Según datos del nuevo Atlas de Tabaco, el consumo de éste representa un 10 % de las muertes en el mundo y él solo podría terminar con 5,5 millones de vidas durante el año 2010, para llegar a los 7 millones en el 2020 y a los 8 millones en el 2030.
A pesar de que en las últimas cuatro décadas han disminuido el número de fumadores en los países ricos, están aumentando en gran parte del resto del mundo en vías de desarrollo.
Según las cifras que se desprenden de dicho documento en el mundo existen 1.000 millones de varones fumadores. Un 35% de los hombres que viven en países ricos fuma, cifra que crece hasta el 50% entre quienes habitan en naciones en desarrollo.
Respecto a las mujeres, alrededor de 250 millones fuman diariamente, repartiéndose los porcentajes de la siguiente manera: el 22% de las del mundo desarrollado y el 9% de las de los estados pobres.
El riesgo de morir por cáncer de pulmón es más de 23 veces superior en los hombres fumadores que entre quienes no consumen cigarrillos, y hasta 13 veces superior en el caso de las mujeres fumadoras, frente a las personas que no consumen tabaco.
El tabaco causa la muerte de entre un tercio y la mitad de quienes fuman y mueren un promedio de 15 años antes que las personas que no tienen ese hábito.
El uso de tabaco terminará provocando la muerte de 250 millones de los adolescentes y niños actuales. Aproximadamente una cuarta parte de las personas jóvenes que fuman probaron su primer cigarrillo antes de los 10 años.
Además, indirectamente, la exposición al humo de tabaco de segunda mano en el lugar de trabajo (tabaquismo pasivo) causa la muerte de 200.000 empleados cada año.
En el siglo XX, 100 millones de personas murieron a causa del tabaco. A menos que se implementen medidas efectivas para prevenir que los jóvenes fumen y para ayudar a los actuales fumadores a abandonar (el hábito), el tabaco producirá la muerte de 1.000 millones de personas en el siglo XXI, según concluye el informe.
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