Mitos sobre los alimentos (IV)
Kati Konersman -
Finalizamos con los mitos y creencias que muchos compartimos y lo que la ciencia ha podido demostrar.
36.— Cuando se tiene un ataque de hígado, nada mejor que un té con limón. Sí, pero es aún mejor cuando es un té de limón (trozos de limón cortados y hervidos en agua), porque mejora el funcionamiento vesicular.
37.— Tomar vitamina C de noche puede provocar insomnio. Falso. La vitamina C es antioxidante, favorece la cicatrización de heridas y es útil en el tratamiento de infecciones respiratorias. No presenta ningún efecto secundario de insomnio.
38.— Las sodas de lima-limón ayudan a combatir la fiebre. No es exacto. Los médicos acostumbran recetarlas para compensar la deshidratación en lugar de las colas que, por su alto contenido de cafeína, pueden producir ansiedad en el paciente.
39.— Una copa de vino diaria disminuye el riesgo de un infarto. Es posible, en tanto el vino tiene un pigmento (las antocianinas) que eleva el colesterol bueno, pero hay que tener presente que el máximo de vino recomendable son dos copas diarias (28 gramos de etanol) para los hombres, y una copa al día (14 gramos) para las mujeres. Pasado ese límite, el exceso de alcohol es dañino para el hígado.
40.— La cerveza produce hinchazón, pero no engorda. No. Está científicamente comprobado que la cerveza no hincha, pero sí engorda, porque se fermenta y tiene tenor alcohólico (5g cada 100 cc) además de carbohidratos por la malta.
41.— La gelatina no engorda. Depende. Si es sugar free, prácticamente no tiene calorías, pero si es común, con sabor, tiene 60 calorías por taza.
42.— El azúcar mascabada engorda menos que la blanca. No hay diferencias significativas. El azúcar mascabada (no refinada) tiene apenas un poco menos de calorías que la blanca (carbohidratos puros), pero aporta algo más de vitaminas y minerales.
43.— El consumo de sacarina produce cáncer. No. Todos los edulcorantes autorizados que se venden son seguros para el ser humano en las dosis recomendadas por la Oficina de Alimentos y Medicinas (FDA). Para que las ratitas de los experimentos pudieran desarrollar el cáncer de vejiga que se le atribuye, ingirieron el equivalente a un tazón diario de edulcorante artificial, cantidad exorbitante para el consumo humano.
44.— Después de comer sandía no se debe beber vino. No es cierto. Su mezcla no tiene efectos adversos.
45.— El líquido debe beberse entre comidas. Eso depende de las personas. Si se trata de un niño inapetente, es mejor no ocupar su volumen gástrico con bebidas o si se trata de una persona mayor (que cuenta con menor cantidad de jugos digestivos), no hay que darle sopa o caldo antes de la comida porque va a diluirle los jugos gástricos y dificultaría su digestión. En adultos sin patologías, beber y comer al mismo tiempo favorece la digestión y la acción de las fibras.
Si tiene preguntas, sugerencias o comentarios para la autora de esta columna, escriba a: szamoska@usc.edu.
Fuente:
La Opinión Digital