
Para la construcción contó con la ayuda de cinco hombres. Él mismo reconoció que para el desarrollo de su nave no trató de innovar, sólo estudió algunos aviones y trató de copiarlos. Pasó 6 meses investigando en internet y alrededor de un año armándolo. Lo que salió de eso es un avión impulsado por un motor Toyota, que mueve una hélice de 1,8 metros a 4000 rpm.
El avión pesa 770 kilos, gracias a las placas de aluminio que se usaron para las alas y alerones. Además se puede desarmar para hacer más fácil su transporte.
Nderitu, que no es ingeniero y no tiene experiencia en aviación, dice querer completar el avión aunque no logre volarlo:
Si un hombre dice “Quiero construir un avión” parecería que es de la luna, o de otra parte. Y si pasa, si al menos se levanta, aunque sea 1 metro, demuestra que lo lograste.
La prueba del avión sería esta semana, sobre la ciudad de Kitengela en Kenia. Después del salto, una nota que le hicieron a la historia en la televisión.