Pero ahora que los consumidores estadounidenses y europeos han descubierto la cosecha de perdida de los incas, la demanda de quinua se está disparando. Este incremento ha contribuido a elevar los ingresos de los agricultores de Bolivia, donde ha sido un alimento básico durante siglos. Sin embargo, se ha producido una contrapartida importante: ahora menos bolivianos pueden permitírselo.
Aunque los precios de la quinua casi se han triplicado durante los último cinco año, el consumo en Bolivia de este producto de primera necesidad cayó un 34% en ese mismo periodo, según el Ministerio de Agricultura. Esto ha sembrado el miedo a la desnutrición en uno de los países más pobres del hemisferio.
Este giro brinda una perspectiva sobre las consecuencias del aumento de los precios de los alimentos en todo el mundo y del cambio de los hábitos alimenticios tanto en naciones prósperas como en países en vías de desarrollo.
La quinua pertenece a la familia chenopodium, relacionada con especies como la remolacha y la espinaca. Sus semillas tienen un ligero sabor a nueces y cuando se cocinan son casi translúcidas.
El reciente interés de los mercados extranjeros ha alterado la vida en lugares aislados en el sur de Bolivia, donde se produce buena parte de la quinua del país. Los líderes agrícolas afirman que el incremento en las exportaciones de la planta ha mejorado el nivel de vida allí y en otras zonas donde se cultiva.
El aumento de precios también ha animado a los habitantes de las ciudades a regresar a sus terrenos en el campo durante las temporadas de siembra y cosecha. Y optar, de esta manera, a cultivarla y prepararla a mano. Lo que incluye eliminar con agua el recubrimiento de saponina, la resina que protege las semillas.
Las autoridades del Gobierno que preside Evo Morales aseguran que el cambio de preferencias alimentarias y la mayor capacidad para comprar comida procesada son las causas del descenso del consumo nacional de quinua.
Aun así, el presidente Morales anunció que piensa ofrecer más de 10 millones de dólares en préstamos a los productores de quinua orgánica y las autoridades sanitarias están incorporando la planta en un paquete de comida suministrada cada mes a miles de embarazadas y madres nodrizas.
Vía | The New York Times
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