En la formación de las huellas no sólo interviene la herencia genética, sino que son el resultado de la interacción de la información genética con el medio ambiente.
Las diferentes huellas dactilares, como la diferente distribución de las manchas en la piel de animales clonados, son dos ejemplos claros de que la información codificada en nuestros genes no es inalterable. Es como la partitura de una sinfonía, la música está escrita, pero existe un margen de interpretación que puede dar lugar a un concierto mediocre o simplemente inolvidable. De la misma forma, la información de los genes puede ser interpretada de diferentes maneras.
En el desarrollo de las huellas dactilares en el embarazo influyen factores como la presión sanguínea
Los gemelos idénticos comparten exactamente la misma herencia genética, es decir, los mismos genes, porque proceden de un único embrión que por diversas causas se divide dando lugar a dos individuos. Sin embargo, desde el mismo momento de la división, pasan a ser dos seres diferentes y cada uno interacciona de forma distinta con el medio que le rodea, es decir, pueden tener experiencias muy distintas. En el desarrollo de las huellas dactilares durante el embarazo influye de forma determinante la presión, tanto del líquido amniótico como la propia sanguínea del feto o el contacto con otras partes del cuerpo. Simplemente una diferente posición en el útero da lugar a diferentes presiones. Eso hace que la disposición de las crestas papilares adopte una distribución distinta que determina la aparición de huellas diferentes. Es por esta misma razón por la que no tenemos las mismas huellas en todos los dedos.
De la misma forma, las manchas de color en los animales no vienen determinadas exclusivamente por la herencia genética. La migración de los melanocitos, las células responsables de la pigmentación, se produce durante la gestación y en cada individuo los diferentes factores que controlan esta migración inter-accionan de forma distinta. Por esa razón los animales clonados, aunque comparten una misma información genética, presentan una piel en la que la distribución de las manchas puede ser muy diferente.
Nuestro fenotipo, es decir, la apariencia que tenemos y manifestamos, es el resultado de la traducción de nuestra herencia genética o genotipo. Pero esta traducción no es inamovible. La manifestación de los genes puede estar condicionada por diferentes circunstancias medioambientales. Cuando hablamos de factores medioambientales no debemos pensar exclusivamente en factores climáticos, hay que entenderlo desde una perspectiva mucho más amplia. No sólo son factores externos como la luz, la temperatura o la presión; también influyen de manera muy directa factores determinados por el ambiente interno del propio individuo. El sexo es posiblemente uno de los más relevantes y que actúa dando lugar a diferentes factores hormonales. También los niveles de nutrientes o elementos químicos pueden modular la expresión de los genes. Todos estos factores, de forma independiente o interactuando ente ellos, dan lugar a que un determinado gen entre o no en funcionamiento, y en caso de que se active, que lo haga a diferentes niveles haciendo que la información genética se desvíe en una u otra dirección. Por eso, en temas de salud, se habla tanto de enfermedades relacionadas con el estilo de vida.
La manifestación de los genes puede estar condicionada por circunstancias medioambientales
La epigenética es el término que se creó para referirse a todos los mecanismos que relacionan la herencia genética con el medio ambiente y que, sin modificar la secuencia de los genes, influyen en su expresión.
Los mecanismos de actuación de la epigenética aún no se conocen plenamente. El más frecuente funciona creando marcas en los genes de tal forma que un gen marcado de una forma determinada sufre un proceso llamado de silenciamiento. Este mecanismo tiene lugar durante el desarrollo embrionario y en muchos casos sigue una pauta concreta. Así, un determinado gen se silencia en un tejido y no en otro, con lo que se logra que un mismo gen tenga diferentes manifestaciones. Este mecanismo perfectamente establecido es heredable, pero también puede ser alterado por una condición ambiental, que de alguna forma modula la información genética dando lugar a los distintos fenotipos.
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