Pictogramas con los ciclos astronómicos. | National Geographic
Un equipo de investigadores de la Universidad de Boston ha
encontrado, en la selva del norte de Guatemala, el que aseguran que es el calendario maya más antiguo documentado hasta la fecha.
Los arqueólogos, según publican en 'Science', lo han localizado en las
paredes de un recinto oculto en la floresta de la antigua ciudad maya de
Xultún.
La construcción fue localizada, por casualidad, por uno de sus alumnos en el año 2010 y han tardado dos años en descifrar qué eran los pictogramas que adornaban sus paredes. Su sorpresa fue mayúscula al descubrir que se trataba de los ciclos de la Luna, el Sol, Venus y Marte, y que adelantaban las fases por las que pasarían en los próximos 7.000 años.
Para el astrónomo Anthoy Aveni, uno de los coautores, este hallazgo echa por tierra la leyenda que apuntaban que este año 2012 llegaría el fin del mundo, según el calendario maya, dado que ahora se sabe que los mayas no ponían fecha límite a los ciclos cósmicos.
Pero, además de los registros de datos, en columnas de números, en el habitáculo se han encontrado las figuras pintadas de varios personajes que podrían tener relación con la familia real o la del escriba, o quizá con ambos. Se desconoce si se trataba de un templo, pero sí se sabe que formaba parte de una edificación grande y que es unos 500 años más antiguos que los códices mayas, escritos en papel, que se encontraron los colonizadores españoles.
Una de las figuras representa a un rey tocado con plumas, que seria el 'Hermano Menor Obsidiana' y otro es el 'Hermano Mayor'.
Los arqueólogos apuntan que para los mayas era muy importante buscar la armonía entre los cambios celestes y los rituales sagrados, e incluso en función de ellos dirigían sus campañas. "Por primera vez vemos lo que pueden ser registros auténticos de un escribano, cuyo trabajo consistía en ser el encargado oficial de documentar una comunidad maya", ha explicado Saturno.
Los arqueólogos reconocen que aún queda por explorar el 99,9% de Xultún, un complejo que fue descubierto hace un siglo, pero que ha sido poco investigado hasta ahora por lo que se cree que oculta muchos otros secretos que darán luz a la historia de los mayas.
Fuente:
El Mundo Ciencia
La construcción fue localizada, por casualidad, por uno de sus alumnos en el año 2010 y han tardado dos años en descifrar qué eran los pictogramas que adornaban sus paredes. Su sorpresa fue mayúscula al descubrir que se trataba de los ciclos de la Luna, el Sol, Venus y Marte, y que adelantaban las fases por las que pasarían en los próximos 7.000 años.
Para el astrónomo Anthoy Aveni, uno de los coautores, este hallazgo echa por tierra la leyenda que apuntaban que este año 2012 llegaría el fin del mundo, según el calendario maya, dado que ahora se sabe que los mayas no ponían fecha límite a los ciclos cósmicos.
Pero, además de los registros de datos, en columnas de números, en el habitáculo se han encontrado las figuras pintadas de varios personajes que podrían tener relación con la familia real o la del escriba, o quizá con ambos. Se desconoce si se trataba de un templo, pero sí se sabe que formaba parte de una edificación grande y que es unos 500 años más antiguos que los códices mayas, escritos en papel, que se encontraron los colonizadores españoles.
Una de las figuras representa a un rey tocado con plumas, que seria el 'Hermano Menor Obsidiana' y otro es el 'Hermano Mayor'.
Los arqueólogos apuntan que para los mayas era muy importante buscar la armonía entre los cambios celestes y los rituales sagrados, e incluso en función de ellos dirigían sus campañas. "Por primera vez vemos lo que pueden ser registros auténticos de un escribano, cuyo trabajo consistía en ser el encargado oficial de documentar una comunidad maya", ha explicado Saturno.
Los arqueólogos reconocen que aún queda por explorar el 99,9% de Xultún, un complejo que fue descubierto hace un siglo, pero que ha sido poco investigado hasta ahora por lo que se cree que oculta muchos otros secretos que darán luz a la historia de los mayas.
Fuente:
El Mundo Ciencia