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7 de octubre de 2007

Son los chimpancés “economistas egoístas”, afirman expertos.



Científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva comprobaron dicha teoría en un experimento con dos primates.

Leipzig, Alemania/Washington.- A diferencia del ser humano, los chimpancés aceptan todo lo que se les ofrece, aun cuando sea injusto o no equitativo, según un artículo publicado por etólogos alemanes en la revista estadounidense “Science” (volumen 318, página 107), en su edición del viernes.

Por este motivo, los expertos los calificaron de “economistas egoístas”.

En cambio, las personas no lo hacen. Pueden boicotear ofrecimientos injustos, aún a costa de perder un beneficio propio.

Los científicos encabezados por Keith Jensen del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva diseñaron un experimento, en el cual dos chimpancés tenían que colaborar para obtener en total 10 pasas de uva.

Sólo cuando un chimpancé tiraba primero de una soga y luego el otro, un recipiente para cada uno de ellos con el alimento llegaba a estar al alcance de la mano.

En las distintas pruebas, las pasas de uva estaban repartidas de manera diferente: en uno de los recipientes había dos, cinco, ocho o ninguna fruta, en el otro respectivamente ocho, cinco, dos o 10.

Los chimpancés no pueden contar, pero tienen la capacidad de detectar diferencias de cantidades.

En casi todos los casos, los primates trabajaron en conjunto, aún cuando las pasas de uva estaba repartidas de manera injusta.

Sólo cuando en el recipiente no había ninguna pasa de uva, el chimpancé se negaba a colaborar, por lo que su congénere tampoco accedía al alimento.

El experimento es una versión modificada del “juego del ultimátum”, una de las herramientas más reconocidas de las ciencias económicas.

Con la ayuda de este juego, los expertos evalúan si las personas se comportan siguiendo modelos económicos. Un coordinador del juego le ofrece a un miembro de una pareja una cantidad de dinero que puede compartir con la otra persona como le parezca.

Sin embargo, el otro participante puede rechazar la oferta, y en ese caso ambos se quedan sin nada. Si fueran “economistas egoístas”, el receptor debería aceptar la oferta, por más pequeña que fuera, ya que siguiendo los modelos económicos tradicionales, una ganancia pequeña es mejor que ninguna.

Ese fue el comportamiento que tuvieron los monos. Sin embargo, los experimentos mostraron que el sentido de justicia es más fuerte entre los seres humanos.

Si lo ofrecido está por debajo de entre el 40 y 50 por ciento de la suma total, el receptor rechaza el dinero en la mayoría de los casos, castigando de ese modo el comportamiento injusto de su compañero de juego.

Para los chimpancés, en cambio, la justicia y la equidad no son tan importantes, en tanto obtengan algo, indicaron los expertos.

Detectar las ofertas injustas y estar dispuestos a perder algo para castigar este tipo de proposiciones es posiblemente una característica propia del ser humano, concluyeron.

Fuente:

Milenio.com

Max Planck Institute
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