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2 de febrero de 2010

Paralelismos: China y EE. UU.


Martes, 02 de febrero de 2010

Paralelismos: China y EE. UU.

Las razones que empujan a EE. UU. a abandonar su programa espacial practicamente le quitan el liderazgo global a esta nación.

A principios del siglo XV, en la época de la , China organizó siete expediciones marítimas grandiosas. Lideradas por el almirante —musulmán y eunuco— , un ejército formado por decenas de miles de marineros, soldados, médicos y obreros se hicieron a la mar a bordo de centenares de buques —algunos de ellos descritos por cronistas de la época como monstruos de más de cien metros de eslora, cuatro cubiertas y nueve palos, los mayores navíos de madera que jamás hayan surcado los mares. En el periodo comprendido entre 1405 y 1433, la inmensa flota china recorrió varias veces el Océano Índico, llegando hasta Arabia, África Oriental y Madagascar en busca de nuevas alianzas comerciales y nuevos súbditos a los que extraer tributos para el emperador.

Al mismo tiempo, la guerra de Vietnam amenazaba la estabilidad del imperio: el lanzó una expedición contra los vietnamitas en 1407, pero para 1428 las tropas chinas habían sido derrotadas y expulsadas, con un coste humano y económico considerable. Como resultado, las arcas del estado se vaciaron hasta que la financiación de las expediciones navales se hizo imposible. Yongle había muerto en 1424 y su sucesor, , suspendió los viajes para poder pagar las campañas militares. El reinado de Hongxi duró poco: , su hijo, trató de revivir lo que ya entonces se consideraba una época dorada ordenando una última expedición. Zheng He murió durante el viaje de vuelta; los buques y gran parte de las crónicas ardieron en un fuego tan incomprensible como necesario. China renunciaba formalmente a un estátus de potencia mundial que sólo recuperaría seis siglos después. En cierto sentido, era mejor abolir la memoria de lo sucedido para mitigar el fracaso.

A finales del siglo XX, en la época de la , los Estados Unidos de América organizaron siete viajes a la Luna. Liderados por el —alemán y ex-nazi— , un ejército formado por centenares de miles de ingenieros, científicos y pilotos construyeron los mayores cohetes tripulados que jamás hayan levantado el vuelo. En el periodo comprendido entre 1969 y 1972, las naves Apolo recorrieron la distancia entre la Tierra y la Luna, realizando descubrimientos científicos y trayendo de vuelta las primeras muestras de otro cuerpo celeste para su estudio.

Al mismo tiempo, la amenazaba la estabilidad de los EE.UU.: el inició una campaña contra los comunistas de Vietnam del Norte en 1961, pero para 1975 las tropas americanas habían sido derrotadas y expulsadas, con un enorme coste humano y económico. Como resultado, las arcas del estado se vaciaron hasta que la financiación de las expediciones lunares se hizo imposible. Kennedy había muerto en 1963, y en 1970 los recortes presupuestarios introducidos por forzaron a la cancelación de las tres últimas misiones previstas. El material ya fabricado terminó reciclado en otras misiones, en museos u oxidándose al aire libre.

Tras décadas de no haber llegado a ninguna parte con el transbordador espacial, el presidente Obama ha terminado con el programa espacial tripulado de los EE.UU. Quizá me equivoque, pero si la historia se repite nos encontramos ante un momento simbólico: el final de la hegemonía americana en la historia del mundo. ¿Cuántos siglos serán necesarios esta vez antes de que alguien vuelva a la Luna?

Tomado de:

Brucknerite

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