Latest Posts:

29 de marzo de 2008

El Áspero (Barranca): 5 mil años atrás...

Especial CIVILIZACIÓN CARAL-SUPE. Sacrificios humanos y edificaciones de hasta 5.000 años de antigüedad han sido hallados recientemente en Áspero (Barranca), la ciudad pesquera más antigua del continente americano.

Por Gabriela Machuca Castillo. Enviada especial


Dos cosas golpean en la cara cuando se pisa por primera vez Áspero: una franca y soberana brisa marina y 5.000 años de impresionante historia. Por eso no es raro que al poner los pies sobre esta arcaica ciudad, a uno le entre la misma fascinación por el pasado con la que viven los arqueólogos cada minuto de sus vidas.

Y es que allí, en el distrito de Puerto Supe, en la provincia limeña de Barranca, junto al mar, se encuentran los vestigios de una de las ocupaciones humanas más antiguas de las que se tenga registro en todo el continente americano. Sí, los albores de una de las civilizaciones pesqueras más viejas del mundo a solo tres horas de la capital.

Áspero es uno de los seis complejos arqueológicos que integran el circuito histórico y turístico de Caral-Supe (que comprende el área norcentral del Perú) y es contemporáneo a la ancestral y famosa ciudad sagrada del mismo nombre (3.000 años a.C.). Este habría sido un importante puerto en el que se desarrollaron actividades económicas como la pesca y el comercio, las cuales habrían dado forma al intercambio de recursos entre diferentes culturas de la sierra, la selva e incluso de otros países. Spondylus originarios del golfo de Guayaquil (Ecuador) encontrados en Áspero así lo comprobarían.

"A través del comercio de recursos marinos, Áspero también alimentó a las otras civilizaciones del valle de Supe. Por eso la interconexión entre todas ellas es muy estrecha y de ahí que compartan los mismos elementos culturales", narra Ruth Shady, jefa del Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe (Peacs).

Este fin de semana se cumplen tres años de iniciados los trabajos de puesta en valor del lugar y los hallazgos no dejan de sorprender. La ciudad pesquera más antigua de América, aquella que estuvo enterrada debajo de un relleno sanitario durante más de 30 años, fue rescatada en el 2005 por el Peacs con apoyo de otras instituciones como la Municipalidad de Puerto Supe y el Gobierno Regional de Lima. Hoy es un sitio abierto a cualquiera que quiera descubrir, entre las rocas y la arcilla, las raíces del presente.

EL SITIO Y EL MAR
A decir de Shady, lo que diferencia a este asentamiento de los otros que forman la civilización Caral es su exquisita relación con el océano. Las excavaciones en el sitio han arrojado antiguas redes hechas de algodón, las cuales fueron confeccionadas con nudos tipo pescador, de esos que hasta hoy utilizan los hombres de mar. También se han descubierto rocas con canaletas centrales que eran utilizadas como peso para las redes y agujas elaboradas de huesos de mamíferos con las que las tejían (en la actualidad se utiliza plomo y agujas de plástico, respectivamente).

Aunque todavía no se han hallado restos de embarcaciones, los arqueólogos de Áspero sí han encontrado pescados típicos de aguas profundas como el róbalo, lo que comprobaría que debieron ingresar mar adentro con la ayuda de algún tipo de nave rústica.

DE PIRÁMIDES Y OFRENDAS
Áspero destaca además por su compleja arquitectura. El sitio arqueológico está dividido en dos grandes zonas: la monumental y la de las aldeas. La primera comprende 18 hectáreas y en ella se ubican siete pirámides de entre 15 y 10 metros de altura, mientras que la segunda se halla en la periferia. Aunque esta última no ha sido excavada a profundidad, se estima que allí se habrían asentado unas 27 comunidades.

Ambas se diferencian, adicionalmente, en los períodos en las que fueron construidas. Las edificaciones de la zona monumental comprenderían el arcaico tardío (2.600 a.C.) y las de la zona de las aldeas, el arcaico medio (hasta 4.900 a.C.).

