, la palkachupa (Phibalura boliviana)", dijo Hennessey a BBC Mundo.
Para la Asociación Civil Armonía, lo esencial es trabajar con las comunidades y no verlas como enemigas. En el caso de la paraba frente roja "se trata de una especie que tiene que vivir con la gente, la solución no es crear un parque excluyendo a la comunidad".
Para Hennessey, el proyecto demuestra precisamente eso, que es posible "trabajar juntos para salvar esta especie".
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