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3 de enero de 2011

John Bardeen, el único hombre en ganar dos premios Nobel de Física

La historia de la ciencia no siempre es justa con sus protagonistas: Mientras que algunos científicos gozan de enorme popularidad, otros son poco conocidos o incluso olvidados por la población en general. Y lo más curioso es que, paradójicamente, en muchas ocasiones estos científicos "poco conocidos" han realizado importantísimas aportaciones a la ciencia. Es el caso del físico John Bardeen, uno de los científicos más importantes del siglo XX y que, por desgracia, no goza de una fama a la altura de sus contribuciones. El periódico Chicago Tribune definió a la perfección la figura de Bardeen en la historia:

“Para los científicos Bardeen es un Einstein. Para el público en general es un … ¿John qué?”

Bardeen nació en Madison (Wisconsin) en el año 1908. Su padre era profesor de anatomía y llegó a ser el primer decano de la facultad de medicina en la universidad de Wisconsin, y su madre, que gozaba de cierta fama, se dedicaba al mundo del arte. Por tanto, se puede decir que John nació en una familia intelectual que siempre le alentó a los estudios. Además, el chico era bastante despierto y tenía pasión por la ciencia: Cuando estaba en séptimo grado, su profesor le dijo que gozaba de un gran talento para las matemáticas y que en un futuro podría conseguir un trabajo dentro de ese campo.

Terminó la educación secundaria con 15 años, pero sus profesores aseguraron que, si él hubiera querido, podría haberla abandonado varios años antes (se cree que la decisión de no abandonarla por parte de Bardeen fue la muerte de su madre, que tenía cáncer, además de que quería ampliar sus estudios todo lo posible). En la universidad pasó a formar parte de algunas de las más importantes asociaciones estudiantiles y se licenció en ingeniería. Más tarde, en el año 1936, acabaría consiguiendo un doctorado en la materia que más amaba: La física matemática.

Influenciado y apoyado por científicos tan importantes como Paul Dirac, Werner Heisenberg o Van Vleck, su carrera tenía un futuro prometedor. Y así fue.

Su carrera profesional pasó por varias etapas. En un principio, trabajó como profesor, luego trabajó para varias empresas e, incluso, le ofrecieron participar en el Proyecto Manhattan (trabajo que rechazó, a pesar del éxito que pudiera haber ganado allí). Finalmente, el lugar en el que se sintió más cómodo fue en el laboratorio Bell, donde pasaría una buena parte de su vida.

Pero dejemos a un lado su trayectoria y vayamos a lo importante: ¿Por qué Bardeen se merece un puesto más importante en la historia de la física? Vamos a verlo...

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El Busto de Palas
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