El Peacs trabaja en la actualidad en el primer sector mencionado. Allí se ubican las huacas De los Sacrificios, Alta y De los Ídolos, tres de las siete pirámides (las otras cuatro aún no han sido exploradas). En todos los casos se trata de construcciones truncas y escalonadas sobre las cuales distintos grupos pertenecientes al mismo arcaico tardío fueron construyendo uno después del otro. Por eso no es extraño observar en una misma pirámide plataformas que fueron levantadas en distintos años. Las tres, a su vez, habrían tenido fines ceremoniales y administrativos.

"Cinco entierros humanos han sido hallados en la Huaca de los Sacrificios", señala el jefe de campo de Áspero, Daniel Cáceda. "Uno de ellos es el de un bebe ataviado con collares de spondylus y piedras preciosas que habría muerto por golpes en la cabeza. Los otros son de tres niños y un joven". Cáceda sostiene que aún se investiga el motivo por el que fueron utilizados como ofrenda. "Tal vez la sociedad pasaba por una gran crisis y necesitaba congraciarse con su dios", indica.

La arqueóloga Kati Huamán, encargada de la excavación en Huaca Alta, cuenta, por su parte, que esta estructura fue motivo de un terrible saqueo a inicios del siglo XX, solo comparable al que sufrió Huaca Rajada, en Lambayeque. Un grupo de peones chinos que llegaron a trabajar en la hacienda San Nicolás, en el valle de Supe, destruyó la pirámide en busca de oro, pues se decía que piratas habían escondido allí tesoros. Dinamita de la época, una carta escrita en japonés y un naipe oriental confirman lo ocurrido allí. Los trabajos en Huaca Alta han ubicado hasta el momento terrazas, plataformas y una plaza circular.

En la Huaca de los Ídolos se encontraron fragmentos de figurines de arcilla precocida con formas humanas. Luis Huertas, arqueólogo asignado a este sector, explica que en la parte baja existe una plaza circular de unos 14 metros de diámetro en cuyo piso fueron hallados restos de seres humanos. Allí, un cráneo mira hacia la pirámide y otro hacia el valle. También se han encontrado pedazos de brazos y manos.

ÚLTIMOS HALLAZGOS
Adicionalmente a las pirámides, en la zona monumental se halla un sector residencial donde habitó un grupo que habría pertenecido a un segundo estrato de la sociedad, y que se habría dedicado a la producción artesanal y al comercio. Las excavaciones realizadas en el último año han permitido encontrar en este lugar siete entierros humanos. Aún está por investigarse si esta zona funcionó como un cementerio o un lugar para las ofrendas. Para dilucidar ello, ya se estudian los restos para saber cuál fue el motivo de los decesos.

Durante los últimos 12 meses, además, se encontraron almacenes y dos plazas circulares en las huacas Alta y De los Ídolos.

Todavía falta mucho por descubrir en Áspero, por ejemplo, el motivo por el cual se abandonó el sitio hacia el 1.500 a.C. Shady maneja dos hipótesis: surgieron polos de desarrollo en otros lugares o un drástico cambio en el clima motivó la escasez de recursos. En todo caso, Daniel, Kati y Luis tienen para rato en el arte de empolvarse de tiempo, memoria e historia, así como todo aquel visitante que sepa, y quiera, ver mucho más allá de piedras y arena.





MÁS DATOS

El Peacs es una institución gubernamental responsable de las actividades de investigación, conservación y difusión del patrimonio arqueológico de la cuenca de Supe y de su área de influencia.

Actualmente, el Peacs excava en seis asentamientos arqueológicos: Caral, Chupacigarro, Miraya, Lurihuasi, Vichama y Áspero, todos en el departamento de Lima.

Con motivo de la celebración del tercer aniversario de Áspero, anoche se realizó en el complejo una ceremonia en honor al mar llamada Qochamama. Hoy habrá un festival artístico-cultural, una feria gastronómica y visitas guiadas.

Fuente:

El Comercio - Perú


Arqueología del Perú
google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0