Hace unos días apareció en Internet (y en algunas publicaciones escritas) una noticia que trataba sobre la posibilidad de usar el agua de mar como remedio contra la epidemia de cólera en Haití. El mensaje aparecía repetido en multitud de sites, sin aportar ninguna referencia ni documentación de la información que exponían, propagándose de forma viral.
Estos son algunos de los medios que ayudaron a su difusión:
Triniti a tierra: Urgente: el agua de mar puede acabar con el cólera en Haití
StopSecrets: http://stopsecrets.ning.com/profiles/blogs/urgente-difusion-el-agua-de
Liberación Ahora: EL AGUA DE MAR PUEDE ACABAR CON EL CÓLERA EN HAITÍ. Ni las Autoridades ni las ONGs hacen llegar el mensaje
No entregues tu poder: El Agua de Mar puede acabar con el Cólera en Haití
En el artículo se menciona el trabajo de René Quinton, asistente del laboratorio de la universidad francesa de patología y fisiología. Estudió y experimentó sobre los efectos del agua marina sobre la salud. Realizó numerosos experimentos y publicó un documento con los resultados.
Quinton trataba el agua marina diluyéndola con agua destilada y la administraba por vía oral e incluso intravenosa. En la web podéis encontrar imágenes con los resultados milagrosos de sus tratamientos y sus experimentos. El agua salada tiene unas ciertas propiedades antisépticas pero eso no quiere decir que sea capaz de curar enfermedades importantes. Sin embargo a principios de siglo sus curas tuvieron buena acogida y su suero fue considerado como un medicamento. Sin embargo el suero inyectable se prohibió en los años 50, ya que producía más contraindicaciones que beneficios.
En la actualidad se ha montado un negocio en torno a este personaje. Hay una empresa llamada Plasma Quinton, que comercializa suero presuntamente marino en diferentes formatos, desde el bebible al inhalable. La descripción del producto y el precio de las ampollas nos hace pensar que nos encontramos ante otro engañabobos.
Los sueros Quinton contienen toda la gama de minerales, oligoelementos y micronutrientes orgánicos que se producen en condiciones naturales en los océanos. La fórmula Quinton se utiliza como suplemento dietético mineral. El suero marino es también utilizado como un agente terapéutico para lavar y limpiar las heridas y como un vehículo para los antibióticos para acelerar el proceso de curación. El agua de mar se recoge de un vórtice de plancton en una zona no contaminada. Farmacéutico probado por la farmacopea europea.
Las investigaciones han confirmado que el suero marino de Quinton y el suero del cuerpo son prácticamente idénticos. Los datos científicos han demostrado que el plasma de Quinton fue un suplemento dietético mineral, perfectamente asimilado, una provisión ideal de vitaminas.
Utilizado para: la irrigación del colon, el acné, tratamiento de la piel, la descongestión nasal, deshidratación, suplemento de la salud, el equilibrio mineral, fortalecimiento del sistema inmunológico, desintoxicar el organismo, mantener el rendimiento físico superior, la recuperación de la fatiga y el estrés, el 100% suplemento natural y totalmente asimilable por las células del organismo.
Volviendo al artículo que os comentaba al principio, decir que en él se menciona a Omdimar, una una Asociación Internacional de Oasis y dispensarios marinos. ¿Quienes son Omdimar? Su site se colapsó por el número de visitas debidas a la difusión de esta noticia. Investigué un poco y mirád donde acabé, en la página de Ciencia y Espíritu. Ahora lo entiendo todo.
Detrás de Omdimar está Francisco García-Donas, que “ha dedicado los últimos años a llevar los descubrimientos relacionados con el agua de mar a zonas de sequía y hambruna”, y detrás de esta distribución vírica están muchas almas agradecidas a Celades y su organización.
Quizá la intención Francisco no sea mala, pero dudo mucho de su viabilidad. En el vídeo también se habla de una prueba realizada por varios voluntarios que bebieron únicamente agua de mar durante una semana y sobrevivieron, sin necesitar ningún otro aporte alimentario. No puedo creérmelo, ya que estos experimentos no son la primera vez que se realizan sobre humanos.
Durante la segunda guerra mundial el Nazi Hans Eppinger realizó unas pruebas de tolerancia a la salinidad en un grupo de 90 prisioneros de raza gitana. Los tuvo confinados por un periodo de entre 6 y 12 días administrándoles exclusivamente agua de mar con un producto que le quitaba el sabor salado. La deshidratación era tan devastadora que los prisioneros se arrojaban al suelo para lamer las gotas de agua que quedaban después de que los operarios de la prisión pasaban la fregona. La mayoría de ellos murieron entre convulsiones y alucinaciones antes de terminar el experimento. Los que aguantaron, no sufrieron mejor suerte.
¿Pero por qué no toleramos el agua marina?
Accidentalmente consumir cantidades pequeñas de agua de mar limpia no es dañino, especialmente si el agua de mar se consume junto con una cantidad más grande de agua dulce. Pero el agua de mar no sirve para hidratarse. Cuanto más agua marina se bebe, más agua se necesita para eliminar la sal por medio de la orina.
Esto ocurre porque la cantidad de cloruro de sodio en la sangre humana es regulado activamente dentro de un rango muy estrecho de unos 9 g/l por el riñón. Al beber agua de mar (que contiene cerca de 35 gramos por litro de cloruro de sodio disuelto) se aumenta temporalmente la concentración del cloruro de sodio en la sangre. Esto provoca la eliminación del sodio por el riñón, pero la concentración del sodio del agua de mar está sobre el límite máximo de las posibilidades del riñón humano, que no puede generar orina con tanto sodio disuelto, necesitando más agua para eliminarlo. Al tomar agua de mar, la concentración de sodio en la sangre aumenta a niveles tóxicos, extrayendo por ósmisis todo el agua de las células e interfiriendo con la conducción nerviosa que provoca en última instancia parada cardiaca y arritmias que pueden llegar a ser fatales.
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