El mundo ¿celebra? los cien años de vida del psicoanális. En Conocer Ciencia ya hemso tratado el tema de Freud, sobre todo para desnudar la verdadera esencia de sus ideas, y llegamos a la conclusión de que el psicoanálisis es una pseudociencia. Vea los videos:
¿Por qué el psicoanálisis es un mito? Pues, como afirma Pablo Palenzuela: Sencillamente, porque ignora las principales premisas de la ciencia: 1) que las hipótesis hay que contrastarlas experimentalmente; 2) que una hipótesis sólo vale el peso de la evidencia experimental a su favor; y 3) que las hipótesis que no son contrastables no valen para nada. En palabras del filósofo Mario Bunge: “El Psicoanálsis es la Psicología de los que no se han molestado en estudiar Psicología”. Sigamos viendo el especial "El mito de Freud":
Ahora los dejo con el artículo:
El filósofo francés Michel Onfray aguó la fiesta con un libro que plantea la ineficacia del método.
¿El psicoanálisis cura? ¿O su efectividad puede compararse a la de una charla que uno tiene con un amigo que después de oírnos nos suelta una palmadita en la espalda y nos despide diciéndonos 'vas a estar mejor'?
Esta no es la primera vez que la creación de Sigmund Freud está en el ojo de las críticas. Pero sí es uno de los momentos más significativos, no sólo porque el mundo psicoanalista está en plena celebración de sus 100 años de vida (con seminarios y talleres en diversos países), sino porque quien lo critica esta vez no es ningún pintado en la pared: se trata de Michel Onfray, el reconocido filósofo francés, autor de más de treinta libros, entre ellos 'Tratado de Ateología' y 'La construcción de uno mismo'. En su nuevo libro, 'El crepúsculo de un ídolo, la fábula freudiana', Onfray afirma que el psicoanálisis no genera un efecto mayor del que puede lograrse con la homeopatía, el magnetismo o con una oración ante la gruta de Lourdes. Su utilidad se asemeja al efecto placebo. Onfray ha provocado un cataclismo entre los psicoanalistas de Francia -que es uno de los países con más seguidores de esta terapia-. Y no era para menos: en el libro describe a Freud como un hombre oscuro, de mala fe, ambicioso, obsesionado por la fama, depresivo, además de admirador de los régimenes fascistas. "Un pequeño burgués que logró transformar su propia neurosis en una religión: el psicoanálisis".
Estas afirmaciones han sido suficientes para despertar la ira de muchos de los modernos colegas de Freud. En Francia, una de las más conocidas psicoanalistas, Elizabeth Roudinesco, afirmó que las teorías de Onfray son "proyecciones de sus fantasías" y se derivan de su historia personal: un hombre de 51 años que sufrió un infarto a los 20, de familia pobre, mala relación con su madre y víctima de abuso sexual infantil.
Más allá de las razones que haya tenido, Onfray -como en sus anteriores libros- hizo la tarea completa: leyó toda la obra de Freud, buscó referencias sobre su trabajo, consultó la correspondencia que hasta hoy es pública (la mayoría de cartas del médico austriaco está archivada en una caja fuerte y no se abrirá antes del 2050) y luego de esta investigación escribió su libro de 600 páginas. En él describe casos de pacientes que Freud presentó como exitosos y que, tras seguir sus huellas, puede afirmar que no lo fueron. Están los casos del 'Hombre de los lobos', 'Dora' y 'Anna O' (sobrenombres que Freud les dio a pacientes suyos), entre otros. Según Onfray, después de ser analizados continuaron padeciendo los mismos síntomas. "Seamos serios. Ninguna de estas curas resiste un estudio -afirma-. La historia demuestra que estos pacientes terminaron comidos por la depresión, aislados en los sanatorios". En otros casos, Freud creyó ver neurosis cuando había una meningitis y confundió un tumor con una histeria. "Ambos pacientes murieron".
El error principal del "padre del psicoanálisis", para Onfray, fue pretender convertir sus vivencias personales en verdades científicas universales. "Como él tuvo la fantasía sexual infantil de ver a su madre desnuda y tener sexo con ella (complejo de Edipo, uno de los pilares de su teoría analítica), decidió que todas las personas lo vivirán". Freud faltó a la rigurosidad al trabajar al inverso de los científicos, que plantean una hipótesis y tratan de verificarla. "Él creyó en una cosa y no cesó de encontrarla en todos". Como su idea de que toda patología tiene base sexual.
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El Tiempo