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30 de noviembre de 2009

La ciencia en Robocop 3


Lunes, 30 de noviembre de 2009

La ciencia en Robocop 3


Carátula de RoboCop 3

Este fin de semana pusieron en la televisión la película RoboCop 3, bastante malilla en mi opinión e indigna sucesora de las dos primeras. Pero esto no es un blog de crítica de cine, así que vamos a lo que nos interesa, retomando un poco la temática de la última entrada.

En la peli, uno de los personajes es una niña que supuestamente sabe mucho de electrónica e informática. Al inicio de la misma, se une a un grupo de resistencia que se opone al deshaucio indiscriminado que están sufriendo algunos barrios de Detroit. El grupo se mete en un almacén de armas de la policía para saquearlo, pero se topan con un ED-209 (RP-209 en el doblaje de la primera peli); ya sabéis, el robot grande de gatillo fácil que te da 20 segundos para obedecer. La niña, ni corta ni perezosa, se acerca al robot, abre una portezuela de una pata, le conecta un portátil que llevaba con ella mediante unos cables, y en menos de esos 20 segundos se hace con el control del ED-209.

Primer plano de ED-209, mirándo a la cámara, de la primera película

Bueno, como ya sabéis por haberlo repetido muchas veces, la niña debería conocer el funcionamiento del software del ED-209. Además, debería tener previamente en su portátil un programa para controlar un ED-209. Siendo un robot de seguridad, no parece lógico que el OCP (POC en el doblaje de la primera peli) haya hecho públicas todas sus especificaciones. Además, al no ser un sistema conectado a una red, o de uso generalizado, no parece probable tampoco que alguien ajeno al OCP o la policía, pueda haber encontrado una forma de controlarlo.

Pero esto tiene un pase comparado con lo que nos espera al final. Resulta que una corporación japonesa, que ha absorbido al OPC, ante los disturbios en Detroit, envía unos androides llamados Otomo, con apariencia humana y tecnicas de combate ninja. Para que veamos lo mortíferos que son, uno de ellos consigue vapulear a RoboCop sin demasiado esfuerzo. Al final de la peli, RoboCop debe enfrentarse a dos de ellos, en lo que parece una lucha perdida de antemano. Pero entonces aparece la niña con su portátil, y sin conectarlo a nada se pone a teclear, haciendo que los dos Otomo luchen entre sí, destruyéndose mutuamente.

Primer plano de Otomo

Bueno, el ED-209 era un robot más o menos conocido por el público, así que aunque muy improbable, pudiera ser que la niña hubiera averiguado cómo controlar uno. Pero los Otomo eran completamente desconocidos. ¿Cómo pudo la niña hackearlos en unos segundos? ¿Acaso tenían un interfaz sencillo y amigable para que cualquiera los controlase?

Otro detalle a tener en cuenta es la forma en la que el portátil se conecta a los Otomo. La chica no conecta ningún cable a ningún sitio, como la otra vez. «¡Ah, bueno! Usará una conexión inalámbrica» pensaréis. Puede, pero pensad que la película es de 1993. No existía ni nadie imaginaba el Wi-Fi o el Bluetooth (tal vez lo más parecido fuera la antigua red ALOHA). «Pero es una peli de ciencia ficción: de eso se trata, de imaginar tecnologías que aún no existen». Sí, también, pero durante la peli y sus predecesoras, no vemos realmente comunicaciones inalámbricas entre ordenadores. RoboCop, por ejemplo, utiliza un enorme pincho que le sale de los nudillos (en plan Lobezno) para introducirlo en los ordenadores y conectarse, y se sienta en una silla a la que se conecta con cables cuando se realiza el mantenimiento. Para conectarse a un ED-209 son necesarios cables, como se ve en la primera película (en la demo que fue bastante mal) o al inicio de ésta. Todo parece indicar que no existe tecnología inalámbrica en ese futuro cercano.

Y antes de que lo penséis, sí, tal vez los Otomo sí la tuvieran (después de todo, son japoneses), pero ¿y el portátil de la niña? ¿Tiene una tecnología de la que los productos del OCP carecen? Desde luego no se nos muestra previamente, como sí se hace con la habilidad de la niña para entrar en robots ajenos (porque la escena inicial con el ED-209, es precisamente para eso, para justificar su actuación al final con los Otomo). Lo que me lleva a pensar que simplemente los guionistas no pensaron en ese «detalle».

Fuente:

Mala Ciencia

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