Los flamencos están de regreso.
Su nombre en quechua es "parihuanas" o "pariguanas".
Cada cierto tiempo, las aves que inspiraron la bandera creada por San Martín regresan a Paracas a alimentarse y a recordarnos el pasado.
Por José Rosales -
Atraídas por unas diminutas algas llamadas artrópodos acuáticos que crecen en las orillas de las playas de la Reserva Nacional de Paracas, comenzaron a arribar desde hace algunos días hasta ese litoral singulares bandadas de flamencos.
Después de recorrer notables distancias desde los lagos y lagunas que se esconden en las alturas de nuestros Andes, estas hermosas aves que inspiraron al general don José de San Martín la creación de nuestra bandera retozan libres de la perturbación del hombre, en las tranquilas playas de la Aguada, el Cangrejal, Sequión y Atenas, ubicadas al extremo sur de la reserva.
"Tras su arribo progresivo desde mediados de junio, estas impresionantes bandadas de flamencos ubican sus apostaderos naturales en estos cuatro sectores que se caracterizan por disponibilidad de alimento, la poca profundidad de las playas, el escaso movimiento de las aguas y la protección natural que en ellas existe contra las ráfagas de vientos de este litoral", explica el jefe de la reserva, el biólogo Óscar García Tello.
En esta temporada y después de algunos períodos de relativa ausencia, se ha logrado avistar hasta 200 individuos agrupados en bandadas de 25 a 30 aves y que integran, además, algunos ejemplares juveniles que arribaron a estas costas para cumplir su maduración sexual.
"Este período se caracteriza fundamentalmente por el cambio de color del plumaje --que pasa de un gris pardo a los característicos colores (plumaje blanco en cuello, pecho y abdomen y rojo intenso en cabeza, cola, pies, dorso de las alas y parte superior del pico) que los identifican-- y se produce en estas épocas".
Al llegar a adultas estas aves superan el metro de altura y, al desplegar las alas, pueden alcanzar dos metros, por lo que se forma un impresionante espectáculo cuando emprenden vuelo.
García Tello afirma que las aves se desplazan en formación siguiendo a un jefe de la bandada, que es el ejemplar más fuerte, más intrépido y el encargado de defender al grupo.
Luego de permanecer hasta mediados de agosto en las playas de Paracas, estas emprenderán el viaje migratorio de retorno a los Andes. Allí se instalan en fuentes alejadas de agua y bofedales donde se reproducen, anidan entre dos y tres huevos y crían sus polluelos.
A diferencia de otras especies de aves --señala García Tello--, los flamencos o pariguanas ('Phoenicoptherus chilencis'), son polígamos y, de acuerdo con algunos registros y anillos de control realizados, se puede asegurar que son longevos.
Fuente:
Diario El Comercio