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13 de septiembre de 2011

Científicos creen tener en sus manos a nuestro eslabón perdido


Cráneo a.sediba

El A.sediba podría ser nuestro eslabón perdido.

Los restos antiguos de criaturas similares a los humanos hallados en Sudáfrica podrían revolucionar la forma en que concebimos nuestros orígenes.

Los fósiles de 1,9 millones de años, fueron descritos por primera vez en 2010, dándosele el nombre de la especie Australopithecus sediba.

Pero el equipo detrás del descubrimiento ha llevado a cabo análisis más detallados que desvelan nuevos secretos acerca del que podría ser nuestro ancestro más directo.

Según explicaron a la revista Science, los detalles del cerebro, pies, manos y pelvis del A. sediba sugieren que esta especie estaban en la misma línea evolutiva que los Homo sapiens.

Similar al humano moderno

"Hemos examinado áreas críticas de la anatomía que han sido usadas para identificar las peculiaridades del ser humano", dijo el profesor Lee Berger de la Universidad de Witwatersrand, en Johanesburgo.

"Cualquiera de estas partes podrían haber evolucionado de forma separada, pero es bastante improbable que todas estén juntas si el A.sediba no estuviera relacionado con nosotros", informó el líder del equipo a la BBC.

Es una afirmación, que en caso de confirmarse, podría ayudarnos a estudiar otros ejemplares de australophitecus conservados, acerca de los cuales se sospechaba que también podían tener una vinculación con nuestro género.

Línea evolutiva

Mano a.sediba

Las manos del A.sediba son más similares a las humanas que a las de un mono.

Algunas teorías mantienen que los seres humanos podemos trazar una línea evolutiva que nos conecta con la criatura conocida como Homo erectus, que vivió hace un millón de años. De acuerdo a muchos paleontólogos, este animal descendió a su vez de hominidos más primitivos, como el Homo habilis o Homo rudolfensis.

La idea en torno al A.sediba es que, aunque más antiguo que sus rivales, algunas partes de su anatomía eran más capaces y avanzadas que sus formas más jóvenes. Dicho de otra manera, es un ancestro más creible del H.erectus, afirma Berger.

Los espécimenes hallados de sediba fueron desenterrados en Malapa, en la famosa "Cuna de la humanidad", al noroeste de Johannesburgo.

Fueron extraídos de una depresión en el suelo provocada por un conjunto de cuevas que perdió el techo debido a la erosión.

Identificada como una joven hembra, los dos individuos eran posiblemente madre e hijo, y se sospecha que murieron juntos en algún trágico accidente que hizo que cayeran en la cueva o que se vieran atrapados en ella.

Tras su muerte, sus cuerpos fueron cubiertos por agua, quedando enterrados finalmente con los huesos de muchos otros animales que fueron atrapados del mismo modo.

Por partes

Desde que se anunciara su descubrimiento en 2010, el profesor Berger y su equipo han estado estudiando en profundidad estos restos. Algunas conclusiones son:

Edad: Se emplearon las últimas técnicas para establecer la edad de los sedimentos que envolvían los fósiles.

Mientras las pruebas iniciales establecieron que tenían una edad de entre 1,78 y 1,95 millones de años, nuevos análisis ampliaron el margen a hace tan sólo 3.000 años.

El intervalo ahora es de entre 1,97 y 1,98 millones de años. Esta nueva estimación es importante, dice el equipo, porque sitúa al A.sediba en una época factible para ser ancestro del H.erectus.

Pelvis de A.sediba

La pelvis del A.Sediba era similar a la nuestra, a pesar de que ellos tenían un cerebro más pequeño.

El doctor Roby Pickering, de la Universidad de Melbourne, Australia, quién lideró el proceso de datación, dijo a la BBC: "Éste fue un interesante momento de la evolución humana porque es cuando pensamos que debió haberse producido el origen de nuestro género Homo. Previamente, hemos tenido fósiles de ese periodo, pero los fósiles del sediba son importantes porque son muy completos.

Cerebro: un escaner de rayos X de alta resolución del cráneo macho ha reproducido un molde virtual de su cerebro. El escaner fue realizado en el European Synchrotron Radiation Facility de Grenoble. A partir de él, los investigadores estimaron que el cerebro de un A.sediba adulto debió haber sido de un volumen de 440 centímetros cúbicos. Más pequeño que fósiles más antiguos conservados, como el de la famosa "Lucy", catalogada como Australopithecus afarensis (3,2 millones de años), tiene extrañamente una forma mucho más humana, especialmente la frontal. Esto podría haberse dado cuando el cerebro empezó a reorganizarse para evolucionar a su forma actual.

Pelvis: la pelvis es corta y ancha como los humanos. En el caso de Lucy eran más planas y acampanadas. Una idea muy extendida es que la pelvis del humano moderno evolucionó de forma paralela al crecimiento del volumen de su cerebro, facilitando el nacimiento de bebés con mayores cabezas. A.sediba desmiente esta teoría, ya que su pelvis era similar a la moderna a pesar de tener cerebros pequeños.

Manos: la mano derecha de la hembra estaba casi completa. Luce más similar a la de un humano moderno que a la de un mono, ya que sus dedos son más cortos en relación al pulgar que en un chimpancé. Aún así, parece que poseía fuertes músculos para agarrarse, lo que significaría que A.sediba pasaba mucho tiempo colgado a las ramas de los árboles. El equipo también cree que tenía la habilidad de fabricar herramientas simples.

Más allá de los resultados obtenidos en el estudio, lo cierto es que el animal tiene una mezcla de características antiguas y modernas.

Científicos independientes describieron las piezas fósiles como extremadamente fascinantes y exquisitas.

Escaner

Un escaner del cráneo del ejemplar macho permitió estimar el tamaño del cerebro del A.sediba.

El doctor William Harcourt-Smith, del Museo de Historia Americana de Nueva York, comentó: "Un linaje del Australopithecus casi seguro que originó al primer miembro del género llamado Homo, del que finalmente emergieron hombres modernos".

"Pero muchos de ellos son líneas paralelas de evolución, y estamos tratando de averiguar cuales están o no en la misma línea. Esta es la razón por la que el hallazgo es tan importante. De alguna forma, estos fósiles son como una pistola humeante poco antes de la aparición de nuestro género.

Por su parte, el profesor Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres, dijo a la BBC: "no es el fin de la historia. Lo que debió pasar es que habían muchas formas de australopithecine evolucionando en criaturas similares a la humana, a medida que empezaban a comer carne, fabricar herramientas y trasladarse a distancias más lejanas.

"La cuestión ahora es averiguar en medio de este caos cuál es el verdadero ancestro del género Homus. Sabemos que hay muchos restos en ese lugar increíble. Veamos si otros individuos también tienen esta mezcla de características".

Fuente:

BBC Ciencia

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